De las promesas a los hechos..., ?cu¨¢ndo?
Suficiente tiempo ha transcurrido ya desde que conseguimos, aunando voluntades pol¨ªticas de los tres grupos representados en la diputaci¨®n, poner en marcha una comisi¨®n taurina, que tuvo como mandato del pleno de la corporaci¨®n provincial madrile?a elaborar un programa de actuaci¨®n en materia de promoci¨®n art¨ªstica y cultural de la fiesta de los toros y de estudio de la explotaci6n m¨¢s racional de la plaza de Las Ventas.En nuestro idearlo estaba -y debe seguir estando- el arbitrar f¨®rmulas para elevar la calidad de los espect¨¢culos taurinos en la plaza de Las Ventas; hacer eficaz el control del cumplimiento de las condiciones del contrato de arrendamiento, que prev¨¦ tareas tan amplias e importantes como el respeto a todo lo preceptuado en el reglamento taurino; la mayor dignificaci¨®n y pureza de la fiesta; la defensa de los derechos de los aficionados, etc¨¦tera. Asimismo, la celebraci¨®n de novilladas los jueves, aparte- de las obligadas por el arrendamiento; la organizaci¨®n y subvenci¨®n de espect¨¢culos taurinos en la provincia; el enriquecimiento y mejor ordenaci¨®n de los fondos del museo; la labor de divulgaci¨®n cultural y popular del fen¨®meno taurino, a trav¨¦s de publicaciones, cert¨¢menes art¨ªsticos bien incentivados, conferencias, jornadas de cine taurino, etc¨¦tera.
No es menor el inter¨¦s por asegurar la persistencia de la Escuela de Tauromaquia -hoy en trance de desaparici¨®n- y por contribuir a la investigaci¨®n cient¨ªfica sobre el toro de lidia, entre otros temas.
?Qu¨¦ se ha hecho de todo esto? No resultar¨ªa exacto decir, como hacen con comprensible desencanto tantos aficionados, que la diputaci¨®n no ha cumplido ninguna de sus promesas. ni ha hecho nada de lo anunciado. Pero es lo cierto que lo realizado en el terreno de los hechos concretos es bien poco. Si exceptuamos una modesta subvenci¨®n en el cap¨ªtulo de la investigaci¨®n veterinaria, no puede anotarse en el activo ning¨²n otro resultado pr¨¢ctico. Por el contrario, la situaci¨®n originada con el actual empresario es bien conocida y denunciada por la cr¨ªtica y la indignada afici¨®n: en la Feria de San Isidro se han elevado los precios de las localidades de diversos tipos, muy por encima del m¨¢ximo permitido; se ha retrasado el comienzo de la temporada; se han suspendido espect¨¢culos por imprevisi¨®n; figuras que se sab¨ªa no iban a torear se han mantenido anunciadas en los carteles de la feria; de los presentados para su ?consideraci¨®n? a la diputaci¨®n a los anunciados oficialmente, se produjeron dieciocho variaciones en toreros y ganader¨ªas, y de ¨¦stos a los que se han celebrado diecis¨¦is.
Me cabe la tranquilidad de haber razonado en su momento, en nombre del grupo de diputados del que al efecto era portavoz, mi convencida oposici¨®n -aunque est¨¦ril- a la cesi¨®n del arrendamiento a la empresa Taurina Hispalense, SA, en las condiciones del actual pliego de condiciones de concurso-subasta. Votamos en contra. El tiempo y los acontecimientos han venido a confirmarnos la raz¨®n.
Pero no ser¨ªa plenamente objetivo si no mencionase como positivo el hecho de que la diputaci¨®n pueda contar con una organizaci¨®n administrativa, pol¨ªtica y ejecutiva, para llevar a cabo su programa de actividades taurinas. Claro est¨¢, siempre que quienes tienen la decisi¨®n sobre la hacienda provincial, doten econ¨®micamente el presupuesto que para ello hemos presentado, porque si no, sobramos el consejo de administraci¨®n y el programa. Y yo no observo unanimidades ni entusiasmos por la labor. Hay que entender que revertir en la fiesta una parte del dinero que sale del arrendamiento de Las Ventas puede resultar decisivo. Y desde luego, just¨ªsimo.
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