Misa de difuntos

El pasado d¨ªa 15 de marzo, en la iglesia de San Lesmes Abad, asistimos a una misa por mi padre, fallecido recientemente, una vez que ?alquilamos? el templo.Cu¨¢l no ser¨ªa nuestra sorpresa cuando los asistentes fuimos conducidos a una llamada capilla, que m¨¢s bien parec¨ªa un desv¨¢n de la parroquia, sin previo aviso a la familia. All¨ª entre santos mutilados colocados en el suelo, el peque?o grupo de personas enteradas del cambio de local, tuvimos incluso que cargar con alg¨²n banco y acomodarnos en las sillas plegables dispuestas a tal efecto. Pero no queda aqu¨ª la cosa. Tras la aparatosa introducci¨®n, dio comienzo el resto de la desorganizaci¨®n clerical.

Ya parec¨ªa que el formalismo del rito se llevaba a cabo, cuando refirl¨¦ndose a mi padre dijo el cura ?Roguemos a Dios por nuestra hija Faustina.? L¨®gicamente, el desconcierto y mosqueo total entre los asistentes y la familia no se hizo esperar. Algo tambi¨¦n extra?o fue la desaparici¨®n del cura despu¨¦s de la comuni¨®n.

Una vez terminada la misa, me acerqu¨¦ a la sacrist¨ªa, encontrando tan s¨®lo a una persona sin coraz¨®n y con mucho cinismo. En cuanto al cambio de solar, no me hizo el menor caso. Pero a m¨ª lo que m¨¢s me importaba era que hubiesen cambiado el nombre de mi padre. A lo que tuvo el cura la desfachatez de decirme que quien dio el nombre se hab¨ªa equivocado. Algo verdaderamente ins¨®lito, ya que fue mi madre personalmente quien mand¨® anotarlo, y creo que conocer¨¢ perfectamente el nombre de su marido. Nuevas excusas del cura que lleg¨® a decir que no se sab¨ªa bien si terminaba en a o en o, y cuando le coment¨¦ que ante una duda lo mejor era enterarse para no herir a nadie, me contest¨® que ten¨ªan muchas misas y no les en posible.

El colmo de los colmos fue

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cuando me dijo que, ?de todos modos, es un error sin importancia?. Esto es lo que algunas personas, no todas evidentemente, est¨¢n haciendo de nuestra religi¨®n. Creo que es un punto bastante importante que debemos subsanar.