Discrepancias en Italia entre el partido comunista y la central sindical CGIL
Las recientes medidas anticrisis tomadas por el Gobierno italiano han provocado, por primera vez en Italia, un ?divorcio? entre el Partido Comunista y el sindicato CGIL (mayoritariamente comunista), al tiempo que la pol¨¦mica entre comunistas y socialistas se acent¨²a. El objeto del debate es el fondo de solidaridad nacional, para cuya creaci¨®n se proyecta retener un 0,50% de los sueldos, es decir, de unos 700.000 millones de liras (65.000 millones de pesetas)
Este fondo, con el que se intenta relanzar la econom¨ªa en el sur del pa¨ªs y mantener el empleo, ser¨¢ administrado con la colaboraci¨®n de los sindicatos. Las tres grandes centrales sindicales, Confederaci¨®n Italiana de Sindicatos Libres (CISL, de tendencia democristiana), Uni¨®n Italiana de Trabajadores (UIL, socialista) y CGIL (mayoritariamente comunista) dieron el martes su acuerdo al t¨¦rmino de largas discusiones.Pero el Partido Comunista anunci¨® su rotunda oposici¨®n a esas medidas. Luciano Lama, secretario general de la CGIL, pr¨¢cticamente desautorizado por el PCI, dio, seg¨²n algunas indiscreciones publicadas por la Prensa, ?explicaciones? a Enrico Berlinguer y a la direcci¨®n del partido.
Acusado de haber ?cedido? ante el Gobierno, Lama subray¨® la novedad del fondo que implicaba una asociaci¨®n de los sindicatos al proceso de toma de decisiones econ¨®micas y su aplicaci¨®n y la necesidad de preservar la unidad de las tres centrales sindicales.
Algunos rumores sobre una posible dimisi¨®n de Lama fueron desmentidos, pero Berlinguer confirm¨®, no obstante, en un discurso pronunciado el s¨¢bado, en Pesaro, el rechazo, por parte del PCI, del proyecto aprobado por el sindicato comunista. Para el secretario general del PCI, la gesti¨®n del fondo por los sindicatos no es una conquista social. Se trata m¨¢s bien de una trampa en la que los trabajadores han ca¨ªdo. El enfrentamiento entre el PCI y los sindicatos se desarrolla paralelamente a la querella entre comunistas y socialistas. Satisfechos de su progresi¨®n en las ¨²ltimas elecciones regionales -aproximadamente un 2%-, los socialistas, que participan en el Gobierno junto con la Democracia Cristiana, se han alegrado de la innovaci¨®n que supone el fondo con participaci¨®n sindical.
Uno de sus principales dirigentes, Claudio Martelli, acus¨® al PCI de estar sistem¨¢ticamente en contra del Gobierno. ?El PCI?, dijo, ?quer¨ªa convertir a los sindicatos en los "bomberos" de la crisis cuando Berlinguer respaldaba al Gobierno democristiano de Andreotti (1976-1978), y ahora que est¨¢ en la oposici¨®n, quiere convertirles en pir¨®manos?.
La tensi¨®n entre las dos principales formaciones de izquierda -que contribuye a aislar a¨²n m¨¢s al PCI en la oposici¨®n- origin¨® la semana pasada un incidente bastante excepcional en Italia: el secretario general del sindicato UIL (socialista) fue abucheado en Mil¨¢n durante un mitin por obreros que esgrimieron su carn¨¦ del PCI.
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