Cuatro a?os despu¨¦s, casi todos lamentan la Constituci¨®n portuguesa
Los cuatro a?os transcurridos desde la promulgaci¨®n de la Constituci¨®n portuguesa se conmemoran hoy en plena pol¨¦mica sobre la revisi¨®n constitucional, uno de los principales temas de las pr¨®ximas campa?as electorales (legislativas y presidenciales) y l¨ªnea divisoria entre mayor¨ªa y oposici¨®n.Es dif¨ªcil recordar ahora la euforia que salud¨® la promulgaci¨®n de la nueva ley fundamental de la joven democracia lusa, doblemente salvada de la dictadura y del peligro revolucionario de 1975. Pero tambi¨¦n era dif¨ªcil imaginar, el d¨ªa 2 de abril de 1976, que escasos anos despu¨¦s de la entrada en vigor del sistema democr¨¢tico parlamentario institucionalizado, como se dec¨ªa entonces, la mayor parte de las fuerzas pol¨ªticas que acog¨ªan con alivio el triunfo de la constituyente sobre ?el poder de la calle? har¨ªan a la Constituci¨®n responsable de casi todos los males pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales del pa¨ªs.
Aprobada casi por unanimidad -s¨®lo votaron en contra los diecis¨¦is diputados (entre 250) del CDS-, la ley fundamental portuguesa fue entonces considerada como un instrumento jur¨ªdico muy avanzado en relaci¨®n a todos los existentes. Si bien consagraba la transici¨®n de Portugal hacia una sociedad socialista y establec¨ªa relaciones de producci¨®n tambi¨¦n socialistas, dedicaba una atenci¨®n especial a la definici¨®n de los derechos y garant¨ªas de la persona humana, en todas sus dimensiones.
Hoy, este exceso de ideolog¨ªa y de preocupaciones program¨¢ticas es sentido por la nueva mayor¨ªa pol¨ªtica como una camisa de fuerza que traba la evoluci¨®n del pa¨ªs hacia una democracia parlamentaria ?plena? o ?verdadera?; es decir, del tipo en vigor en la Europa occidental.
La pr¨®xima Asamblea, que ser¨¢ elegida en septiembre y octubre, tendr¨¢ poderes para iniciar la revisi¨®n de la Constituci¨®n. Pero los l¨ªmites que impone al alcance de la revisi¨®n -la necesidad de una mayor¨ªa de dos tercios para modificar los principios fundamentales y el cuadro institucional del r¨¦gimen- son considerados insoportables por la actual mayor¨ªa de centro-derecha.
Un Parlamento capaz de votar la ley del refer¨¦ndum -recurso para alcanzar la "libertad de revisi¨®n"- y un jefe del Estado dispuesto a promulgar dicha ley son, en gran medida, los objetivos que Alianza Democr¨¢tica se propone.
La otra v¨ªa, la del consenso, del ?acuerdo de r¨¦gimen? con el Partido Socialista, aparece, si no totalmente excluida, s¨ª dif¨ªcilmente alcanzable, porque los socialistas estiman que la orientaci¨®n fundamental de la Constituci¨®n no es negociable, aunque existan art¨ªculos cuya revisi¨®n ser¨ªa f¨¢cil y otros ?negociables?.
Un fantasma habita la Constituci¨®n de 1976: el del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), cuyo ¨²nico vestigio es hoy el Consejo de la Revoluci¨®n. El pacto MFA-partidos, concebido para colocar bajo la protecci¨®n de las armas los primeros pasos de la democracia, es hoy curiosamente presentado como una inaceptable tutela del poder pol¨ªtico por el poder militar. Una de las tantas contradicciones de la Constituci¨®n de 1976 es haber institucionalizado el Consejo de la Revoluci¨®n en el mismo acto que consagr¨® la desaparici¨®n del MFA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.