El homenaje a Dolores Carmona "Habichuela" fue una extraordinaria antolog¨ªa de flamenco
Se celebr¨® en la Universidad de Granada con intervenci¨®n de toda la familia de la "bailaora"
Completamente abarrotado de p¨²blico hasta en los pasillos, el auditorio municipal Manuel de Falla, de Granada, ha sido escenario, el pasado fin de semana, de la mejor y m¨¢s completa velada de flamencos ofrecida en Granada desde hace varios a?os. En el acontecimiento participaron desinteresadamente casi todas las primeras figuras actuales del cante jondo, en homenaje a la bailaora Dolores Carmona Habichuela, hermana mayor de la m¨¢s importante y numerosa familia de guitarristas del momento, a quien una enfermedad mantiene desde hace tiempo alejada de los tablaos y salas de espect¨¢culos.
Organizado por el Seminario de Estudios Flamencos de la Universidad, en colaboraci¨®n con todas las pe?as -flamencas granadinas, el festival-homenaje a los Habichuela consigui¨® reunir, en tomo a los seis hermanos tocaore. (Juan, Pepe, Luis, Carlos, Jazm¨ªn y Rafael¨ªn), nada menos que a otros tres guitarristas de primera fila (Enrique de Melchor, Tomatito y Juan Maya Marote) y a un total de catorce de los m¨¢s apreciados cantaores en activo.?Siempre que existe una causa como la de hoy, los flamencos responden, pero posiblemente no se hubiera podido reunir un elenco tan destacado si no es por el nombre de nuestra familia?, comentaba, poco antes de comenzar la sesi¨®n de cante, el primog¨¦nito de los Habichuela, Juan Carmona, que est¨¢ considerado en la actualidad como el n¨²mero uno de la guitarra flamenca de acompa?amiento, pero que no lleg¨® a tocar en toda la noche ante el p¨²blico, al haber asumido la representaci¨®n de su hermana Dolores en el homenaje.
El granadino Pepe Albaic¨ªn, cantando por sole¨¢ y fandangos, fue el encargado de abrir el apetito de los m¨¢s de 2.000 aficionados que llenaban al completo las dos salas y todos los pasillos de! centro musical Manuel de Falla. Una vez entonado ya el p¨²blico, los cantes por grana¨ªnas y tientos gitanos del fino Luis de C¨®rdoba arrancaron las primera reacci¨®n de entusiasmo en el auditorio, cosa que tambi¨¦n consigui¨® su acompa?ante a la guitarra, el sevillano Enrique de Melchor, que ha demostrado, una vez m¨¢s en Granada, no tener peor escuela que los Habichuela ni temer a competir con ellos en su propio terreno.
Al contrario que en su ¨²ltima actuaci¨®n en Granada, el verano pasado, con motivo del homenaje ofrecido a Pastora Pav¨®n, La Ni?a de los Peines, en la plaza de toros, Camar¨®n no respondi¨® en esta ocasi¨®n a la expectaci¨®n ciertamente extraordinaria que su presencia despierta siempre entre los aficionados. Otro tanto cabe decir asimismo del voluntarioso Sordera de Jerez, quien, a pesar de haber cantado por derecho seguiriyas y fandangos, cante este en el que se le tiene por especialista, no termin¨® de calentar los ¨¢nimos de un p¨²blico siempre entendido, pero no demasiado exigente la otra noche.
En plenitud de facultades y con una voz verdaderamente cadendiosa y torrencial al mismo tiempo, Diego Clav¨¦ fue, sin duda, el mejor de cuantos actuaron en la primera parte y uno de los triunfadores absolutos del festival. Muy bien acompa?ado por, Pepe Habichuela, sus tres diferentes cantes por malague?as y las seguiriyas con que remat¨® su actuaci¨®n sorprendieron a quienes no conoc¨ªan suficientemente a este gran cantaor de La Puebla de Cazalla. Tan dif¨ªcil se lo dej¨® a su paisano Pepe Menese, que El Maestro no tuvo m¨¢s remedio que conformarse esta vez con cumplir, cantando, con la sobriedad y jondura que le caracterizan, ?El garrot¨ªn? y ?La petenera?, escritos para ¨¦l por el poeta y flamenc¨®logo Moreno Galv¨¢n.
Ya en la segunda parte, Jos¨¦ El de la Tomasa, del barrio sevillano de la Macarena, cant¨® por tarantos y sole¨¢, e hizo alardes de una portentosa voz, que oblig¨® a su acompa?ante Marote a subir varias veces el tono de la guitarra. Sin demasiados esfuerzos, F¨®sforito interpret¨® tangos y cantes de Levante, haciendo gala del incomparable sentido del ritmo y del comp¨¢s que hace tiempo lo auparon al primer lugar entre los cantaores actuales. El granadino Enrique Morente, por su parte, hizo olvidar su fama de cantaor experimental, revolucionario y pol¨¦mico, y lleg¨® a entusiasmar a sus paisanos en varios momentos.
El punto culminante de la velada lo consigui¨® Antonio Cort¨¦s Chiquetete, muy bien acompa?ado por Enrique de Melchor, al cantar magistralmente por tientos y buler¨ªas, que parecieron transformar el auditorio por unos momentos en improvisada plaza de toros, debido a los entusiastas ol¨¦s multitudinariamente coreados por el p¨²blico.
El joven cantaor de Algeciras se convirti¨® as¨ª en el gran triunfador -de la noche y ni las buenas hechuras de los tantos interpretados por el chiclanero Rancapino, ni las perfectas soleares del cantaor de m¨¢s pureza y solera de todo el programa, el veterano Naranjito de Triana, ni las preciosas buler¨ªas del gaditano Juanito Villar, ni siquiera la jondura y la belleza del cante de la jiennense Carmen Linares, pudieron quitar de los labios de los aficionados granadinos el buen sabor dejado en ellos por el int¨¦rprete de la popular, aunque nada ortodoxa, canci¨®n gitana Te quiero.
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