Muchos incendios forestales son una acci¨®n de venganza por la enajenaci¨®n de los montes comunales
La repetida pregunta de ??Qui¨¦n quema los montes?? siempre fue contestada con ambig¨¹edad por las autoridades. Al parecer, nadie sab¨ªa nada, o no se ten¨ªan puebas. Sin embargo, la Administraci¨®n tiene en su poder desde 1976 un minucioso estudio sociol¨®gico sobre los factores condicionantes de los incendios forestales, que, de haberse hecho p¨²blico, habr¨ªa aclarado a los confusos espa?oles los or¨ªgenes de lo que la propia Administraci¨®n no duda en calificar cada verano de ?desastre nacional?.Este informe, de 142 p¨¢ginas, fue elaborado por la Sociedad Asturiana de Estudios e Investigaci¨®n Econ¨®mica (Sadei), por encargo del Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (Icona). El estudio, por el que, al parecer, el Icona pag¨® dos millones de pesetas, fue entregado a este organismo del Ministerio de Agricultura en 1976.
Seg¨²n fuentes cercanas al Ministerio de Agricultura, que facilitaron el informe a EL PAIS, el Icona pidi¨® en su d¨ªa al Sadei que te hiciera entrega de absolutamente todas las copias que existieran del informe y guardara reserva total sobre el contenido del mismo.
El informe de Sadei sobre los incendios forestales se limita a reflejar los resultados de un trabajo de campo, realizado en los cincuenta puntos m¨¢s conflictivos de las monta?as de Asturias y Santander. De este texto se deduce que los incendios forestales intencionados en el norte de Espa?a son originados por los campesinos, en venganza por, el quebranto de sus medios de subsistencia, injusticias y atropellos que han sufrido desde que el franquismo iniciara, en 1940, el Plan Nacional de Repoblaciones, que preve¨ªa la plantaci¨®n de 5,7 millones de hect¨¢reas de pinos y eucaliptos en cien a?os.
Seg¨²n declar¨® el Icona a EL PAIS, este informe fue encargado para informaci¨®n interna de la Administraci¨®n, al igual que otros estudios que se han hecho sobre Galicia y otras regiones espa?olas, y no para ser publicado.
El conflicto tiene su origen en los montes comunales. En Asturias, al igual que en otras regiones, como Galicia o Santander, cada parroquia suele tener uno o varios montes comunales, en los que pastaban las caba?as de ganado durante casi todo el a?o, el principal medio de vida de estos pueblos de monta?a. El derecho al usufructo de estos montes se remonta a uno o varios siglos, y est¨¢ reglamentado por las leyes germ¨¢nicas, que estipulan que son propiedad de todos los vecinos, indivisibles, inalienables e inembargables.
Despu¨¦s de la guerra civil espa?ola, numerosos ayuntamientos registraron esos bienes comunales como si fueran bienes propios, sin conocimiento de los vecinos, y los consorciaron con el Patrimonio Forestal del Estado para que fueran repoblados.
Paralelamente, las Juntas Vecinales que los administraban fueron disueltas, prohibidas o privadas de sus atribuciones.
Los contratos de los consorcios prev¨¦n un 68% de los beneficios de la madera para el ayuntamiento, un 17% para el Icona y un 15% par ' a reinvertir en mejoras de las repoblaciones. Los pueblos afectados por las repoblaciones consorciadas con los ayuntamientos, normalmente lejos de la capital municipal, deprimidos y sin ning¨²n tipo de servicios, ten¨ªan que contemplar c¨®mo les plantaban de pinos sus propiedades y los condenaban a la absoluta miseria, mientras los beneficios iban a parar a las arcas del Icona y de los ayuntamientos franquistas, la mayor¨ªa de ellos acusados de corrupci¨®n por los vecinos de los pueblos.
El informe Sadei
El estudio de Sadei, el ¨²nico informe serio y riguroso que se hizo sobre la historia de las repoblaciones, oculto en alg¨²n despacho durante cuatro a?os, cuenta con todo detalle c¨®mo les fue arrebatado a los campesinos ese mill¨®n de hect¨¢reas y habla de su desesperaci¨®n, impotencia y acciones de venganza.
La imagen de los t¨¦cnicos y guardas del Icona, expulsando a los campesinos locales de sus ¨¢reas tradicionales de cultivo y pastoreo, empujando con ello a poblaciones enteras a cambios dr¨¢sticos en su forma de vivir, en busca de la supervivencia, es algo que permanecer¨¢ en el recuerdo de estas gentes durante alg¨²n tiempo.
