"Tarde o temprano estallar¨¢ la guerra civil en El Salvador"
En El Salvador "se est¨¢ llegando a un proceso de guerra civil en un plazo corto de tiempo. Tarde o temprano estallar¨¢", afirma Marianela Garc¨ªa Villas, vicepresidenta de la Comisi¨®n de Derechos Humanos salvadore?a y vicepresidenta de la Federaci¨®n Internacional de Derechos del Hombre. En una entrevista concedida a EL PA?S durante su reciente visita a Madrid, anterior a los sucesos desencadenados por la ocupaci¨®n de la embajada espa?ola en El Salvador, Marianela Garc¨ªa Villas hizo un balance de la represi¨®n en su pa¨ªs y se manifest¨® pesimista sobre los resultados de la experiencia reformista que lleva a cabo la actual Junta de Gobierno.
Pregunta. El 15 de octubre de 1979 se produjo en El Salvador un golpe militar que derroc¨® al general Romero. ?Cu¨¢l era la situaci¨®n pol¨ªtica en el pa¨ªs antes del golpe?Respuesta. El inicio de la d¨¦cada de los setenta marca el boom de la represi¨®n contra los sectores populares. De 1970 a 1979 se lleva a cabo la etapa m¨¢s cr¨ªtica en la violaci¨®n de los derechos humanos por el Estado contra toda persona considerada subversiva. Este calificativo admite desde monse?or Romero, arzobispo de San Salvador, hasta el ¨²ltimo militante de organizaciones no adictas al r¨¦gimen. Los dos ¨²ltimos a?os de gobierno del presidente Molina y del general Romero -depuesto por la Junta Militar actual- son un per¨ªodo en el que con mayor grado y con mejores t¨¦cnicas se lleva a cabo la represi¨®n. Esto equivale a unos 550 ?desaparecidos? y unos seiscientos asesinatos, desde enero de 1979 a mediados de octubre del mismo a?o. Desde el Gobierno del presidente Molina, hasta el golpe del 15 de octubre del a?o pasado, han sido asesinadas en nuestro pa¨ªs 4.000 personas.
P. El triunfo sandinista en Nicaragua, ?qu¨¦ importancia tuvo en la planificaci¨®n de una salida reformista a la dictadura del general Romero?
R. Hay actualmente una posici¨®n oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos que, en s¨ªntesis, propone un recambio a los reg¨ªmenes de dictadura militar en el ¨¢rea latinoamericana. Estas dictaduras ya no sirven a los intereses norteamericanos. Hay que ensayar una nueva f¨®rmula que consolide en la zona Gobiernos de corte democr¨¢tico, Gobiernos que lleven a cabo reformas no muy profundas, pero que puedan abrir una etapa de distensi¨®n que retarde, o anule, un proceso insurreccional. Hasta el momento, el ensayo que se ha realizado por primera vez en El Salvador, no ha tenido los efectos deseados. La experiencia, por ahora, ha sido negativa.
P. Desde el punto de los derechos humanos, ?qu¨¦ an¨¢lisis hace usted de la violencia de los partidos de izquierda revolucionaria?
R. La situaci¨®n que se vive en El Salvador hace que sean leg¨ªtimas una serie de acciones que, tal vez, en Espa?a, pueden parecer ilegales, o, incluso terroristas. Las acciones estas, en El Salvador, responden al ejercicio del derecho de leg¨ªtima defensa del pueblo ante una agresi¨®n institucional. La propia Constituci¨®n consagra el derecho de insurrecci¨®n. derecho utilizado por las propias fuerzas armadas el 15 de octubre para llevar a cabo el golpe militar. Ellos fundamentaron su acci¨®n en ese precepto constitucional, precepto que no ha quedado agotado con su utilizaci¨®n por la Junta Militar. Est¨¢ vigente por cuando las condiciones de violencia estructural permanecen todav¨ªa en el pa¨ªs.
P. El Salvador es un pa¨ªs donde los campesinos son una parte importante de la poblaci¨®n. ?Qu¨¦ porcentajes hay de campesinos y de obreros industriales?
