Los obispos holandeses dan pruebas de moderaci¨®n en el s¨ªnodo

Despu¨¦s de su primera semana de debate a puerta cerrada, el desarrollo del s¨ªnodo particular holand¨¦s, de acuerdo con las informaciones que se filtran, est¨¢ produciendo sorpresa e incredulidad. Seg¨²n el bolet¨ªn que resume las discusiones de ayer sobre uno de los temas m¨¢s candentes del catolicismo holand¨¦s, el de los sacerdotes, no existir¨ªa ninguno de esos progresismos que los medios de comunicaci¨®n social han adjudicado a los obispos de punta del catolicismo de los Pa¨ªses Bajos, y se tratar¨ªa s¨®lo de teor¨ªas de peque?os grupos progresistas, a los cuales los obispos no est¨¢n dispuestos a escuchar.

?Qu¨¦ han dicho los obispos ante la presencia del Papa, que ha sido casi continua en todas las reuniones, aunque sin intervenir ni una sola vez? Los obispos han pedido que se aclare bien la funci¨®n del seglar y la del sacerdocio, para evitar ambig¨¹edades. Se desea que los seglares recuperen algunos de los ministerios que les competen. ?Se ha llamado la atenci¨®n?, dice el bolet¨ªn, ?sobre el problema de la valorizaci¨®n de los ministerios ya existentes, como los de lector y ac¨®lito.? Uno de los puntos m¨¢s discutidos en la teolog¨ªa moderna, el del car¨¢cter ?permanente? del sacerdocio ha sido defendido abiertamente por los obispos.Se ha pedido una mayor insistencia en la necesidad de la ?direcci¨®n espiritual? como deseada por los sacerdotes. Y a un cardenal de la curia que hab¨ªa preguntado si es cierto que existe en Holanda ?una falta de claridad en la jerarqu¨ªa en materia de celibato sacerdotal?, los obispos respondieron a coro: ?Nosotros hemos defendido siempre el celibato sin ambig¨¹edades. Ning¨²n candidato al sacerdocio se ha presentado a los obispos consider¨¢ndose contrario al sacerdocio permanente.? Y han a?adido: ?Los obispos destacan un¨¢nimemente la importancia de la consagraci¨®n total a Dios.?

El Papa ha asistido con mucha frecuencia a los debates del s¨ªnodo holand¨¦s. EL PA?S ha podido saber de fuentes ciertas que Juan Pablo II abandon¨® el s¨ªnodo con un cierto disgusto, durante la intervenci¨®n de un obispo que hablaba de la teor¨ªa defendida por algunos cat¨®licos holandeses acerca de la posibilidad de conceder el matrimonio religioso a ?dos homosexuales?.