Cuatro m¨ªnimos consecutivos
Como fracamente negativo cabr¨ªa calificarse el comportamiento de los mercados de valores a lo largo de la pasada semana. Los cuatro valores m¨ªnimos consecutivos que marcaba el ¨ªndice madrile?o, a pesar de la m¨¢s que cuestionable representatividad de esta media, los rid¨ªculos vol¨²menes de contrataci¨®n realizados a diario y la p¨¦rdida de la par por el ¨ªndice barcelon¨¦s, da una idea del momento, por dem¨¢s comprometido, que atraviesan las Bolsas, en v¨ªsperas de cumplirse el sexto aniversario de la fecha convencionalmente aceptada como de inicio de la crisis burs¨¢til.La falta de soluciones imaginativas a los problemas t¨¦cnicos de un modelo de mercado de valores perteneciente a ¨¦pocas pret¨¦ritas, la ausencia de nuevos activos negociables y la actitud abiertamente negativa de los mayores inversionistas institucionales son las razones que habitualmente se barajan entre los especialistas como causas que justifican la actual aton¨ªa de la Bolsa, en mayor medida incluso que la propia situaci¨®n de crisis de las econom¨ªas, tanto nacionales como internacionales.
Las dos primeras sesiones de la tanda fueron de puro ?relax?. La retirada, cuando menos aparente, de los saldos vendedores en bancos que tantos nervios trajo al parqu¨¦ las ¨²ltimas jornadas del ciclo anterior, junto con la moderaci¨®n y falta de prisas que evidenciaban los vendedores, eran las l¨ªneas maestras por las que transcurr¨ªa la actividad mercantil. S¨®lo la evidente inhibici¨®n de los compradores imped¨ªa una trayectoria m¨¢s brillante. Los valores con ?padrinos? de posibles consegu¨ªan mantener sus precios en estas circunstancias, e incluso en algunos casos llegaban a apuntarse discretas mejoras. El resto del mercado, por supuesto, manten¨ªa la orientaci¨®n negativa que correspond¨ªa a la citada falta de iniciativa por parte de los inversores.
El jueves, y sin que se debiera a ning¨²n est¨ªmulo concreto, se incrementaba el n¨²mero de t¨ªtulos puestos a la venta. Los sectores bancario y el¨¦ctrico eran los principales destinatarios de los afanes de los vendedores. Estas ¨²ltimas parec¨ªan estar pagando las peque?as subidas de d¨ªas atr¨¢s, mientras los bancos sufr¨ªan de las prisas de los vendedores que intentaban realizar sus posturas, antes de la sesi¨®n de cierre, que se presentaba incierta. El viernes, en Madrid, se acrecentaron los desequilibrios entre ¨®rdenes de venta y las de compra en favor de las primeras. Las opiniones de un grupo de cualificados expertos en programas de TVE, sobre el dif¨ªcil momento econ¨®mico actual del pa¨ªs, y las cr¨ªticas m¨¢s o menos acerbas a la gesti¨®n del equipo del Gobierno en materias econ¨®micas, acabaron de poner nerviosos a los inversores, que se abocaron a una carrera por vender. Si la Bolsa no baj¨® m¨¢s, se debi¨® a que pr¨¢cticamente no hab¨ªa compradores.
El mercadillo de letras continu¨® consolid¨¢ndose. Evidentemente, es Banesto, en el mercado madrile?o, quien marca las pautas de actuaci¨®n, y tras haber encontrado un modelo de efecto, con el que parece desenvolverse con comodidad, el de un mill¨®n o un mill¨®n y medio de pesetas, parece sentirse tambi¨¦n satisfecho con ese 13,5% como tipo de descuento, casi universalmente aceptado. S¨®lo las letras peque?as, las de 500.000 pesetas, se negociaron a tipos m¨¢s bajos.
En Barcelona se negaron a vender algunos efectos al 13,75.
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