R. La poblaci¨®n de El Salvador, en sus dos terceras partes, es campesina. Hay un sector obrero que est¨¢ en formaci¨®n, que no es mayoritario y que est¨¢ situado, fundamentalmente, en San Salvador y las principales ciudades donde se da un proceso de seudoindustrializaci¨®n. El peso fundamental lo lleva el movimiento campesino, que ha logrado grandes conquistas en nuestro proceso pol¨ªtico, aunque no han logrado la sindicaci¨®n y la seguridad social. Es el sector m¨¢s marginado de la sociedad, pero el m¨¢s combativo.
Dif¨ªciles condiciones de vida
P. ?Qu¨¦ datos constituyen la vida cotidiana en El Salvador?R. En los salarios, por ejemplo, hay una gran diferencia entre lo que gana un trabajador del campo y un trabajador de la ciudad. En la ciudad, el obrero recibe un salario aproximado a cuatro d¨®lares diarios (unas 264 pesetas). Depende del grado de tecnificaci¨®n. Hay obreros que solamente ganan dos d¨®lares y medio (165 pesetas) a tres ( 198 pesetas) al d¨ªa. En el campo, el salario del campesino, en temporada (tres meses al a?o), var¨ªa seg¨²n se dedique a la recogida del caf¨¦, la ca?a o el algod¨®n. La Junta Militar fij¨® los salarios (que luego no cumpli¨®) en cinco d¨®lares y medio para la recogida del caf¨¦ (363 pesetas) por d¨ªa, cuatro d¨®lares para la recogida del algod¨®n (264 pesetas) y 3,75 d¨®lares para la ca?a (247,50 pesetas).
Estos salarios no le alcanzan al campesino para vivir ¨¦l solo, cuando menos con una familia que viene a tener un promedio de ocho a diez miembros. Para poder alimentarse medianamente se necesitan, en el campo, unos quince d¨®lares diarios (990 pesetas).
En cuanto a la vivienda, el problema es grav¨ªsimo. En las ciudades hay cinturones terribles de ?villas miseria?, lo que aqu¨ª se llaman chabolas y que nosotros conocemos como ?covachas?. Estas covachas est¨¢n construidas a base de cartones, con pl¨¢sticos en el techo y una insalubridad absoluta.
Organizaciones paramilitares
P. ?Cu¨¢ntas y cu¨¢l es la importancia de las organizaciones paramilitares y parapoliciales?R. El peso de estas organizaciones es muy importante, por cuanto causan serios estragos en la poblaci¨®n. En el campo funciona la organizaci¨®n parapolicial ORDEN, integrada por campesinos sin nivel de conciencia pol¨ªtica y social, autorizados para llevar armas, con funciones espec¨ªficas de espionaje permanente en los grupos de poblaci¨®n donde viven. Delatan a las personas y gu¨ªan a los cuerpos de seguridad cuando realizan operaciones, se?alan las casas de las personas consideradas subversivas y matan.
Al otro grupo de organizaciones parapoliciales se le denomina, en general, grupos terroristas de extrema derecha. Est¨¢n integrados por ex miembros de los cuerpos de seguridad. Concretamente, la Guardia Nacional, Polic¨ªa Nacional y Polic¨ªa de Hacienda. Act¨²an vestidos de civil y siguen el m¨¦todo de secuestrar, torturar y asesinar para luego abandonar los cad¨¢veres totalmente desnudos en distintos lugares del pa¨ªs. En muchos casos, ponen en los cad¨¢veres carteles con las siglas del grupo: UGB (Uni¨®n Guerrera Blanca), Falange o Mano Blanca.
P. ?Hasta qu¨¦ punto est¨¢n protegidos estos grupos?
R. Hasta el punto de que nunca ha sido detenido alguno de sus miembros. Operan en la m¨¢s absoluta impunidad y gozan de la protecci¨®n de los cuerpos de seguridad.
P. Finalmente, ?qu¨¦ salida tiene la actual situaci¨®n de El Salvador?
R. Como he dicho al principio, si el sector agroexportador y el sector fascista del Ej¨¦rcito est¨¢n dispuestos a costos pol¨ªticos y econ¨®micos muy grandes en sus intereses, puede resultar la salida reformista. Ahora, en las condiciones actuales, eso es casi, al 100%, imposible. Se est¨¢ llegando a un proceso de guerra civil en un plazo corto de tiempo. Podr¨ªa ser que un intento reformista retrasase este proceso, pero creo que, m¨¢s tarde o m¨¢s temprano, estallar¨¢. Creo que la guerra civil, la insurrecci¨®n popular, va a tener lugar en El Salvador.
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