"La dimisi¨®n del ministro de Defensa, Weizman, no cambiar¨¢ la pol¨ªtica israel¨ª", seg¨²n Itzhak Shamir
ENVIADO ESPECIAL, Hace un a?o ya que se iniciaron las negociaciones sobre la autonom¨ªa palestina. Para los egipcios, y a pesar de las declaraciones optimistas del presidente, Anuar el Sadat, al Washington Post, han sido doce meses para nada. Para los palestinos de Cisjordania y Gaza, incluidos los moderados, como el alcalde de Bel¨¦n, El¨ªas Freij, es una ocasi¨®n m¨¢s para expresar su desaprobaci¨®n ante una f¨®rmula que no contempla su aspiraci¨®n a la creaci¨®n de un Estado independiente.
S¨®lo los negociadores israel¨ªes de la autonom¨ªa, como el ministro de Asuntos Exteriores, Itzhak Shamir, no parecen alarmados ante el cat¨¢logo de divergencias que subsisten con Egipto -estatuto de Jerusal¨¦n, asentamientos jud¨ªos, control de las reservas y distribuci¨®n del agua, modalidades de las elecciones, poderes de la representaci¨®n palestina, etc¨¦tera- y reiteran su rechazo de un Estado palestino que pondr¨ªa en peligro, seg¨²n ellos, la seguridad de Israel.Egipcios, palestinos e israel¨ªes est¨¢n al menos de acuerdo en un punto: no se negociar¨¢ en profundidad la autonom¨ªa ni se vislumbrar¨¢n soluciones de recambio -si se confirma su fracaso- hasta despu¨¦s de las elecciones norteamericanas, cuando el presidente de Estados Unidos tenga las manos libres de cara al electorado jud¨ªo para retomar la iniciativa.
Itzhak Shamir, 65 a?os, ministro israel¨ª de Asuntos Exteriores, hab¨ªa sido un hombre que siempre abog¨® por una ?tierra de Israel ¨ªntegra?, llegando incluso a abstenerse en la votaci¨®n en el Kneset (Parlamento) sobre el acuerdo de paz de Camp David, hasta que en octubre de 1979 sucedi¨® a Moshe Dayan al frente de la diplomacia israel¨ª y le toc¨® negociar con Egipto la autonom¨ªa palestina.
Al ex militante del Leji (Valent¨ªa, de inspiraci¨®n mesi¨¢nica), grupo guerrillero sionista, y ex alto funcionario del Mossad (servicio secreto israel¨ª), no parece preocuparle excesivamente la creciente receptividad de Europa occidental de cara a la cuesti¨®n palestina. ?Est¨¢ de moda el asunto palestino entre los pa¨ªses de ese continente, pero espero que -como otras modas- tambi¨¦n pase?.
Pregunta. ?No pone en peligro la dimisi¨®n del ministro de Defensa, Ezer Weizman, la credibilidad del Gobierno israel¨ª en pol¨ªtica exterior? Sin Weizman el Gabinete da la impresi¨®n de estar s¨®lo formado por halcones. ?Y no puede la dimisi¨®n del titular de la cartera de Defensa provocar la ca¨ªda del Gobierno?
Respuesta. En un pa¨ªs democr¨¢tico como el nuestro nunca se puede prever cu¨¢l ser¨¢ la duraci¨®n del Gobierno. En cuanto a la salida de Ezer Weizman del Gabinete, puedo decir que no cambiar¨¢ un ¨¢pice nuestra pol¨ªtica. Por eso no creo que da?e nuestra imagen. Moshe Dayan tambi¨¦n dimiti¨® en octubre y hace varios meses que ya lo hemos olvidado. Desde luego, Weizman ten¨ªa buenas relaciones personales con el presidente egipcio Sadat, o incluso con el presidente Carter, pero las relaciones personales no son decisivas en negociaciones tan importantes como las que estamos llevando a cabo.
Actitud europea
P. En 1967, durante la guerra de los seis d¨ªas, Europa era decididamente partidaria de Israel; durante la guerra del Kippur era ya algo m¨¢s reservada; en 1980 muestra una gran receptividad de cara a la cuesti¨®n palestina. ?C¨®mo explica usted esta evoluci¨®n?
R. Esta pregunta la tendr¨ªa usted que hacer a los europeos. Nuestra pol¨ªtica no ha variado durante estos trece a?os, por lo menos por lo que a las principales cuestiones se refiere. La situaci¨®n ha cambiado porque el peso del petr¨®leo y de los capitales ¨¢rabes se hace cada vez m¨¢s notorio. Europa es cada vez m¨¢s dependiente, y no s¨®lo desde un punto de vista econ¨®mico o energ¨¦tico. Tambi¨¦n la propaganda de las organizaciones palestinas ha influenciado a la opini¨®n p¨²blica del Viejo Continente.
P. ?En qu¨¦ situaci¨®n se encuentran exactamente las negociaciones sobre la autonom¨ªa? ?Tienen ustedes alguna esperanza, como la tiene la oposici¨®n laborista, de que Jordania se sume a las conversaciones?