?La investigaci¨®n de campo?, se?ala el informe de Sadei, ?no pudo ajustarse, por la ¨ªndole de lo que se busca, a un procedimiento de encuesta estandarizado. Ha sido preciso adoptar un procedimiento mucho m¨¢s libre de conversaciones informales, ocultando en ocasiones la identidad de los encuestadores o el tema que se deseaba tratar, el cual, frecuentemente, hubo de ser suscitado indirectamente en el curso de la charla?.
Los encuestadores de Sadei entrevistaban en primer lugar al alcalde del municipio. ?Ha sido usual?, dice el informe, ?advertir que el alcalde no se siente representante de unos vecinos de cuyas ideas o intereses no ha de ser portavoz ante la Administraci¨®n, sino como el titular de unos intereses que han de ser defendidos de las inoportunas pretensiones de los vecinos. En ocasiones, el alcalde facilita nombres de vecinos a los que califica de negativos, provocadores, etc¨¦tera?.
Posteriormente, se entrevistaba a la Guardia Civil. ?Como regla general?, comentan los encuestados de Sadei, ? se puede decir que la Guardia Civil participa de la idea de que los incendios son provocados por los campesinos, y ha comprobado reiteradamente c¨®mo ¨¦stos se niegan a participar en la extinci¨®n, o, m¨¢s frecuentemente, y para evitar multas, se esconden o se van del municipio antes de que empiece el fuego?.
Sin embargo, apenas s¨ª existen casos en los que se halla identificado a los autores del incendio, que se provoca normalmente con mechas de efecto retardado. ?Quien provoca el incendio se provee siempre de una coartada, y cuenta adem¨¢s con el apoyo y colaboraci¨®n de los vecinos, que niegan todo el conocimiento sobre el caso?.
La oposici¨®n de los campesinos a las repoblaciones no se limit¨® a acciones de venganza a posteriori. En el a?o 1968, los vecinos de las aldeas asturianas de Curries y de Arenas de Beloncio, en el municipio de Pilo?a, cerca de Infiesto, arrancaron en una sola noche 6.00T pinos reci¨¦n plantados por el Servicio de Repoblaci¨®n Forestal en la sierra de Las Grandes Llanas, donde desde siglos pastaba su ganado. Despu¨¦s de arrancarlos los apilaron y los prendieron fuego.
La Administraci¨®n volvi¨® a repoblar aquellas tierras, que hab¨ªa consorciado con el Ayuntamiento. Los campesinos no volvieron a arrancarlos. Esperaron a que crecieran lo suficiente. Pocos a?os despu¨¦s se declaraban en esta zona 47 incendios, todos ellos intencionados, que arrasaron con todos los pinos. ?Que no se hagan ilusiones, que de aqu¨ª no van a sacar ni un pino es una frase que recogieron con frecuencia los investigadores de Sadei mientras realizaron su informe.
El estudio de Sadei comienza por Ibias, el municipio m¨¢s suroccidental de Asturias. De sus 33.144 hect¨¢reas de superficie, 14.131 son de bosque, de las cuales, 9.219 son pinos. El resto, son bosques aut¨®ctonos de hayas y robles.
?Antes de la repoblaci¨®n?, dice el informe de Sadei, ?todos los pueblos de Ibias utilizaron los montes, a los que consideraban de propiedad com¨²n. Cuando comenzaron las repoblaciones se enteraron de que la corporaci¨®n municipal hab¨ªa suscrito consorcio con el Patrimonio Forestal del Estado. ?Hab¨ªa entregado nuestros montes a la forestal?, dicen los vecinos. En efecto, hab¨ªan sido consorciados todos los montes comunales sin consultar a los afectados.
?En aquellos a?os dif¨ªciles?, contin¨²a Sadei, ?el pueblo no supo oponerse a la repoblaci¨®n y acept¨® el trabajo de plantar pinos para ganar los jornales. Al disminuir el ritmo de repoblaci¨®n perdieron estos jornales y, habiendo disminuido los espacios que utilizaban para el pastoreo e intensific¨¢ndose la vigilancia de las repoblaciones, tuvieron que deshacerse del ganado?.
En el municipio de Allande, donde el Icona ha repoblado 4.500 hect¨¢reas de pinos, el pueblo de Bustantigo dice tener o haber tenido papeles acreditativos de la propiedad comunal del monte. Basados en ellos, los habitantes del citado pueblo se opusieron a la repoblaci¨®n y se enfrentaron con los representantes del Patrimonio Forestal del Estado. ?Como consecuencia de los enfrentamientos?, se?ala el Sadei, ?hubo un muerto por arma de fuego; se trata del suceso m¨¢s grave que ha podido recogerse en nuestra investigaci¨®n, lo que puede tomarse como un indicio de la impopularidad de las repoblaciones?.
