Sindicalismo asambleario
En los ¨²ltimos convenios que se llevan firmados se ha puesto de manifiesto la incapacidad y la burocratizaci¨®n de las centrales ?mayoritarias? para resolver los problemas; de los trabajadores. Por un lado, UGT con la defensa a ultranza del acuerdo-marco, con todas sus consecuencias negativas para los trabajadores a los que dice representar (aumentos de la productividad, eventualidad en el puesto de trabajo, disminuci¨®n de los salarios reales, medidas sobre el absentismo, recortes a la pr¨¢ctica asamblearia en la empresa y en el n¨²mero de horas sindicales para los delegados, etc¨¦tera); y por otro, CCOO en su oposici¨®n testimonial e inconsecuente, que le conduce en la pr¨¢ctica a la aceptaci¨®n del acuerdo-marco (y a veces de forma expl¨ªcita, como en el convenio de la construcci¨®n de Tenerife), convocando movilizaciones de los trabajadores exclusivamente para evitar su marginaci¨®n y demostrar a la CEOE que hay que contar con ellos a la hora de pactar, olvid¨¢ndose por completo de las reivindicaciones planteadas en la lucha por mejorar los convenios e intentando luego lavarse la cara cuando no han conseguido ser los protagonistas de la firma del convenio.Esta pelea de popes, por arriba y al margen de los trabajadores, est¨¢ llevando a sectores cada vez m¨¢s numerosos de la vanguardia a pensar en otro tipo de sindicalismo, de base, asambleario y participativo, fuera del control de las centrales. Casos como el de SEAT o el del convenio de la construcci¨®n de Madrid, en donde en una serie de zonas se ha llevado un proceso de asambleas en las que los trabajadores han discutido sus problemas de una forma directa (exigiendo incluso la presencia de miembros de la comisi¨®n negociadora del convenio para obtener informaci¨®n directa y clara de lo que se estaba negociando). Lo que demuestra que los trabajadores empiezan a tener grandes recelos del sindicalismo por arriba y de colaboraci¨®n con el capital.
El ejemplo palpable es el reciente llamamiento a los sectores de la construcci¨®n, metal y qu¨ªmicas por parte de CCOO y la nula respuesta por parte de los trabajadores, lo que no quiere decir que ¨¦stos no tengan cada vez unas peores condiciones de vida y de trabajo. Lo que ocurre es que cada vez desconf¨ªan m¨¢s en las huelgas testimoniales que est¨¢n al servicio del aparato de tal o cual sindicato, y entienden que para conseguir las reivindicaciones planteadas son necesarias huelgas de conquista, decididas diariamente en asambleas y de una manera democr¨¢tica, con lo que la CSUT est¨¢ completamente de acuerdo. Pero con lo que no est¨¢ de acuerdo es con esas otras huelgas partidistas, al margen de los trabajadores aunque se tomen los intereses de ¨¦stos como pretexto, y es por eso por lo que ha estado en contra de las ¨²ltimas huelgas (d¨ªas 13 y 14 de febrero) planteadas por CCOO y propone ahora, empresa por empresa, combatir los convenios firmados y forzar en el futuro la revisi¨®n salarial.
Secretario general de la Construcci¨®n de Madrid. CSUT.
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