Coe se tom¨® la revancha sobre Ovett en 1.500 metros
Cuatro mujeres y un hombre de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana abrieron Y cerraron la ¨²ltima jornada ol¨ªmpica con sendos r¨¦cords mundiales. Al h¨¦roe m¨ªtico de los Juegos, el tradicional gran campe¨®n, el maratoniano fue tambi¨¦n un atleta germano democr¨¢tico, Waldemar Cierpinski, por quien no son¨® la fanfarria a su llegada porque estaba entretenida en la despedida de otros triunfadores. En medio del duelo sovi¨¦tico-alem¨¢n, Sebasti¨¢n Coe se tom¨® la revancha sobre Steven Ovett, y gan¨® los 1.500 metros. Lord Killanin, en su despedida oficial del Estadio Ol¨ªmpico, entreg¨® las ¨²ltimas tres series de medallas.La RDA y la URSS fueron las protagonistas de las diez ¨²ltimas finales atl¨¦ticas. Las banderas de ambos pa¨ªses subieron a los m¨¢stiles del triunfo en nueve y ocho ocasiones, respectivamente. Hubo empate a cuatro medallas de oro, pero mientras los alemanes orientales fueron plata cuatro veces, por una los sovi¨¦ticos, ¨¦stos consiguieron tres bronces por uno de sus grandes adversarios. En tan s¨®lo tres de las diez finales dej¨® de ser izada la bandera sovi¨¦tica. En medio del apoteosis de los pa¨ªses del Este, Gran Breta?a coloc¨® dos banderas ol¨ªmpicas en una sola final. Fue la ¨²nica vez que dej¨® de sonar un himno oficial. Los brit¨¢nicos, numerosos, del grader¨ªo cantaron a voz en grito el God save the queen, mientras las notas de la banda militar eran las ol¨ªmpicas.
Para tanzanos, finlandeses, italianos, franceses, b¨²lgaros, polacos y holandeses s¨®lo hubo premios de consolaci¨®n. Para los brit¨¢nicos, adem¨¢s del triunfo de Coe, con Ovett inesperadamente tercero, hubo el fallo de los relevos 4 x 400, en los que el ¨²ltimo corredor, el que iba en busca de una medalla, el negro Cohen, se cay¨® en la ¨²ltima curva y no pudo llegar a la meta. Roderic Milne, blanco, le esper¨® y le dio un abrazo consolador. La primera subida al podio de los brit¨¢nicos fue en los relevos femeninos. En el equipo, tres negras y una blanca.
A las chicas de la RDA, que batieron el primer r¨¦cord mundial de la tarde, les apeteci¨® dar una vuelta triunfal al estadio, y estuvieron a punto de imped¨ªrselo. Pero impusieron su criterio y recorrieron la pista recogiendo los aplausos de sus compatriotas. La marca mundial, que estaba en 42.09, la dejaron en 41.60. Merec¨ªan el honor de la vuelta triunfal. Fue la primera derrota sovi¨¦tica de la tarde.
Coe y Ovett ten¨ªan una cuenta pendiente. Ovett humill¨® a su compatriota en los 800 metros. Coe se sac¨® la espina. Impuso el ritmo de la carrera, menos vivo de lo que le gusta a Ovett. Coe lleg¨® a los doscientos metros finales entero, y no fall¨® en el sprint. Ovett, al finalizar la carrera, fue el primero en felicitar al vencedor. Ovett no ech¨® bendiciones al p¨²blico como cre¨ª entender en los d¨ªas anteriores. Ovett se hab¨ªa propuesto ganar las seis carreras, incluidas las eliminatorias, y, al final de cada una, con el ¨ªndice hac¨ªa una cruz. Ayer no pudo repetir el gesto ni pudo decir adi¨®s a nadie. Incluso se vio superado por el germano Straub. Ovett subi¨® al podio sonriente, y hasta convers¨® con Coe. Acept¨® bien la derrota.
Tatiana Kazankina fue campeona en Montreal y repiti¨® triunfo en 1.500. Tatiana esper¨® en el pelot¨®n hasta el momento preciso. Cuando lo estim¨® conveniente dio un fuerte tir¨®n y se separ¨® de sus competidoras. La Olizarenko, que hab¨ªa luchado en cabeza al principio, y medio se hab¨ªa hundido, reaccion¨® al final y tambi¨¦n logr¨® subir al podio. La carrera fue un prodigio. Como lo fue en Montreal. O como lo fue en Munich aquella sovi¨¦tica llamada Irina Bragina, que tambi¨¦n dejaba plantadas a las dem¨¢s. El ritmo de Tatiana Kazankina es tan sorprendente en la vuelta final y tan irresistible como el del et¨ªope Yifter, que consigui¨® su segundo oro en los 5.000. Las dos pruebas de fondo se las adjudic¨® el veterano corredor, al que el p¨²blico de Mosc¨² ovaciona siempre porque le recuerda la Spartakiada, en donde result¨® m¨¢s explosivo todav¨ªa que en los Juegos. Yifter tom¨® el relevo de Viren, que ayer intent¨® por segunda vez la prueba de marat¨®n y se hundi¨®.
Todas, las finales de relevos resultaron emocionantes. Los duelos URSS-Polonia en mujeres, y URSS-RDA en hombres pusieron al p¨²blico al p¨²blico en pie. Los codo a codo finales con outsiders brit¨¢nicas en mujeres, y franceses e italianos en hombres, pusieron la emoci¨®n de las grandes jornadas de atletismo. De nuevo, en los 4 x 400 hombres, Pietro Mennea, result¨® decisivo para Italia. El campe¨®n ol¨ªmpico resolvi¨® en los dos ¨²ltimos centenares de metros una medalla de bronce.
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