R. Creo que podemos llegar en breve a un acuerdo sobre la autonom¨ªa, si somos fieles al esp¨ªritu de Camp David. Hemos recorrido ya un largo camino desde la firma del tratado de paz egipcio-israel¨ª, poni¨¦ndonos de acuerdo en numerosas cosas, desde el sistema electoral que ser¨¢ aplicado para elegir a los miembros del futuro Consejo Aut¨®nomo hasta los poderes en materia de seguridad social, ense?anza, etc¨¦tera, de los que dispondr¨¢. No creo, sin embargo, en contra de las esperanzas de los laboristas, que Jordania est¨¦ dispuesta a sumarse a las negociaciones. No hay el menor indicio en este sentido.
Presencia en Judea y Samaria
P. Numerosos alcaldes palestinos afirman que los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania y Gaza son el principal obst¨¢culo para la paz y la convivencia entre ambas comunidades, la ¨¢rabe y la jud¨ªa. Tanto Estados Unidos como Egipto les han pedido que durante las negociaciones congelen la creaci¨®n de nuevos asentamientos y las autoridades israel¨ªes han denegado tal petici¨®n. ?No cree usted que est¨¢n dificultando mucho la labor de los negociadores?
R. No creo que esta pol¨ªtica complique el desarrollo de la negociaci¨®n, aunque tanto Washington como El Cairo discrepen con este punto de vista. Creo que se trata de un problema exagerado, deformado, porque los colonos instalados en los asentamientos son apenas unos centenares y que su presencia no va a modificar en absoluto la situaci¨®n demogr¨¢fica de la zona. Hemos reiterado siempre que era necesaria una presencia jud¨ªa -aunque s¨®lo sea simb¨®lica- en Judea y Samaria (Cisjordania) y Gaza. La presencia israel¨ª es indispensable para la seguridad de Israel y los ¨¢rabes tienen que aceptarla y creo que acabar¨¢n por aceptarla.
P. El mismo argumento basado en la seguridad de Israel es invocado por las autoridades hebreas para rechazar la creaci¨®n de un Estado palestino. Pero los palestinos de los territorios ocupados, ?se muestran dispuestos a dar garant¨ªas a los israel¨ªes en materia de seguridad renunciando, por ejemplo, a la creaci¨®n de fuerzas armadas palestinas?
R. Quiero dejar claro que Israel no puede existir en sus fronteras de 1967. Basta con mirar un mapa para darse cuenta de que los diez o veinte kil¨®metros de profundidad del pa¨ªs lo convierten en un territorio indefendible. En 1967 nos vimos obligados a desencadenar una guerra preventiva para evitar que los ¨¢rabes nos echasen al mar. Adem¨¢s, no creo que un Estado palestino en los territorios cuya superficie no alcanzar¨ªa ni siquiera 6.000 kil¨®metros cuadrados sea viable. Por de pronto no permitir¨ªa ni siquiera resolver el problema de los refugiados palestinos en L¨ªbano y en Siria.
En realidad, el Estado palestino ser¨ªa m¨¢s bien una base terrorista a partir de la cual se llevar¨ªan acciones armadas contra Israel. Y con esa base ser¨ªa m¨¢s dificil para nosotros erradicar el terrorismo que se esforzar¨ªa en destruir el Estado de Israel, porque ese sigue siendo el objetivo asignado a los palestinos por la carta de la OLP. Las organizaciones palestinas siguen afirmando que el establecimiento de un Estado palestino en los territorios no es m¨¢s que una etapa en la destrucci¨®n de nuestro Estado.
P. Usted, como militante del grupo guerrillero Leji, ha preconizado la violencia como forma de lucha contra el invasor brit¨¢nico y es de suponer que la represi¨®n desarrollada por Gran Breta?a en tiempos del mandato s¨®lo ha contribuido a fortalecer su determinaci¨®n de luchar contra el ocupante. ?No cree usted que estamos asistiendo a algo parecido entre ¨¢rabes, ocupados, e israel¨ªes, ocupantes, en Cisjordania y Gaza?
R. Ambas situaciones no son comparables. Los brit¨¢nicos eran ocupantes extranjeros que pod¨ªan volver a sus islas. Nosotros no somos un pueblo extranjero a esta tierra ni colonizador, y si nos echasen no tendr¨ªamos a d¨®nde ir. Los egipcios lo han reconocido. Un reciente editorial del diario cairota Al Ahram pon¨ªa de relieve que este conflicto es un conflicto entre dos nacionalismos en lucha por un mismo pa¨ªs. Y que la mayor¨ªa de este pa¨ªs -el 75%, para ser exactos- ha sido ya otorgado a los ¨¢rabes, porque las tres cuartas partes de Palestina est¨¢n en Jordania. Y ya que los israel¨ªes y los ¨¢rabes est¨¢n condenados a convivir en esta parte del mundo, m¨¢s vale ponerse de acuerdo para hacer de Jordania el Estado palestino.
Relaciones con Espa?a
P. ?Por qu¨¦ cree usted que Espa?a no tiene a¨²n relaciones diplom¨¢ticas con Israel?
R. No hay ni una raz¨®n seria que lo explique. No entiendo c¨®mo se puede justificar. No creo que la pol¨ªtica espa?ola en este aspecto tenga que ser diferente de la de los principales pa¨ªses europeos. Pero Madrid teme, sin duda, violentas represalias ¨¢rabes. Aunque, por ahora, no veo qu¨¦ saca por no tener relaciones.
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