Nos jugamos el tipo
Con el primer z¨¦firo primaveral y el ¨²ltimo desnudo de Marisol que sigue siendo el de siempre, me he puesto a considerar si este verano, el pr¨®ximo, procede o no procede el desnudismo. A m¨ª siempre me gusta, hasta que me constipo, pasear un poco, todos los a?os, por la mercer¨ªa del mar, orilla de sal y encaje antiguo, que si no propicia uno anualmente su propio nacimiento de Venus, como escritor, desde luego no lo van a propiciar los cr¨ªticos. Pasear en cueros vivos, se entiende. Me lo dijo Kavafis mientras le¨ªamos / toc¨¢bamos a cuatro manos el cuarteto de Alejandr¨ªa:-A qu¨¦ placeres dimos nuestros cuerpos.
Lo que pasa es que los tiempos son otros, don Constantino. A qu¨¦ prisiones dimos nuestros cuerpos, puede que debamos decir ma?ana, dada la involuci¨®n en las costumbres de que Felipe Gonz¨¢lez acusa al Gobierno y dados los ¨²ltimos secuestros, Cuencas, cr¨ªmenes, bordillos, malos tratos y retirada de embajadores de la libert¨¦. Claro que a Marisol la ha absuelto de esc¨¢ndalo p¨²blico/privado, un juez de Barcelona, en consideraci¨®n, entre otras cosas, a la ¨¦tica dimanante de su bocangeliana est¨¦tica. Pero me he mirado a ver en el armario de luna y lo cierto es que uno no tiene ya el alma alabeada de Marisol. O sea, que nos jugamos el tipo. Pero no como frase hecha (que prefiero deshacerlas), sino en sentido literal. Porque de pasear el tipo se trata, por los campos y playas nudistas, y otros a?os, a estas alturas de la Liga, los peri¨®dicos ya tra¨ªan noticia de clubs al respecto (algo as¨ª como una mitolog¨ªa con carnet) para pasear la carne triste y mallarmeana o la preceleste carne de premujer por entre las espumas industriales del litoral tur¨ªstico.
Este a?o, no. Este a?o, ni siquiera los peri¨®dicos m¨¢s desmelenoides, como el nuestro, han dado ninguna noticia al respecto, sino que, muy por el contrario, se ha empezado poniendo entre par¨¦ntesis el desnudo de Marisol (que adem¨¢s juega con su desnudo de hace diez a?os), de modo que c¨®mo voy a esperar yo m¨¢s clemencia para mi desnudo, que no es el de Marisol, seg¨²n el armario de luna, y tampoco es -ay- el de hace diez a?os. Durante la pasada y pertinaz Semana Santa han estado prohibidos en Madrid los espect¨¢culos de desnudo las pel¨ªculas ?S? y los cuerpos de mujer en forma de ese. Al menos un par de d¨ªas. Hay se?ales en el cielo de la Moncloa de que vuelven los padres procesales del R¨¦gimen que aquello s¨ª que era un R¨¦gimen, y nadie se aclaraba anoche, ni en La Aurora ni en El Sol ni entre las carrozas carrozadas de Bocaccio, si este a?o va a poder uno, una, desencuerarse. desmadrarse, despelotizarse. Estamos en un momento de la vida espa?ola en que se ha levantado la veda del rojo, del nudista, del pasota, del periodista y de la t¨ªa compacta sin que el Ministerio haya abierto la ventanilla correspondiente para pagar la multa. Estamos en ese momento austral, boreal, germinal, en que crece o muere, en que no se sabe si te pueden mangar a la jai del panty que no usa o te pueden mangar al ni?o por el libro (rojo) que no lleva al -cole. Estamos en un grito. ,
?Que los fr¨ªvolos me llamen fr¨ªvolo?, como dec¨ªa tambi¨¦n Kavafis, pero a m¨ª me trae flojo saber cu¨¢ntas autonom¨ªas van a caer este a?o, qu¨¦ pela larga se van a llevar los colegios religiosos, qu¨¦ tiene Nicol¨¢s Redondo contra nosotros los periodistas, c¨®mo se lo hacen los ucediarios para comer el coco a los alcaldes rojos, en cu¨¢nto est¨¢ ahora el divorcio teol¨®gico o si la Real se va a chupar la Liga. Yo lo que quiero aclararme es si nosju gamos o no el tipo, este verano, en la cosa de Ibiza, con el desencuere, y hasta d¨®nde es constitucional / anticonstitucionalver /ense?ar el organismo. Tenemos tan tos presidentes -Su¨¢rez, Pujol, Tarradellas, Leizaola, Garaikoetxea, la tira- y ninguno se ha pronunciado sobre lo ¨²nico que importa: el potrancamen.
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