Sin plaza para estudiar
Hoy he asistido a un espect¨¢culo desolador en mi casa. Soy parado, y como paso la mayor parte del d¨ªa sin salir, vivo momento a momento todas las tragedias familiares. Hoy ha llegado mi hermano, que tiene catorce a?os y que acaba de terminar la EGB, de mirar las listas de admisi¨®n del Instituto Nacional Calder¨®n de la Barca. Mi hermano quiere estudiar, le gusta. Ha venido desolado. La raz¨®n es f¨¢cil de adivinar: no ha sido admitido, a pesar de que tiene buenas notas, a pesar de que somos familia numerosa, a pesar de todo; han hecho una selecci¨®n y, por supuesto, tienen preferencia los hijos de funcionarios de los ministerios, y sobre todo los del Ministerio de Educaci¨®n. Por supuesto, los favoritismos no pod¨ªan faltar, no se olvidan f¨¢cilmente tantos a?os de enchufes y recomendaciones. Entre llantos de mi pobre madre por la injusticia que sufrimos los pobres, y el silencio cetrino y tr¨¢gico de mi padre, trabajador manchego emigrado, se me ha venido a la cabeza un art¨ªculo de nuestra tan cacareada Constituci¨®n, que dice que ?todo espa?ol tiene derecho a recibir educaci¨®n gratuita?. Cu¨¢nto papel mojado, cuanta hipocres¨ªa, cu¨¢nto cinismo y, sobre todo, cu¨¢nta mentira.Los centros privados, que est¨¢n al alcance de unos pocos, est¨¢n subvencionados por el Estado. Con subvenci¨®n que se paga con el dinero de todos los contribuyentes, incluido, por supuesto, el de mi padre y el de tantos y tantos padres que, como el m¨ªo, ven con rabia e impotencia lo que hace con su dinero el Estado. Subvenciona colegios de ricos y deja en la calle, sin esperanzas, a sus hijos, en los que tiene depositada toda su ilusi¨®n.
Y ya para terminar, se?or minis-
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tro de Educaci¨®n: cuando yo vea a mi hermano vendiendo droga, o peg¨¢ndole un navajazo a un transe¨²nte, ?cree usted que le pedir¨¦ cuentas? Se equivoca, se las pedir¨¦ a usted, que no le ha dejado otra salida, y si tuviera entra?as, yo que usted pensar¨ªa en todo esto, porque usted tambi¨¦n se puede imaginar, como yo, que igual que no encuentra d¨®nde estudiar, gracias a su nefasta pol¨ªtica de educaci¨®n, tampoco encontrar¨¢ d¨®nde trabajar, y en eso tengo yo mucha experiencia./
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