Contradanza,

la obra de teatro en la que Isabel I de Inglaterra es presentada como un hombre condenado a ser mujer, se estren¨® en el teatro Lara, de Madrid, el pasado viernes, ante un p¨²blico que al principio parec¨ªa estupe facto ante esta pirueta hist¨®rica pero que al final apludi¨® con generosidad y vivas el ejercicio dram¨¢tico de Francisco Ors, un cient¨ªfico de 49 a?os que abandon¨® esa,tendencia profesional suya para escribir. Entre los que se encontraban en el teatro contemplando la obra hab¨ªa algunos pol¨ªticos en ejercicio y abundantes personajes del mundo del espect¨¢culo. En el elenco de los primeros contamos a Enrique de la Mata, que fue ministro y que hoy preside la Cruz Roja, aunque lo que ¨¦l quisiera es presidir el Atl¨¦tico de Madrid; a Gabriel Cisneros, sonriente y feliz en la tercera fila de butacas, y a Nicol¨¢s Sartorius, l¨ªder de Comisiones Obreras, que se sentaba en la pen¨²ltima fila, cohibido y elegante, como un lord ingl¨¦s que asistiera a una versi¨®n atrevid¨ªsima de la historia de su pa¨ªs. Jos¨¦ Luis Pellicena, encargado de llevar al escenario a la reina Isabel I, soporta durante su trabajo el peso de los onerosos ropajes regios -de cu¨¢ renta a ochenia kilos pesan los trajes que usan los actores-, aunque en un momento bastante largo de la funci¨®n tiene el alivio de permanecer desnudo. Francisco Ors, que salud¨® al final, con Jos¨¦ Tamayo, director de la puesta en escena, estaba feliz de la reacci¨®n popular, aunque se mostraba triste por el estado en que los abrazos hab¨ªan dejado la orqu¨ªdea que luci¨® para la noche del estreno.