Venta nocturna
Quisiera narrarle, para que tuvieran publicidad, los hechos que a menudo suceden en la calle de Jardines, distrito Centro, enfrente de ?El Sol?, un lugar muy frecuentado y donde el que suscribe pens¨®, hace ya tres meses, que ser¨ªa bueno vender bocadillos tangerinos.Los s¨¢bados, a las 2.30 horas, cuando los dem¨¢s lugares de diversi¨®n y ocio cierran. y la gente va all¨ª, aparece la patrulla de protecci¨®n nocturna X-1, de la Polic¨ªa Municipal, con una dotaci¨®n de ocho coches y veintid¨®s hombres armados y provistos casi como para disolver manifestaciones peligrosas, solamente para desalojar a los tres o cuatro ?bocadilleros? que all¨ª somos.
Es curiosa y espeluznante su manera de actuar contra estos ?antisocliales?, entre los que, claro, me incluyo. All¨ª ocurren cosas como las siguientes: al solidarizarse algunos asistentes o gente que espera (??Dejadlos en paz!? ??Se est¨¢n ganando la vida sin molestar a nadie! ?. ? ?Id a por otra gente! ?. ? ?Llev¨¢ndoos a estos, t¨ªos no no proteg¨¦is! ?), la reacci¨®n de los patrulleros es contundente, pero desproporcionada, pues yo y los setenta u ochenta que est¨¢bamos hemos visto pegar patadas, fustazos, cachear, dar pu?etazos en el pecho, meter a ?trompazos? a dos j¨®venes en la misma trasera del 131 azul bajo acusaci¨®n de entorpecer la labor y de insultar a la patrulla (despu¨¦s les leyeron el art¨ªculo 21 de la Constituci¨®n), alardear, pistola en mano, y otras pr¨¢cticas que hacen pensar, cuando menos, en que son individuos incontrolados por el, propio ayuntamiento y que act¨²an as¨ª -coincidieron muchos- para desprestigiarlo.
Invito desde aqu¨ª a Juan Francisco Pla y a otros concejales a que se tomen una copa all¨ª -?un bocadillo mairoqu¨ª nunca m¨¢s!- y a que vean con sus ojos lo que digo, que se repite cada s¨¢bado.
Yo s¨¦ lo ilegal de la venta callejera y el riesgo que corro: mis bocatas, 11.000 pesetas, fueron decomisados. S¨¦ cu¨¢l es su obligaci¨®n pero es evidente que este tipo de acciones son desmesuradas./
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