Los movimientos marginales organizan su propia convenci¨®n
?Demasiados a?os de falsas promesas. Ahora nos oir¨¢n?, fue el lema de la contraconvenci¨®n a la convenci¨®n nacional dem¨®crata, organizada durante el pasado fin de semana por una docena de movimientos pol¨ªticos marginales en el sur del Bronx, uno de los barrios m¨¢s desastrosos de la metr¨®poli neoyorquina.?Hace tres a?os vino Carter y prometi¨® ayuda para reconstruir las viviendas, pero hasta la fecha no se ha hecho nada?, afirm¨® Jack Hammond, profesor de la Universidad de Nueva York y uno de los voluntarios que organiz¨® en Charlotte Street una r¨¦plica prefabricada con madera de la Casa Blanca y el Congreso, en verdadero contraste con un barrio donde calles enteras de casas est¨¢n completamente destruidas, quemadas y saqueadas desde hace m¨¢s de cuarenta a?os.
Actualmente, el Bronx es uno de los guetos m¨¢s peligrosos de Nueva York, con alto ¨ªndice de criminalidad. Negros y puertorrique?os ocupan las pocas casas habitables. En los a?os veinte, el Bronx era un barrio de la clase media neoyorquina. La llegada progresiva de negros en pro de una promoci¨®n social provoc¨® la salida de los habitantes blancos hacia otras zonas, y, seg¨²n una urbanista, as¨ª comenz¨® la espiral de decadencia del Bronx. Los propietarios dejaron de pagar impuestos a la ciudad por falta de ingresos, muchos incendiaron las casas para cobrar los seguros otros sacaron todo lo aprovechable, incluso las tuber¨ªas de plomo. Los disturbios raciales de 1968, tras el asesinato de Martin Luther King, acabaron incendiando calles enteras de casas que todav¨ªa estaban en relativo buen estado.
Los movimientos marginados de la vida pol¨ªtica norteamericana, centrada en el bipartidismo dem¨®crata y republicano, montaron su contraconvenci¨®n en el coraz¨®n de la miseria neoyorquina. Aprobaron su plataforma con reivindicaciones de car¨¢cter social y pol¨ªtico, procurando dar satisfacci¨®n a las heterog¨¦neas agrupaciones antiraciales, marxistas, propalestinas, proindependencia de Puerto Rico o, simplemente, deseosas de dar a conocer su opini¨®n, a trav¨¦s de la Prensa, de que en Estados Unidos existe una minor¨ªa contestataria al sistema. Una manifestaci¨®n de unas 5.000 personas se congreg¨® ante el Madison Square Garden, sede de la convenci¨®n dem¨®crata, como acto final de la contraconvenci¨®n.
?No apoyamos a ning¨²n candidato en particular, pero tampoco aconsejamos la abstenci¨®n?, a?adi¨® Hammond. En EE UU, el 50% de personas viven completamente al margen de la vida pol¨ªtica.
Seg¨²n los organizadores de la contraconvenci¨®n del Bronx, muy pocos votar¨¢n a Carter, casi ninguno a Reagan, y la inmensa mayor¨ªa se abstendr¨¢ o votar¨¢ marginalmente, como es el caso, entre otros, del candidato del Citizens Party (Partido de los Ciudadanos), Barry Commoner, que re¨²ne a varias formaciones de izquierda.
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