El en¨¦rgico rechazo de los bretones pone en peligro el programa at¨®mico franc¨¦s
La regi¨®n bretona-francesa grita un ?no? dram¨¢tico a la energ¨ªa nuclear. Desde hace mes y medio, las manifestaciones, las confrontaciones violentas con la fuerza p¨²blica, la devastaci¨®n generalizada, se suceden. Nueve encarcelados, dos docenas de heridos, las bombas lacrim¨®genas de seiscientos polic¨ªas destacados ad hoc, los c¨®cteles molotov de los bretones, un manifiesto de noventa cient¨ªficos de la regi¨®n contra el ¨¢tomo energ¨¦tico, culminaron ayer con una concentraci¨®n de 50.000 personas en Plogoff, poblado bret¨®n en el que las autoridades pretenden instalar una central nuclear y contra la que se ha rebelado toda la regi¨®n.
Nunca la implantaci¨®n de un reactor at¨®mico hab¨ªa provocado tanta resistencia en Francia. Con ello, Plogoff se ha convertido en el s¨ªmbolo galo antinuclear, que adem¨¢s destapa una vez m¨¢s el problema regional y todas sus implicaciones pol¨ªtico - econ¨®mico - sociol¨®gicas.El programa nuclear franc¨¦s es el m¨¢s importante de toda Europa occidental.
Actualmente, catorce centrales nucleares funcionan ya y tres empezar¨¢n de manera inmediata. El 15% del consumo de energ¨ªa el¨¦ctrica es ya de origen nuclear. Para el a?o 1985, el programa establecido por las autoridades indica que cuarenta reactores nucleares producir¨¢n el 20% de la energ¨ªa consumida en el pa¨ªs (Francia importa el 70% de su gasto energ¨¦tico). Ese a?o de 1985, el 50% del consumo de energ¨ªa el¨¦ctrica proceder¨¢ de dichas centrales.
La guerra de Plogoff pasar¨¢ a la historia de la lucha antinuclear en Francia, aunque, por ahora, nada indica que las autoridades cedan frente a la determinaci¨®n bretona, apoyada por todos los movimientos sociales del pa¨ªs. La ?historia? de Plogoff empez¨® realmente hace cinco a?os, cuando los responsables pensaron en este lugar para instalar la central nuclear. Pero la batalla de las poblaciones (de Plogoff, de los pueblos colindantes y de bretones llegados de toda la regi¨®n) se desencaden¨® hace 45 d¨ªas, al iniciarse una campa?a oficial de informaci¨®n e investigaci¨®n sobre la opini¨®n de los ciudadanos a prop¨®sito de la realizaci¨®n de esta central nuclear.
En este orden administrativo, el fracaso ha sido total: s¨®lo 2 10 personas, de las 60.000 que habitan en las inmediaciones del lugar escogido para ubicar el reactor, han acudido a las m¨²ltiples camionetas repartidas por la regi¨®n con el fin de que cada cual pudiera expresar sus sentimientos.
Por el contrario, a pesar de los seiscientos polic¨ªas llegados expresamente para disuadir acciones violentas, los m¨¢s afectados directamente y bretones llegados de toda la regi¨®n han mantenido una guerra constante que ha dejado trazas de toda especie: El ruido y el furor de la guerra de Plogoff lleg¨® a toda la geograf¨ªa gala y, el s¨¢bado ¨²ltimo en Par¨ªs, para celebrar el final de la encuesta p¨²blica, unas 3.000 personas desfilaron en la capital gritando: ?Sociedad nuclear igual a sociedad policial.?
Pero lo expuesto, para los bretones no es m¨¢s que el principio: ?Ser¨ªa ingenuo creer que todo se acab¨® con la encuesta p¨²blica, que les habr¨¢ servido a los responsables para enterarse de qui¨¦nes somos los bretones. Hasta la fecha hemos sido t¨ªmidos. Y los seiscientos polic¨ªas que han permanecido aqu¨ª estos d¨ªas tendr¨¢n que ser miles y miles si, al final, empiezan a construir la central?, declar¨® telef¨®nicamente a EL PAIS el alcalde de Plogoff, Jean Marie Kerloc.
Tras este primer episodio de la guerra de Plogoff, en el plano oficial, una serie de tr¨¢mites conducir¨¢n al Gobierno a decidirse definitivamente sobre la implantaci¨®n de la central, a finales del a?o en curso. Los bretones, por su parte, tienen previstas acciones m¨²ltiples coordinadas con otros movimientos similares nacionales. Pero como consecuencia del proceso a los nueve manifestantes detenidos los ¨²ltimos d¨ªas, iniciado ayer en Quimper, se tem¨ªan nuevos disturbios.
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