Conferencia de G¨®mez Caffarena sobre filosof¨ªa y fe religiosa

El pasado mi¨¦rcoles se reanud¨® el ciclo sobre el pensamiento espa?ol contempor¨¢neo, en la Fundaci¨®n de Investigaciones Marxistas, con una conferencia del profesor Jos¨¦ G¨®mez Caffarena sobre Filosof¨ªa y fe religiosa. Comenz¨® exponiendo el conflicto personal, que desgarr¨® su vida, entre filosof¨ªa y fe religiosa. Antagonismo que arranca de la lectura de una obra de Ortega y Gasset, sobre Leibnitz, en la que se afirma que se comienza a poder hacer filosof¨ªa cuando se pierde la fe.

La lectura Porque no soy cristiano, de Bertrand Russell, le descubri¨® el miedo a la fe del cristiano que no osaba confesarse a si mismo que pod¨ªa vivir s¨®lo de la fe y necesitaba buscar unas demostraciones racionales de la existencia de Dios. En un primer momento, pens¨® el profesor G¨®mez Caffarena que la salida de este conflicto se encontraba en la justificaci¨®n s¨®lo por la fe en el fide¨ªsmo que predica el te¨®logo Karl Barth. Pero tampoco le satisfizo esta fe en s¨ª mismo, clausurada, y encontr¨®, en el concepto de la fe racional de Kant, la soluci¨®n a esta antinomia. As¨ª, dijo, existe un substrato racional a toda fe, pues si los hombres no somos medios los unos para los otros, sino fines que buscan el supremo bien originario para realizar el bien real que buscamos, se justifica racionalmente la fe. Este es el postulado de la raz¨®n pr¨¢ctica de Kant. Sin embargo, hay que ir m¨¢s all¨¢ de Kant. Tanto la filosof¨ªa como la fe son puramente racionales, pero, a diferencia de la raz¨®n cient¨ªfica, ninguna es verificable en la experiencia emp¨ªrica. Por consiguiente, la filosof¨ªa y la fe deben buscar sus ra¨ªces en la existencia concreta del hombre.Luego nos describi¨® la estructura de la fe, que es un compromiso, dijo, que debemos racionalizar, pues no es la mera aceptaci¨®n de una revelaci¨®n impuesta desde fuera. En este sentido, afirm¨® que todos somos potencialmente fil¨®sofos y, a la vez, creyentes. El marxista mismo tiene una fe anterior a toda raz¨®n cr¨ªtica, pues posee un sentimiento de fraternidad o solidaridad dolorosa que le ha llevado al marxismo. Pero lo definitivo de la fe es que el creyente puede abandonarla en cualquier momento, dudando de ella continuamente. De esta forma desaparece el dogmatismo autoritario, el absolutismo excluyente que fue dominio de la mentalidad eclesial durante mucho tiempo.