La usura
El tema de la usura fue la obsesi¨®n cultural, hist¨®rica e incluso l¨ªrica de Ezra Pound. Para ¨¦l, sin duda, todos los males del hombre ven¨ªan de la usura, e incluso consigui¨® hacer, sorprendentemente, de este motiv financiero, uno de los ejes l¨ªricos de sus Cantos. Hoy, el rebrote de la inflaci¨®n en Estados Unidos tiene en un grito esta ma?ana a los mer cados monetarios internacionales.Lo que llamamos tasa, inter¨¦s, compuesto o no, es sencillamente la vieja usura b¨ªblica que Pound encuentra tambi¨¦n en culturas muy remotas de la hebrea. En su pa¨ªs, Estados Unidos, donde llevaron a Pound a una muerte de ma nicomio (en la patria de la antipsiquiatr¨ªa) por no autodisuadirse de denunciar la usura, el a?o 1979 ha sido el m¨¢s caro desde que termin¨® la guerra mundial. Pound, buen conocedor de la ra¨ªz econ¨®mica de su pa¨ªs, nunca le dio al r¨¦dito del capital otro nombre que el muy literario y legendario de usura. A lo que Marx llama plusval¨ªa, con palabra nueva y m¨¢s t¨¦cnica, Pound lo llama usura, llenando de ¨²es ominosas su denuncia del mundo En el actual 1980, Estados Unidos encuentra que el dinero se le valora/deval¨²a en un alarmante veinte por ciento, y contra esto poco ha valido la torpe pol¨ªtica financiera de Carter, aunque a Carter no se le haya hundido ninguna taquimeca ,en Chappaddiquick.
Casi todas las monedas europeas le meten hoy ca?a al d¨®lar, excepto, naturalmente, la p¨²a espa?ola. Suben en el mundo los tipos de inter¨¦s. El dinero est¨¢ m¨¢s caro incluso para los pl¨¢cidos financieros suizos, que viven dentro de una caja fuerte con ojo de buey que da a los lagos de Zurich. Mirando los cisnes del lago de Zurich, me pareci¨® una vez que la gente les echaba monedas de oro. Se calculaque un cisne suizo puede transportar en la tripa, sin perder su musicalidad simbolista, casi tantas monedas como un reloj de la familia Franco.
Ante la subida de los crudos decretada por Mahoma en su ¨²ltimo consejo de ministros decapitados, la usura o tipos.de descuento se han incrementado muy notablemente en Canad¨¢, Jap¨®n, Alemania Federal, Gran Breta?a e Italia. El genial poeta de la usura ya no puede verlo, afortunadamente para ¨¦l, y Cooper, el ¨²nico antipsiquiatra que podr¨ªa haberle salvado del impecable infierno hospitalario en que le encristalaron, est¨¢ ¨¦l mismo, seg¨²n me cuenta Geles, viviendo en un armario con una botella de whisky, borracho siempre ya haci¨¦ndose sus pises sin salir del armario.
El tipo de inter¨¦s -la usura- es lo que mejor controla la pol¨ªtica monetaria. La llamada usura preferencial sigue elevando el nivel de sus turbias aguas y le llega ya por las rodillas a los rascacielos de Wall Street. La tercera guerra mundial ser¨¢, como las anteriores, la guerra de la usura, o sea una guerra santa, ya que la operaci¨®n final del oro es la usura del cielo, la hipoteca de Dios, cosa que vienen intentando, a trav¨¦s de la Historia, desde los faraones ¨¢ureos hasta el ayatol¨¢ Jim¨¦nez con su jaleo de velos y muertos. El gobernador del Banco de Espa?a se?alaba el pasado s¨¢bado que este encarecimiento del dinero a nivel mundial puede originar en Espa?a ?elevaciones de los tipos de inter¨¦s internos?. Un aviso muy oportuno e inteligente para los inversores y los profesionales del cr¨¦dito.
Desde mediados de febrero, el dinero est¨¢ m¨¢s caro en Espa?a. Los porcentajes de elevaci¨®n andan por el 16 y el 17. Puesto que las reformas fiscales y monetarias no se han hecho a fondo, en estos ¨²ltimos a?os somos ante todo una democracia usuraria, como casi todas las democracias capitalistas, y todo el que compra o vende algo hoy en Madrid, desde el mechero contrachapeado/se lo doy barato al solar de la Corrala, que est¨¢ ya en especulaci¨®n antes de que la Corrala se caiga dentro de sus propios orinales viejos, se rige por la dial¨¦ctica de la usura. Mientras se debaten las m¨ªsticas nacional/ autonomistas, Espa?a se rige por la m¨ªstica de la usura.
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