"Introducci¨®n a la literatura", nuevo ensayo de Andr¨¦s Amor¨®s

Acaba de aparecer, publicado por Editorial Castalia, el ensayo de Andr¨¦s Amor¨®s Introducci¨®n a la literatura, que, seg¨²n ¨¦l mismo ha dicho en esta entrevista, ?es un libro consecuencia de la pasi¨®n de leer. Aunque tenga la inevitable carga de erudici¨®n en estos casos, no intenta escapar a la tentaci¨®n de hacer literatura sobre literatura, y trata en cambio de aligerar el peso del an¨¢lisis en favor de la claridad de exposici¨®n?.

Este libro, que ?no va dirigido estrictamente a los estudiantes, sino al gran p¨²blico?, tiene constantes referencias a la literatura actual, al arte, al cine. ?Quien no entiende el arte de su ¨¦poca?, dice Andr¨¦s Amor¨®s, ?y hago m¨ªa la frase de Stravinsky, es incapaz de comprender cualquier otro.?Andr¨¦s Amor¨®s, catedr¨¢tico de instituto y agregado de universidad, es autor de numerosos libros de distintos temas. Algunos, como los titulados Sociolog¨ªa de la novela rosa y Subliteraturas, le valieron algunas cr¨ªticas entre el estamento acad¨¦mico. ?Este libro?, dice Andr¨¦s Amor¨®s, ?no lo hubiera podido escribir hasta ahora porque hubiera sido incluso peligroso para mi carrera. Ahora creo que habr¨¢ gente que pro testar¨¢. Por ejemplo, no hay una sola nota a pie de p¨¢gina, aunque hay una bibliograf¨ªa que puede resultar ¨²til, muy seleccionada. Esto es intencionado. En cambio hay -y a lo mejor es lo m¨¢s divertido e importante del libro- muchas citas bonitas... Bueno?, dice, ?adem¨¢s de hablar de fotonovelas he escrito tambi¨¦n muchos rollos eruditos. He escrito sobre P¨¦rez de Ayala, por ejemplo. Lo que pasa es que me considero antes que un profesor un lector. Y este libro ha sido escrito desde esa perspectiva.?

La ense?anza de la literatura es un tema conflictivo: profesores y alumnos se plantean, hace muchos a?os, las posibilidades y los l¨ªmites, el inter¨¦s y la necesidad de las disciplinas que se acercan al fen¨®meno literario. Como profesor, dice el se?or Amor¨®s: ?Me horrorizan los profesores funcionarios, que venden lectura como podr¨ªan vender jab¨®n o seguros de vida. Si he llegado a la ense?anza de la literatura es porque disfruto leyendo. Y si la ense?o es para invitar a los chicos a que no se pierdan ese disfrute. Creo que detr¨¢s de todos los profesores hay un ni?o que le¨ªa cuentos, y creo que este ni?o est¨¢ tambi¨¦n detr¨¢s de los alumnos que eligen esta materia, y detr¨¢s de los que la tienen que estudiar. Naturalmente, para disfrutar del texto hay que encontrar algunas de las cosas que hay detr¨¢s, y por eso -y s¨®lo por eso- es necesario el conocimiento de la historia, de las relaciones de la obra con su tiempo, de la vida social. Naturalmente, es imposible entender la literatura de hoy sin hacer referencia al cine, a las subliteraturas, a las artes pl¨¢sticas... Mira: cuando la gente dice que a los chicos no les gusta la literatura se equivocan.?

? En este sentido?, sigue diciendo Andr¨¦s Amor¨®s, ?yo insisto mucho en ver la realidad de los problemas planteados en la historia de la literatura. Muchos de ellos siguen vivos hoy, y otros tuvieron vitalidad entonces. Por ejemplo, la tensi¨®n pol¨¦mica entre la palabra y el espect¨¢culo en el teatro del tr¨¢nsito del XVIII al XIX, por hablar de lo que he explicado en mi clase de hoy, est¨¢ presente en la pol¨¦mica soterrada tras el montaje de Nieva sobre Cervantes.