El sector de alta fidelidad, preocupado por las entradas irregulares de productos en Espa?a
Casi un millar de opciones; diferentes marcas que son el mismo producto, pero a diferentes precios; marcas baratas tan parecidas a otras marcas m¨¢s caras que lo corriente es que se confundan o, lo que es lo mismo, que se pague por lo que no es; importaciones irregulares, fraudulentas; ofertas a veces incre¨ªbles y ?compre usted este modelo viejo al mismo precio que el ¨²ltimo grito?. Ese es el panorama de la alta fidelidad en Espa?a. La confusi¨®n es el denominador com¨²n.
Con 109 diferentes modelos de giradiscos, 68 platinas, 86 sintonizadores, 306 amplificadores, 380 pantallas ac¨²sticas y 146 marcas, algunas totalmente desconocidas, se encontrar¨¢ el presunto comprador de una cadena de alta fidelidad, seg¨²n ha constatado EL PAIS en un recorrido realizado por las tiendas del ramo.?La existencia de tantas marcas confunde notablemente a los aficionados e incluso a nosotros, los vendedores?, comentaba un especialista de Videom¨²sica. Las pantallas ac¨²sticas Akai, por ejemplo, son id¨¦nticas a las Rotel, fabricadas ambas en Espa?a y diferenciadas ¨²nicamente por el color de la tapa de la caja. En el interior de un amplificador Sansui puede encontrarse un condensador Sanyo, otros componentes Toshiba, etc¨¦tera. Pero quiz¨¢ el caso m¨¢s conocido de marcas -y precios- diferentes que son el mismo producto es el de los videos, hoy tan de moda. Hablar de Saba, Akai, Ferguson, Thomson y as¨ª hasta doce marcas es lo mismo que decir JVC, ya que se trata de la producci¨®n VHS del gigante japon¨¦s Matsuchita. En algunos casos, incluso la carcasa es id¨¦ntica, motivo por el cual JVC ha conminado a las marcas a que modifiquen, al menos parcialmente, el exterior de los aparatos, seg¨²n han confirmado fuentes de la empresa Piher, importadores para Espa?a de los productos JVC.
Este sistema de marcas m¨²ltiples, adem¨¢s de constituir una forma de explotaci¨®n de las licencias de invenci¨®n, permite la entrada de aparatos a trav¨¦s de distintos pa¨ªses: Saba, v¨ªa Alemania; Akai, v¨ªa B¨¦lgica; Ferguson, por Inglaterra; Thomson, por Francia; JVC, por Jap¨®n.
Es evidente entonces que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil tener la seguridad acerca de la procedencia de un aparato. Los equipos Lenco (excepto los giradiscos), por ejemplo, est¨¢n fabricados en Jap¨®n, mientras que en la parte exterior de la carcasa no existe ninguna indicaci¨®n de made in, aumentando la confusi¨®n el hecho de agregar a la marca, a modo de identificaci¨®n de gama, la palabra Italia. Otro tanto sucede con Thomson, que, aun cuando son importados a trav¨¦s de la casa matriz francesa, est¨¢n fabricados en Jap¨®n, y esto no se indica. Es m¨¢s, la preceptiva chapa con la referencia y n¨²mero de serie troquelado no est¨¢ a la vista. En los giradiscos puede encontrarse despu¨¦s de levantar el plato, y en otros casos es una simple etiqueta de papel adhesiva y el n¨²mero puesto con un tamp¨®n.
La otra variante de la confusi¨®n est¨¢ en los casos que se trata de diferentes fabricantes, pero imitando a una marca conocida. Fuentes consultadas por EL PAIS pusieron como modelo el caso de las pantallas ac¨²sticas Dinasound, fabricadas en Valencia, pero id¨¦nticas a, las famosas J. B. Lansing. La ¨²nica diferencia estriba en el precio. Por otra parte, esta caracter¨ªstica de similitud es utilizada por un buen n¨²mero de instaladores de equipos profesionales: se ponen pantallas Dinasound y se cobran JBL.
Si bien la confusi¨®n reinante en el mercado de la alta fidelidad preocupa a los vendedores, mucho m¨¢s les afectan las entradas irregulares de aparatos, a trav¨¦s de medios que han incrementado su volumen despu¨¦s de la entrada en vigor de las medidas cautelares impuestas a las importaciones.
La v¨ªa a¨¦rea. Aparatos tra¨ªdos por tripulantes de compa?¨ªas a¨¦reas pas¨¢ndolos o no por la aduana. Se trata de una entrada continua de productos y a precios en algunos casos inferiores a los del importador espa?ol.
La v¨ªa de la baja. Productos que entran en Espa?a acompa?ando a emigrantes que regresan, dado que ¨¦stos tienen derecho a traerse una unidad de los diferentes aparatos dom¨¦sticos: televisor, equipo de sonido, video, etc¨¦tera. El sistema seguido es el siguiente: un contacto en el consulado comunica a los organizadores de las entradas de aparatos la existencia de una baja, es decir, de un emigrante que quiere volverse; ¨¦stos se ponen en contacto con ¨¦l y a cambio de una suma de dinero (generalmente oscila entre las 50.000 y 100.000 pesetas) acceden a firmar los papeles correspondientes como que los aparatos que entrar¨¢n en Espa?a son de su propiedad. Seg¨²n fuentes consultadas, se estima que con cada baja entran aparatos por valor superior al mill¨®n y medio de pesetas.
La v¨ªa Canarias. Desde la Pen¨ªnsula se llama por tel¨¦fono a una tienda de las existentes en Canarias y se piden los aparatos deseados, se acuerda el precio (que suele ser del orden del 40%-60% m¨¢s barato) y posteriormente ser¨¢ visitado por un contacto que efect¨²a los cobros y entrega la mercanc¨ªa.
Ofertas para todos los gustos
Es evidente que el boom de la alta fidelidad es un tren imparable al que todos quieren subirse. El consumidor seguir¨¢ entonces encontr¨¢ndose con que en las tiendas un transistor Arrow le cuesta unas 2.200 pesetas, mientras que en los puestos ambulantes (Cruz de los Ca¨ªdos, plaza de Castilla, rastros de Tirso de Molina y Tetu¨¢n, etc¨¦tera) oscila entre las 1.000 y 1.200 pesetas, aproximadamente, el precio en Canarias. Por otra parte, no s¨®lo lo ver¨¢ con la marca Arrow, sino Sony, Oskar, Internacional... Seguir¨¢n existiendo ?importadores? que ofrezcan calculadoras impresoras made in Japan, marca TCA (?o le ponemos la que usted quiera y la proporcionamos las cantidades que desee?, seg¨²n el representan te), a un precio de 7.750 pesetas, cuando en los comercios el precio de oferta es de unas 15.000 pesetas.Seguir¨¢n existiendo tambi¨¦n las ofertas que responden a modelos antiguos. Por ejemplo, Telyson Electr¨®nica Lugo adquirieron un lote completo de la gama negra de amplificadores Kenwood de 25 vatios, que son ofrecidos a un precio de 16.000 pesetas, cuando en realidad deber¨ªan venderse a no menos de 19.000 pesetas; pero hay que tener en cuenta que el ¨²ltimo modelo de la misma marca, puesto en el mercado, tiene un precio incluso inferior a las 16.000 pesetas. Atenci¨®n tambi¨¦n a las opciones en altavoces de marcas poco conocidas, para hacer bajar los precios de las cadenas hi-fi, ya que la mayor¨ªa de las veces son montadas de kit, cuyos precios, desmontadas, pueden variar entre las 3.000 y 10.000 pesetas.
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