Continuando con este problema, el informe de Sade¨ª sigue analizando uno a uno los municipios asturianos.
En Tineo, el Icona repobl¨® 7.320 hect¨¢reas. A lo largo del per¨ªodo considerado se registraron en la zona 68 incendios, de los cuales, al menos cincuenta fueron intencionados. ?Merece destacarse?, dice el informe, ?que 56 incendios se iniciaron en los montes consorciados por el Ayuntamiento. En cambio en los consorcios no municipales han ocurrido solamente tres incendios, cuya causa se conoce, y no fue intencionada, sino fortuita. En los montes particulares solamente se incendi¨® uno en una ocasi¨®n, a causa de un rayo ?.
?La repoblaci¨®n en Tineo, un municipio de grandes recursos ganaderos, ha causado un gran malestar. Hemos podido recoger frases como esta: ?No s¨¦ qui¨¦n quema los pinos; pero lo ¨²nico que s¨¦ es que los pinos, como mejor est¨¢n es quemados".?
"La forestal se levant¨® con el monte"
Salas, un municipio situado en la zona interior de Asturias, lindando con Tineo, tiene una superficie de 22.500 hect¨¢reas, de las que est¨¢n cubiertas de arbolado 4.000. De ¨¦stas, la mitad corresponden a repoblaciones forestales realizadas por la Administraci¨®n en colaboraci¨®n con la Diputaci¨®n Provincial.
?Al igual que hemos visto en Tineo?, dicen los encuestadores de Sadei, ?los montes consorciados por el Ayuntamiento eran, seg¨²n los vecinos, de propiedad comunal, y fueron consorciados sin previo aviso?.
?En el Ayuntamiento?, a?aden, ?hemos podido recoger algunas precisiones. La pol¨ªtica municipal respecto a los montes se gu¨ªa por el principio de actuar sin previo aviso a los pueblos. Los asuntos concernientes a estos bienes es Preferible que no sean sacados a informaci¨®n p¨²blica, a fin de evitar problemas (en todo caso, si se sacan, puede hacerse de forma que nadie llegue a enterarse). En cuanto a la administraci¨®n de los fondos procedentes de los aprovechamientos forestales, se estima que el Ayuntarniento es su due?o y puede disporier de ellos para emplearlos d¨®nde y c¨®mo necesita?.
? La corporaci¨®n?, contin¨²a el informe Sadei, ?prefiere no emplearlos en el pueblo cercano al monte, por considerar que ?el pueblo ya tiene bastante con el monte?. Estas son, resumidas, las l¨ªneas de actuaci¨®n que presi.den la pol¨ªtica forestal del municipio de Salas, y que deben de ser consideradas en el ayuntamiento como riormales, a juzgar por el tono en itie nos fueron expuestas, un tono que parec¨ªa exigir aquiescencia y complicidad?.
?En este municipio se han registrado en el per¨ªodo que venimos considerando veintisiete incendios; de ellos, diecis¨¦is corresponden a montes consorciados. En un pueblo de esta zona, Colniella, los vecinos consideran que la forestal se levant¨® con el monte". No obstante lograron retener en su poder una zona, que dividieron en lotes entre los vecinos y, posteriormente, la plantaron de pinos. Estos no quemaron nunca.?
Muchos de los pueblos no han podido superar el descalabro econ¨®mico que supuso para ellos la privaci¨®n de los montes comunales, y quedaron fuertemente despoblados. As¨ª, en el municipio de Proaza, hay pueblos, como Bandujo, que antes de la repoblaci¨®n contaba con una caba?a de setecientas cabezas de ganado vacuno y otras tantas de ovino. El ganado vacuno se manten¨ªa, durante el verano, en los puertos altos; durante el invierno se trasladaba a las zonas comunalessituadas por debajo del pueblo.
El informe Sadei finaliza diciendo: ?A la luz de los testimonios recogidos, no cabe duda alguna de que el. malestar de los ganaderos es muy grande; se sienten expoliados de sus bienes, sometidos a procesos de cambid que deben afrontar en solitario, enfrentados a una Administraci¨®n que es vista como un enemigo (sentimiento, en ocasiones, rec¨ªproco), las Junas Vecinales han sido suprimidas, el ganado es rritiltado por entrar en pastaderos que se utilizaban durante siglos; pr¨¢cticas ancestrales, romo la roza a fuego, son reguladas o prohibidas sin ofrecer ninguna soluci¨®n alternativa, la roturaci¨®n de eriales comunales es dificultada, mientras las corporaciones municipales pueden establecer consorcios que m¨¢s tarde la oposici¨®n de todo un concejo es incapaz de remover, los Ayuntamientos entregan sus tierras como cotos de caza sin el consentimiento de los vecinos...
