Honduras elige hoy su Asamblea Constituyente
Los dirigentes de los partidos pol¨ªticos que concurren hoy a las elecciones para integrar la Asamblea Constituyente de Honduras, paso inicial para la recuperaci¨®n de la normalidad pol¨ªtica de este pa¨ªs, han insistido en las ¨²ltimas horas en denunciar irregularidades diversas en el sistema electoral, que propician la posibilidad de resultados fraudulentos. El Tribunal Nacional de Elecciones, m¨¢ximo organismo de control del proceso, ha tratado de resolver sobre la marcha algunas de estas irregularidades, pero la impresi¨®n m¨¢s generalizada es que hoy muchas personas se quedar¨¢n sin votar y otras podr¨¢n hacerlo m¨¢s de una vez, por las omisiones y repeticiones de votantes en las listas electorales.
Est¨¢ vigente la ley seca en todo el pa¨ªs, y se han cerrado las fronteras mar¨ªtimas y terrestres con el objeto de evitar que entren al pa¨ªs personas que puedan provocar incidentes violentos. Hasta ahora, afortunadamente, no se han producido hechos de sangre, tan comunes en los pa¨ªses centroamericanos. En este punto, como en algunos otros, Honduras es una excepci¨®n.Aparte de la significaci¨®n pol¨ªtica interna de los comicios, que abren la posibilidad de un tr¨¢nsito pac¨ªfico de una larga sucesi¨®n de Gobiernos militares a la soberan¨ªa popular y el Gobierno de civiles, la gran cuesti¨®n pendiente en este pa¨ªs es saber si ser¨¢ capaz de sustraerse a la vor¨¢gine revoluci¨®n centroamericana.
Un an¨¢lisis minucioso de la realidad socioecon¨®mica de Honduras conduce a la conclusi¨®n de que, aunque existen circunstancias comunes con El Salvador, Guatemala y Nicaragua, los problemas est¨¢n aqu¨ª menos agudizados que en esos tres pa¨ªses.
Existe pobreza si existe una marcada influencia de las transnacionales y un sentimiento enfrentado a la perpetuaci¨®n de las fuerzas armadas en el Ej¨¦rcito del poder. Pero es igualmente cierto que aqu¨ª no hay un peque?o grupo de familias, como en El Salvador o Guatemala, que acumulen en sus manos las riquezas naturales de la naci¨®n. Aqu¨ª existen m¨¢s de 60.000 cultivadores de caf¨¦ y 30.000 algodoneros, propietarios de sus predios. El Estado ejerce (aunque con frecuentes episodios de corrupci¨®n) el control de las exportaciones, est¨¢n nacionalizados los bosques, importantes fuentes de divisas para el pa¨ªs, y determinadas acciones de reforma agraria se realizaron aqu¨ª cuando en los pa¨ªses vecinos hablar de reforma agraria supon¨ªa c¨¢rcel o muerte.
Existe un componente ideol¨®gico, suficientemente estudiado por los investigadores, que convierte a los hondure?os en el pueblo menos violento de Centroam¨¦rica. El sentimiento nacionalista de los habitantes de este pa¨ªs es el resultado de una conjunci¨®n ¨¦tnica, dif¨ªcil de encontrar en las dem¨¢s naciones de la regi¨®n.
La izquierda combativa no ha hecho su aparici¨®n en Honduras, salvo en episodios muy aislados. No hay constancia de grupos guerrilleros y nadie ha hecho hasta ahora, pronunciamientos sobre luchas armadas. Los j¨®venes s¨ª est¨¢n hastiados del fen¨®meno galopante de la corrupci¨®n oficial y de la supremac¨ªa tradicional de los partidos nacional y liberal.
Existe la posibilidad de que, con todos estos componentes, Honduras se convierta para Estados Unidos en el b¨²nker conservador que perdi¨® con la ca¨ªda de Nicaragua y con los giros pol¨ªticos radicales que son m¨¢s que probables en El Salvador y Guatemala. Los poderosos vecinos del Norte, por lo que se sabe, apoyan la normalizaci¨®n pol¨ªtica hondure?a y el regreso al poder de los civiles, pero el mismo tiempo est¨¢n propiciando la r¨¢pida modernizaci¨®n de las fuerzas armadas, con cr¨¦ditos y ayudas en material mucho m¨¢s importante que las ofrecidas a los pa¨ªses vecinos.
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