Oleada de terroristas "arrepentidos" en Italia
No ha dejado de extra?ar a algunos observadores el hecho que en las ¨²ltimas semanas se haya casi desencadenado en Italia toda una serie de confesiones de terroristas ?arrepentidos?. El caso ha inspirado una simp¨¢tica vi?eta publicada por el semanal Panorama. El juez pregunta a un acusado de terrorismo: ??Es usted culpable o inocente??. Y el acusado responde: ?Arrepentido.?De hecho, despu¨¦s del catedr¨¢tico Carlo Fioroni, amigo de Toni Negri, cuyas confesiones han dado como resultado la mayor redada de presuntos terroristas de los ¨²ltimos tiempos, han hecho tambi¨¦n confesiones Carlo Casirati, en Novara; Nicola Casato, en N¨¢poles. En regio Emilia, toda una serie de ?terroristas arrepentidos? cuya identidad por ahora ocultan los jueces, est¨¢n ofreciendo a la justicia una colaboraci¨®n preciosa. Lo mismo est¨¢ ocurriendo en Florencia.
Y l¨®gicamente, en concomitancia con estas clamorosas confesiones, que siguen llevando a la c¨¢rcel a toda una serie de personas hasta ayer limpias de toda culpa, y hoy acusadas de subversi¨®n y de constituci¨®n de banda armada, ha empezado a aparecer toda una serie de desmentidos a estas confesiones y de insultos y amenazas a los ?vendidos?, como han sido apellidos estos inesperados colaboradores de la polic¨ªa.
Las fuerzas pol¨ªticas y sindicales han alabado el coraje de estos ?arrepentidos?, y han hecho una llamada para que tambi¨¦n los ciudadanos que puedan ofrecer un testimonio serio lo hagan sin miedo. Lo ha pedido hasta Luciano Lama, secretario de la importante central sindical comunista CGIL. No se trata, ha dicho Lama, de ?ir a la caza de brujas, sino de colaborar lealmente con la justicia contra los que amenazan nuestra democracia?.
Pero la cosa no es f¨¢cil. Precisamente ayer ha conmovido a la opini¨®n p¨²blica la noticia aparecida en toda la prensa de la odisea de una muchacha de trece a?os, la cual, con su confesi¨®n ante los jueces, permiti¨® la captura de dos terroristas que hab¨ªan participado en el asesinato del fiscal Calvosa y de su escolta. La joven, que habita en un pueblo de Frosinone, es hija de un obrero, tiene una hermana de dieciocho a?os y otra de tres. Su madre trabaja en una tintorer¨ªa. Pues bien: toda la familia ha tenido que dejar el pueblo que les vio nacer para trasladarse an¨®nimamente a otro lugar del pa¨ªs.
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