El Papa realizar¨¢ este a?o tres viajes al Tercer Mundo

Juan Pablo II har¨¢ este a?o tres grandes viajes intercontinentales. En mayo visitar¨¢ Africa. Con mucha probabilidad el Papa ir¨¢ a Zaire, Costa de Marfil y Ghana, pero el programa no est¨¢ a¨²n ultimado. Lo est¨¢ discutiendo estos d¨ªas el Vaticano con la conferencia episcopal africana, teniendo en cuenta sobre todo las diversas situaciones pol¨ªticas. Las agencias de viaje fueron las primeras en recibir el chivatazo del Vaticano y han empezado en seguida a organizar viajes de grupos.En julio ir¨¢ diez d¨ªas a Brasil. En R¨ªo de Janeiro est¨¢n ya preparando todo para una misa monumental a la que asistir¨¢n m¨¢s de dos millones de personas. Tambi¨¦n aqu¨ª los obispos se ven entre la espalda y la pared porque todos los Estados se rifan la presencia del papa Wojtyla. La ¨²nica petici¨®n concreta que ha hecho el Papa es que desea visitar las Amazonas. El tercer gran viaje lo har¨¢ en noviembre a Filipinas. Se sabe ya que Juan Pablo II visitar¨¢ un campo de refugiados de Camboya y otros pa¨ªses de Asia, probablemente Jap¨®n, para rezar en Hiroshima, teatro dram¨¢tico de la primera bomba at¨®mica.

El Papa ha elegido, pues, para sus viajes de 1980, el Tercer Mundo. Ha sido una elecci¨®n bien meditada. Los maliciosos afirman que all¨ª no le faltar¨¢n al Papa polaco ni multitudes ni aplausos, mientras en Europa, la parte m¨¢s progresista le contesta siempre con mayor fuerza. Pero, en realidad, la Iglesia del futuro est¨¢ naciendo precisamente en este llamado Tercer Mundo. Mientras la vieja Europa se seculariza, en aquellas tierras lejanas crecen las vocaciones religiosas y sacerdotales, se descubren los valores de la sacralidad y se espera al Papa de Roma como a un nuevo Mes¨ªas.

Pero empieza a serpentear el peligro tambi¨¦n en aquellas latitudes del ?virus? de la desacralizaci¨®n, del contagio de la cultura occidental laica. El Vaticano se preocupa. De hecho, en Roma se est¨¢ abarrotando la Universidad de Propaganda Fide, de seminaristas y j¨®venes sacerdotes del Tercer Mundo, que vienen a prepararse a la sombra de la c¨²pula de San Pedro, para ser los obispos, los profesores de seminarios, la nueva intelectualidad eclesi¨¢stica de aquellas tierras, lejanas del disenso de la teolog¨ªa holandesa o alemana.

Sobre todo en Africa y en Brasil, el Papa se va a encontrar, afirman, sin embargo, en ambientes vaticanos, con el grave problema del celibato sacerdotal y de la nueva teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Pero, precisamente por eso, Juan Pablo II, que desea crear en el mundo el consenso hacia una iglesia unida y compacta, severa y militante, pero tambi¨¦n conservadora en sus doctrinas m¨¢s tradicionales, quiere salir al paso antes de que sea demasiado tarde a las posibles aperturas llevadas al Tercer Mundo por los te¨®logos europeos de la secularizaci¨®n. Concretamente, en Brasil se encontrar¨¢ con el episcopado m¨¢s cr¨ªtico con el Vaticano de todo el mundo.

El Papa ten¨ªa prisa en realizar el viaje a Filipinas. Ten¨ªa que haber ido en este mes. Estaba ya todo preparado. Coincid¨ªa con el Congreso Mundial de las Misiones. Pero el secretario de Estado, cardenal Casaroli, desaconsej¨® al Papa visitar aquel pa¨ªs en plena efervescencia electoral y con un presidente derechista, con el cual la Iglesia vive en graves tensiones.