Todas estas circunstancias han venido creando un clima en el que muchos campesinos emigran, bastantes se resignan, y unos pocos, finalmente, colocan mechas y las encienden?.
Toda la desesperaci¨®n de los campesinos ante la actuaci¨®n del Icona se resume en esta frase airada y repentina que pronunci¨® un vecino al llegar a un pueblo uno de los encuestadores de Sadei: ?Si usted es de la forestal y viene a plantar esto, lo mato?.
La devoluci¨®n de los montes comunales
El pasado d¨ªa 17 de abril, la Comisi¨®n de Agricultura del Congreso aprobaba por unanimidad un proyecto de ley sobre Montes Vecinales en Mano Com¨²n, que pretende poner fin a este estado de injusticia que, por otra parte, amenaza con acabar con todos los ¨¢rboles repoblados. Tan s¨®lo entre 1960 y 1980 han ardido 883.532 hect¨¢reas de superficie arbolada, con unas p¨¦rdidas econ¨®micas estimadas en cerca de 30.000 millones de pesetas.
Seg¨²n este proyecto de ley, que pasar¨¢ pr¨®ximamente al pleno del Congreso para su aprobaci¨®n, cerca de un mill¨®n de hect¨¢reas que en su d¨ªa fueron enajenadas a los campesinos y registradas en el Cat¨¢logo de Montes de Utilidad P¨²blica o a propiedad de los ayuntamientos podr¨¢n ser devueltas a las agrupaciones vecinales.
La posibilidad de esta devoluci¨®n ya estaba prevista en la Ley 52/1968, de 27 dejulio, sobre Montes Vecinales en Mano Com¨²n. Como dice el informe de Sadei: ?Esta ley podr¨ªa servir para devolver de alg¨²n modo la titularidad de los montes a las entidades locales que han sido despose¨ªdas de todos los derechos de gesti¨®n y aprovechamiento de sus montes, La citada ley no ha sido puesta en pr¨¢ctica o, al menos, no tenemos noticias de su aplicaci¨®n?.
En los ¨²ltimos tiempos, especialmente desde que han desaparecido los ayuntamientos franquistas, el Icona se ha apresurado a aplicar esta ley, y, por ejemplo, en Galicia ya ha devuelto cerca del 40% de los montes comunales. Algunos observadores estiman que esto ha sido una maniobra para adelantarse a la ley que aprobar¨¢ pr¨®ximamente el Congreso y que te podr¨ªa ser m¨¢s desfavorable. Incluso hubo intentos de frenar este proyecto de ley, presentando el Ministerio de Agricultura un anteproyecto despu¨¦s de que UCD-Galicia hubiera efectuado una proposici¨®n de ley sobre este tema, que, al parecer, era demasiado progresista para los intereses del Icona.
La Comisi¨®n de Agricultura del Congreso ha refundido ambos textos logrando un proyecto de ley que soluciona el problema en parte, pero que no cuenta con el apoyo total de los afectados. La Coordinadora de Montes Vecinales de Galicia, organizaci¨®n dedicada a la lucha por la recuperaci¨®n de las propiedades de los campesinos gallegos, ha anunciado ya que realizar¨¢, el pr¨®ximo d¨ªa 15 de mayo, una concentraci¨®n en Santiago de Compostela para protestar por el contenido de este proyecto de ley que no da cauce de participaci¨®n en los jurados provinciales que se crear¨¢n para devolver los montes comunales ni a los entes auton¨®micos ni a las organizaciones sindicales agrarias. En opini¨®n de la Coordinadora de Montes, los jurados provinciales est¨¢n en manos del poder central y de los caciques de la zona.
Por otro lado, la Coordinadora de Montes considera que los afectados por la enajenaci¨®n de los bienes comunales durante estos ¨²ltimos cuarenta a?os deben ser indemnizados y considera absurdo que el Icona pretenda todav¨ªa cobrar a los campesinos lo que te queda para amortizar las inversiones que realiz¨® para llenar los pastos comunales de pinos.
La Coordinadora de Montes tambi¨¦n acusa al Icona de no tener inter¨¦s en solucionar el problema de los incendios forestales y ha denunciado repetid as veces los suculentos negocios que la industria maderera realiza con los troncos de los ¨¢rboles quemados, que son subastados por el Icona a precios de saldo. Precisamente en estos d¨ªas se est¨¢ realizando un juicio contra dos miembros de esta coordinadora, denunciados por el Icona por haber impedido una de estas subastas. El fiscal pide para ellos m¨¢s de medio mill¨®n de pesetas de multa y tres meses de arresto.
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