Un mundo feliz
En relaci¨®n con la carta del 18 de abril, referente a que el uso de los anticonceptivos violan la vida. Creo, por el contrario, que los anticonceptivos no juegan, ni violan, ni, privan a ninguna sagrada vida de su nacimiento, como opina el se?or Gamero. Si sigui¨¦ramos su l¨®gica, de cada acto sexual tendr¨ªa que nacer un ni?o. Quienes violan la vida y la toman con responsabilidad son los moralizadores, que permiten el nacimiento de vidas que sufren. Quiz¨¢ se conseguir¨ªan m¨¢s genios como el laureado Dustin Hoffman, mencionado por el se?or Gamero, utilizando los anticonceptivos, puesto que nacen m¨¢s a gusto de sus padres, se les esperaba; por ello ser¨¢n mejor tratados y educados.El delito del hombre no est¨¢ en nacer, como dec¨ªa Calder¨®n; su delito est¨¢ en saber o no saber hacer nacer. Considero, como Baroja, un crimen y un delito de la sociedad el dar a nacer a una gente enfermiza y sufriente, perpetuando y arraigando m¨¢s el dolor y la miseria en el mundo. Pienso que los que no desean tener hijos, y los de estado f¨ªsico, ps¨ªquico o ambiental lamentable no deber¨ªan engendrarlos. Ahora me hablar¨¢n de los derechos de estas personas a tener hijos; pero p¨®nganse en los derechos de los hijos de estos individuos incapacitados, que ser¨¢n pasto de cementerios, hospitales, c¨¢rceles, correccionales, prost¨ªbulos, etc¨¦tera; adem¨¢s, es un derecho de la humanidad el perfeccionarse f¨ªsica y ps¨ªquicamente la medida de la sociedad, y su ideal no debe ser su cantidad, sino su calidad. Pienso que las personas que vayan a tener hijos deber¨ªan estar sometidas a un control de capacidad de estos individuos a tenerlos, para conseguir un mundo m¨¢s perfecto, feliz y humano./
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