Crece el inter¨¦s por las inversiones en obras de arte y antig¨¹edades
Entre lo puramente comercial y la recuperaci¨®n del patrimonio cultural de la sociedad, medio centenar de anticuarios participan en la 2? Feria de Antig¨¹edades de Sevilla, que se celebra estos d¨ªas, abarcando obras expuestas por un total de, aproximadamente, 3.000 millones de pesetas.
Un ejemplo del inter¨¦s que est¨¢ adquiriendo el coleccionismo o la inversi¨®n en obras de arte es el hecho de que un comprador ha pagado diez millones de pesetas por la adquisici¨®n de un stand completo de este certamen sevillano.Gran n¨²mero de compradores acuden en busca de una posible inversi¨®n rentable, pero hay que tener en cuenta que ¨¦sta depende del tipo de antig¨¹edad (arte, sellos, monedas, etc¨¦tera). El arte, por ejemplo, no suele ofrecer rentabilidades apreciables mas que a medio y largo plazo (alrededor del 25 % y 40%, respectivamente).
En este sentido, los autores y g¨¦nero de pintura m¨¢s rentables en 1979, seg¨²n un estudio de la galer¨ªa Dur¨¢n, han sido las obras del siglo XIX y XX en Espa?a. Se destacan los nombres de Jos¨¦ Gallegos, Antonio Reyna, Jos¨¦ Villegas y Mart¨ªn Rico, quienes han alcanzado cifras similares a las obras de Fortuny.
Tambi¨¦n la pintura figurativa contempor¨¢nea, de autores como Eduardo Naranjo, Benjam¨ªn Palencia y, sobre todo, pintores regionalistas, como Eugenio Hermoso, han acusado fuertes revalorizaciones. En cuanto a la seguridad de compra, el inversor no tiene otro medio que el acudir a los expertos, precisamente porque el problema de este comercio es que se presta a falsedad o enga?o. A pesar de todo, no existe en Espa?a ning¨²n organismo que garantice la autenticidad de una obra de arte.
La expertizaci¨®n est¨¢ en manos de personas de renombre, de las que el cliente, y los propios anticuarios, deben fiarse. ?Es casi imposible certificar una pintura?, comentaba un anticuario, ?a menos que est¨¦ catalogada?. ?Los anticuarios?, agrega, ?sabemos con cierta seguridad si una obra es, o por lo menos puede ser, de un autor determinado, pero tambi¨¦n nos podemos equivocar?.
En este sentido, se ha creado recientemente una sociedad, Comurban, que hace posible la adquisici¨®n de obras de arte (cuadros y esculturas) debidamente documentadas mediante acta notarial de reconocimiento por parte del propio autor, as¨ª como el compromiso de la empresa a recomprar en un plazo m¨¢ximo de cinco a?os con una plusval¨ªa m¨ªnima del 25%.
Por otra parte, algunas casas poseen aparatos de rayos ultravioletas que definen perfectamente la composici¨®n de las pinturas empleadas. En cuanto a los servicios de tasaci¨®n, se cobran a raz¨®n del 2% si los precios son inferiores a un mill¨®n y medio; el 1,5%, si est¨¢n entre 1,5 y cinco millones, y el 1 %, si el valor es superior a los cinco millones de pesetas.
Las otras antig¨¹edades
Durante el pasado a?o alcanzaron una buena revalorizaci¨®n una serie de piezas, tales como las de art nouveau y art deco, los iconos (que alcanzaron las 400.000 pesetas) o las piezas de arqueolog¨ªa y arte primitivo. Pero las mayores subidas fueron la experimentadas por la orfebrer¨ªa de plata y los plateados, ya que sus precios se han triplicado en los dos ¨²ltimos a?os. Los marfiles orientales tambi¨¦n se encuadran en el marco de las grandes revalorizaciones.M¨¢s moderadas han sido las subidas en alfombras y tapices, condicionadas por la antig¨¹edad y dimensiones. Los muebles, por su parte, han tenido sus mejores inversiones en los franceses e ingleses, aunque sus precios ya son muy altos. En este campo de las antig¨¹edades, los expertos se?alan que en un futuro las mejores inversiones ser¨¢n los libros de colecci¨®n y los relojes de bolsillo.
La filatelia, en alza
Otra de las grandes atracciones de la 21 Feria de Antig¨¹edades es la presencia de quince especialistas de diversos puntos de Espa?a con una bolsa filat¨¦lica que supera los diez millones de pesetas, habiendo series que se cotizan en las 120.000 pesetas.Es destacable el hecho de que mientras otras ¨¢reas de inversi¨®n han perdido seguridad, los sellos han pasado de ser una ?inversi¨®n de refugio? a una inversi¨®n ?fuerte y con perspectivas cada d¨ªa mejores?, seg¨²n el especialista Luis Mar¨ªa Lorente, dado que las tiradas de sellos se mantienen invariables, pero la demanda -y, por consiguiente, el precio- aumenta.
Las emisiones filat¨¦licas del siglo XX han aumentado de valor, con las alzas m¨¢s significativas en los sellos de la ¨¦poca de Alfonso XIII. Tambi¨¦n tienden al alza los ejemplares de la Rep¨²blica y los de la Monarqu¨ªa, pese a su poca antig¨¹edad.
Por el contrario, el mercado de las monedas ?est¨¢ aplastado por la fiebre del oro de bolsa?, manifiesta el experto Esteban Collantes, ?con el que se puede especular y que causa mucho da?o a las piezas numism¨¢ticas?, dado que el valor intr¨ªnseco de la moneda ha superado en muchos casos su valor numism¨¢tico.
El crecimiento espectacular de estos valores entre 1975 y 1976 se estabiliz¨® en 1978. De todas formas, la revalorizaci¨®n promedio obtenida con una inversi¨®n hecha en el a?o 1968 es en la actualidad trece veces superior.
En general, la moneda de oro de los ¨²ltimos cinco siglos es muy sensible a oscilaciones especulativas o de la moda entre coleccionistas, mientras que las piezas cl¨¢sicas o medievales resultan mucho m¨¢s estables y su revalorizaci¨®n siempre crece por encima del ¨ªndice del coste de la vida.
El mercado de las antig¨¹edades est¨¢, por otra parte, muy relacionado con el fantasma de Hacienda, ya que los objetos de arte est¨¢n gravados con un impuesto de lujo del 26% sobre el valor neto de venta. Este impuesto resulta el doble del que tienen que pagar otros comerciantes sobre sus beneficios, prest¨¢ndose, por tanto, a las m¨¢s variadas irregularidades y secretos. Cliente y vendedor frecuentemente declaran precios mucho m¨¢s bajos que los reales.En este sentido, Bienvenido Mateos, secretario del comit¨¦ organizador de la Exposici¨®n del Anticuario Espa?ol, que se celebr¨® en Madrid, aseguraba que es necesario ?que el Estado diferencie entre antig¨¹edad y objeto de lujo?. Aduce para ello que si bien algunos clientes son personas de alta clase social o grandes empresas, ?un 70% de los compradores son coleccionistas modestos, y a ellos les afectan los elevados impuestos tanto como a nosotros?.
La picaresca alcanza hasta las subastas, en las que muchos objetos est¨¢n vendidos antes de la puja o los no subastados se venden despu¨¦s, a un precio que s¨®lo el inversor y el anticuario conocen. Mientras tanto, florece un mercado paralelo clandestino, que, seg¨²n los anticuarios, ?est¨¢ muy poco controlado y es la mayor sangr¨ªa a la que se ve sometido el patrimonio cultural?.
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