Los socialistas italianos piden un "Gobierno de emergencia", con inclusi¨®n del PCI

El ala izquierda del Partido Socialista italiano (PSI) ha impuesto duras condiciones a su secretario general, Bettino Craxi, en la reuni¨®n del comit¨¦ central del partido, concluido ayer en Roma. Si Craxi sigue en el cargo ha sido a costa de ver a su principal oponente, Riccardo Lombardi -l¨ªder tradicional del ala izquierda del PSI-, acceder a la presidencia del partido, aceptar la colocaci¨®n a su lado de un ¨®rgano colegial y transigir en la elaboraci¨®n de un documento que se?ala el fin del actual ?Gobierno de tregua? y pide su sustituci¨®n por otro de emergencia nacional que incluya a los comunistas.

Bettino Craxi ha preferido quedar corno secretario del Partido Socialista, aun teniendo que pagar un precio muy alto a la izquierda de su partido. Despu¨¦s de haber renunciado a que se votara su informe, que hab¨ªa obtenido el rechazo, por lo menos, de la mitad num¨¦rica del comit¨¦ central, sus opositores, el ala izquierda, pusieron como condici¨®n para que permaneciera la creaci¨®n de una comisi¨®n encargada de preparar dos documentos: uno pol¨ªtico y otro de reestructuraci¨®n del partido, para presentarlos a la votaci¨®n. La comisi¨®n trabaj¨®, en la dif¨ªcil tarea de llegar a un acuerdo, hasta las seis de la ma?ana de ayer.El documento pol¨ªtico fue aprobado con s¨®lo dos votos contrarios y una abstenci¨®n. y el program¨¢tico, con ocho votos contrarios y siete abstenciones.

Otra de las condiciones fue el nombramiento de presidente del partido, en sustituci¨®n de Pietro Nenni, recientemente fallecido. Esta elecci¨®n ha reca¨ªdo en Riccardo Lombardi, el viejo l¨ªder de la izquierda del partido y principal oponente de Craxi. La gran personalidad de Lombardi hizo posible su nombramiento por aclamaci¨®n.

El documento pol¨ªtico afirma que el PSI considera terminada la fase del Gobierno de tregua que preside Francesco Cossiga. que ?deber¨¢ ser sustituido inmediatamente despu¨¦s del congreso de la Democracia Cristiana, que empezar¨¢ el 1 de febrero?.

A?ade que, dadas las circunstancias de gravedad de la crisis del pa¨ªs, los socialistas, al mismo tiempo que se oponen a nuevas elecciones. aceptar¨¢n s¨®lo ?un Gobierno org¨¢nico de emergencia y solidaridad nacional, con la presencia de las fuerzas democr¨¢ticas disponibles?, es decir el Partido Comunista italiano (PCI), y que, por tanto, advierten a la Democracia Cristiana que se ?abre una nueva fase en la pol¨ªtica del pa¨ªs?.

Se trata de una decisi¨®n casi diametralmente opuesta a la que hab¨ªa presentado Craxi. De hecho, la respuesta de la Democracia Cristiana, a trav¨¦s de Gerardo Blanco. el presidente de los diputados del partido, ha sido inmediata: ?Equivale a un diktat que s¨®lo podemos rechazar. ?

Por su parte, los socialdem¨®cratas, cuyo congreso nacional est¨¢ celebr¨¢ndose en Roma, han acusado a la izquierda del PSI diciendo que ?han puesto las esposas a Craxi? y que lo han convertido en ?un reh¨¦n?.

Por lo que se refiere al documento de reestructuraci¨®n del partido, tambi¨¦n la izquierda ha impuesto sus condiciones, muy duras: la creaci¨®n de un organismo con caracter¨ªsticas pol¨ªticas y de coordinaci¨®n de la direcci¨®n que gobernar¨¢ junto con el secretarlo general, reestructuraci¨®n del sector operativo del partido, de la direcci¨®n de la administraci¨®n y cambio del director del diario L'Avanti, que era un hombre de confianza de Craxi.

Craxi, que es muy h¨¢bil, ha preferido aceptar y quedarse esperando tiempos mejores y probablemente esperando el viaje inminente del jefe del Gobierno, Francesco Cossiga, a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente norteamericano, Jimmy Carter.