Entre el absurdo y la provocaci¨®n
Parece que fue Bu?uel quien, viendo un filme de Arrabal, dijo hace tiempo algo as¨ª como: ?Eso ya lo hac¨ªa yo en los a?os treinta.? Sea verdad o no la an¨¦cdota, bien merece ser cierta, porque gran parte del famoso movimiento p¨¢nico est¨¢ ya en el surrealismo y sus diversas derivaciones, tanto literarias como pl¨¢sticas. Inventado aqu¨¦l, como se sabe, por Topor, Arrabal y Jodorowsky, tom¨® de sus precursores la obsesi¨®n por el inconsciente a trav¨¦s de asociaciones puramente autom¨¢ticas, su gusto por asombrar o provocar al espectador en una nueva versi¨®n de lo que supuso un d¨ªa vanguardia y ruptura de las artes. A ello se a?ade, en este caso, una metaf¨ªsica un tanto elemental y el gusto por la violencia y la sangre, dentro de una concepci¨®n barroca que a veces roza la monoton¨ªa.El af¨¢n de sorprender por sorprender, cuando se lleva a cabo de un modo sistem¨¢tico, acaba por perder toda sorpresa y, en definitiva, el efecto buscado. Tal sucede en ocasiones con este Topo, a trav¨¦s del cual su autor da pruebas de imaginaci¨®n innegable a lo largo de una narraci¨®n estructurada a medias sobre la Biblia y los mitos tradicionales del western. De su viejo oficio de clown, Jodorowsky ha aprendido el valor de la parodia; de sus tiempos a la sombra de Marceau, la funci¨®n del gesto, el adem¨¢n o el mimo como veh¨ªculo de acercamiento a la tragedia. Sin embargo, esta especie de fiesta de elementos diversos: pl¨¢stica, literatura, sangre, m¨²sica, repulsi¨®n y sacrilegio, aun d¨¢ndosenos a trav¨¦s de un g¨¦nero ya de por s¨ª violento, casan mejor en la escena que en el cine, como puede comprobarse en las obras de Arrabal, quiz¨¢ porque en el teatro, a pesar del aparato espectacular de que hoy se le rodea, la palabra goza a¨²n de una capacidad de s¨ªntesis superior a la de la imagen.
El topo
Gui¨®n, m¨²sica y direcci¨®n de Alejandro Jodorowsky. M¨¦xico. Color. Dram¨¢tica. Local de estreno: Urquijo
El cine, para ser teatro, es demasiado real; su naturaleza resulta m¨¢s narrativa que dram¨¢tica, y quiz¨¢ por ello esta pel¨ªcula, reducida a una serie de encuentros o historias m¨¢s o menos logradas, a una serie de hallazgos m¨¢s o menos in¨¦ditos, acabe por cansar a pesar de sus im¨¢genes, en ocasiones, brillantes.
Cine ins¨®lito
Muestra de un cine ins¨®lito, su propaganda equ¨ªvoca puede llegar a confundir. Ello, unido a la dejadez habitual con que se exhibe tal tipo de pel¨ªculas, sin un programa o una somera explicaci¨®n capaz de facilitar una m¨ªnima comprensi¨®n por parte del p¨²blico, as¨ª como el estado de la copia deteriorada, cuando no rayada hasta extremos incre¨ªbles, exige, ya de por s¨ª, un verdadero ejercicio de amor al cine, que no se sabe bien por qu¨¦ raz¨®n deben llevar a cabo los espectadores que pagan. A ello se debe tambi¨¦n el hecho de que en esta ocasi¨®n no se incluyan las correspondientes fichas art¨ªstica y t¨¦cnica.
Babelia
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