Exito de Triana en la plaza de Las Ventas

El s¨¢bado pasado, y cuando ya corr¨ªa como la p¨®lvora que lo de Bob Marley no iba a tener lugar, unas 7.000 u 8.000 personas se juntaron en la plaza de toros de Las Ventas para escuchar a Triana, que de esta forma presentaba en Madrid su ¨²ltimo elep¨¦, Un encuentro.

Abri¨® el concierto el grupo Albatros, una gente cuyo rock no pasa de modosito. Es un tipo de m¨²sica que debiera ponerse como ejemplo de c¨®mo hacer un rock que sonando bien, presentando trucos por aqu¨ª y por all¨ª, finalmente aburre a las ovejas. El problema de Albatros es que s¨®lo tocan bien y que sus canciones, de una arquitectura relativamente s¨®lida, no delataban grandes dosis de imaginaci¨®n. Todav¨ªa hay quienes no se enteran de que la t¨¦cnica es s¨®lo parte del rock, y no la m¨¢s importante. Albatros no fueron silbados, pero apenas hubo unos breves segundos de aplausos para ellos.

Fervor del p¨²blico

Y luego sale Triana, de quienes no pueden esperarse m¨¢s sorpresas que un buen sonido. Y en esta ocasi¨®n ese buen sonido existi¨®. Gracias a ello, el n¨²mero uno de nuestros grupos, en lo que a ventas se refiere, pudo soltar un largo recital de esa m¨²sica suya, que es tan tirada, tan l¨¢nguida, tan sin contrastes. Lo cierto es que el p¨²blico coreaba sus canciones, estaba enfervorizado con ellos y, al fin y al cabo, es lo que importa si, como en el caso de Triana, su m¨²sica todav¨ªa tiene un poco m¨¢s de vida que la de Supertramp, fen¨®meno extranjero al que son m¨¢s f¨¢cilmente asimilables.

Supongo que para las personas que se hab¨ªan dejado el dinero en taquilla el recital de Triana fue un placer, y se comprende, ya que, al fin y al cabo, lo que hace el tr¨ªo (ahora cuarteto) est¨¢ al alcance de todos, puede ser tarareado por todos y les suena a todos. Aunque siempre parezca igual.