Raymond Barre argumentar¨¢ en Madrid el "par¨®n" franc¨¦s a la ampliaci¨®n de la CEE
El primer ministro franc¨¦s, Raymond Barre, durante la visita oficial que le llevar¨¢ a Madrid el pr¨®ximo d¨ªa 3 de julio, argumentar¨¢ amplia y s¨®lidamente el par¨®n de las negociaciones de la adhesi¨®n espa?ola a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Las explicaciones francesas girar¨¢n en torno a la idea siguiente: ?No se trata de un problema franco-espa?ol, sino de una cuesti¨®n comunitaria y, con ampliaci¨®n o sin ella, los serios problemas que afectan a la CEE exigir¨ªan una remodelaci¨®n profunda de los mecanismos actuales, que durar¨¢ dos o tres a?os?. En esos t¨¦rminos se manifest¨® ayer una fuente autorizada francesa que coment¨® el viaje inminente del primer ministro franc¨¦s a Madrid.
Barre llegar¨¢ a Madrid acompa?ado de tres ministros y de un secretario de Estado: el ministro de Industria, Andr¨¦ Giraud; el de Agricultura, Pierre Menhaignerie; el de Comercio Exterior, Jean Fran?ois Deniau, y el secretario de Estado de Exteriores, Bernard Raymond. La delegaci¨®n francesa va a la capital de Espa?a dispuesta a probar que el frenazo de las negociaciones ha sido impuesto por la actitud brit¨¢nica, aunque las dificultades actuales se hab¨ªan perfilado hace tiempo.Pero fue el mes pasado, en Bruselas, cuando Londres se neg¨® a jugar el juego comunitario. All¨ª se lleg¨® a un acuerdo que permiti¨® salir del atasco, pero que no resuelve los problemas de fondo a largo plazo, ya que dentro de dos a?os Inglaterra, u otro miembro, pueden solicitar tambi¨¦n ser eximidos de las reglas comunitarias. Las fuentes autorizadas anteriormente citadas aseguran que, en noviembre pasado, cuando el presidente Su¨¢rez vino a Par¨ªs, no era posible prever la gravedad del fallo brit¨¢nico.
Ese fallo, repiten los franceses, es doble: el de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n y el de la financiaci¨®n comunitaria. ?Y nosotros?, reiteran contundentes, ?exigimos el mantenimiento de esa pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n por encima de todo. Ahora bien, la reglamentaci¨®n actual ha envejecido y hay que crear nuevos mecanismos?.
Es menester recordar, insisten los franceses, que los principios de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n son tres: primero, la preferencia comunitaria, es decir, que los pa¨ªses miembros de la CEE, preferentemente, deben comprar los tomates, por ejemplo, a los tomateros de los pa¨ªses comunitarios. Segundo, unidad de mercado, que se refiere a la fijaci¨®n de precios, en los que juega de manera determinante el valor de la divisa de cada pa¨ªs. Y, tercer principio de la pol¨ªtica agr¨ªcola: la solidaridad financiera. Esto quiere decir que, cuando un pa¨ªs de la CEE le compra el trigo a Canad¨¢, pongamos por caso, porque es m¨¢s barato que el de la Comunidad, debe depositar en la ?hucha comunitaria? la diferencia, para con ello subvencionar a los agricultores de la llamada Europa verde.
El no cumplimiento de es principios desequilibra, a su vez, las finanzas, es decir, las reservas de la ?hucha comunitaria?. A partir de estos presupuestos, sabido es, resaltan las fuentes autorizadas francesas, que el acuerdo de Bruselas del mes pasado se realiz¨® tras consentirle a los brit¨¢nicos que no se plegaran al principio de la preferencia comunitaria, con todas las consecuencias que ello implica. Los alemanes, por su lado, disienten en lo que se refiere a la unidad de mercado.
Nuevos mecanismos comunitarios
En conclusi¨®n el edificio comunitario, reducido hasta el presente a la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n, se ha resquebrajado, y el remiendo de Bruselas, a largo plazo, no resuelve nada. De aqu¨ª a 1982 es de esperar que se podr¨¢n crear nuevos mecanismos comunitarios, aceptados por todos. Mientras tanto, es evidente que no es posible continuar negociando la ampliaci¨®n, y es menester subrayar que estos problemas de la CEE se hubiesen planteado sin el de la ampliaci¨®n y, de igual manera, hubiesen obligado a hacer un serio examen de conciencia a los pa¨ªses miembros.
Los responsables franceses anotan tambi¨¦n que todos esos problemas ponen en entredicho una cierta noci¨®n de lo que debe ser la Comunidad. Con ello, aunque no lo explicitan, dejan entender que, en suma, no existe una pol¨ªtica global europea, es decir, no hay proyecto europeo, y la remodelaci¨®n de la CEE durante los pr¨®ximos dos o tres a?os deber¨ªa abrir perspectivas en ese sentido para saber si vamos hacia una zona de libre cambio, arrastrados por los brit¨¢nicos, se entiende?.
A largo plazo, en consecuencia, Espa?a debe contar con la realidad de los problemas comunitarios y con la ?uni¨®n sagrada? de los franceses tras su Gobierno. Ultimamente se ha criticado el castigo infligido a Espa?a por Giscard, a causa de Inglaterra, pero sobre el fondo de los problemas de la CEE todos los franceses est¨¢n de acuerdo. Por otra parte, advertidas o no por el presidente franc¨¦s, aqu¨ª nadie se explica que las autoridades espa?olas no se hayan percatado desde hace mucho tiempo de todo lo que ocurre actualmente. Los problemas electorales franceses es cierto que cuentan en una cierta medida, pero de igual manera para las cuatro grandes fuerzas pol¨ªticas representadas en el Parlamento, y si ahora esas fuerzas razonan pensando en las elecciones presidenciales de 1981, desde que se celebren estos comicios, gaullistas, giscardianos, socialistas y comunistas razonar¨¢n pensando en las legislativas de 1983. Esto quiere decir que, hasta entonces, por lo menos, en la medida en que lo comunitario sea afectado por lo electoral, la adhesi¨®n espa?ola no ser¨ªa ratificada por el Parlamento franc¨¦s.
Calvo Sotelo, satisfecho por las declaraciones de Giscard
Leopoldo Calvo Sotelo, ministro para las Comunidades Europeas, ha mostrado su satisfacci¨®n por las declaraciones de Giscard d'Estaing, en las que matiz¨® que no hab¨ªa hablado de una pausa en la ampliaci¨®n de la CEE.
Calvo Sotelo, en unas declaraciones a Radio Nacional de Espa?a, se refiri¨® a las manifestaciones que el presidente franc¨¦s hab¨ªa hecho a periodistas espa?oles y portugueses, en el sentido de que no hab¨ªa propuesto interrumpir el proceso de integraci¨®n de nuevos pa¨ªses en la Comunidad, sino que se hab¨ªa limitado a se?alar que en el seno de la misma hab¨ªa pa¨ªses que no cumpl¨ªan las reglas.
Calvo Sotelo dijo que le satisfac¨ªa esa explicaci¨®n, porque ?creo que borra la sombra de duda que buena parte de la prensa espa?ola y de la europea tuvo en su momento?.
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