El espa?ol G¨®mez Arcos, "escritor franc¨¦s" a pesar suyo
El autor de "Mar¨ªa Rep¨²blica", novelista de ¨¦xito en Francia y "fantasma" en su propio pa¨ªs
Agust¨ªn G¨®mez Arcos, escritor espa?ol residente en Par¨ªs desde 1966, es un fen¨®meno peculiar en la literatura contempor¨¢nea: criado en la lengua espa?ola y premiado en cert¨¢menes teatrales de la importancia del Lope de Vega, decidi¨® un d¨ªa abandonar Espa?a, se situ¨® en Par¨ªs y pas¨® nueve a?os de silencio literario mientras aprend¨ªa la lengua en la que ahora escribe. Hoy es un novelista franc¨¦s de ¨¦xito, que fue finalista del Goncourt en 1978 con su novela Escena de caza (furtiva). Estos d¨ªas se encuentra en Madrid terminando una nueva obra, de tema espa?ol, escrita, como todas las suyas, en franc¨¦s. ?En este pa¨ªs?, dice G¨®mez Arcos, ?soy un fantasma, un escritor espa?ol al que no se puede leer en su lengua?.
G¨®mez Arcos public¨® su primera novela en Francia en 1975. Despu¨¦s su producci¨®n ha sido ininterrumpida y se resume en estos t¨ªtulos: El cordero carn¨ªvoro, Mar¨ªa Rep¨²blica, Ana, no, Escena de caza (furtiva) y Pre-pap¨¢. En Espa?a, donde estren¨® tres obras de teatro (Elecciones generales, en 1960; Di¨¢logos de la herej¨ªa, en 1964, y Los gatos, en 1965), su obra novel¨ªstica es desconocida. ?Seg¨²n me dice mi editor, sus colegas espa?oles te han dicho que mis libros son demasiado duros para lo que ellos llaman el p¨²blico espa?ol Ninguno de ellos ha tenido el mal gusto de rechazarlos por falta de calidad literaria?.
A favor de la imaginaci¨®n
La biograf¨ªa de Agust¨ªn G¨®mez Arcos es lo que ¨¦l llamar¨ªa una biograf¨ªa involuntaria, en el sentido de que no fue escogida por ¨¦l para adjudic¨¢rsela como escritor. Por eso no la usa en su obra. Y, sin embargo, es una biograf¨ªa compleja y atractiva para un creador. ?La impronta autobiogr¨¢fica, como dices t¨², funciona muy bien cuando la imaginaci¨®n est¨¢ ausente y s¨®lo se puede recurrir a la propia experiencia. En el otro caso, en el del escritor aut¨¦ntico, la biograf¨ªa es, si quieres, una especie de lupa, a trav¨¦s de la cual t¨² miras lo que t¨² imaginas, para ver si eso puede funcionar en el universo de lo real, pero no tienes necesidad de hablar de tus propias experiencias. Yo no he tenido necesidad de recurrir a mi propia biograf¨ªa en mis novelas. Mis personajes me interesan mucho m¨¢s que yo mismo ?.?Mi biograf¨ªa?, prosigue G¨®mez Arcos, ?la he usado s¨®lo para vivir, desde que fui pastor de cabras, en un peque?o pueblo de Almer¨ªa, hasta ser considerado como un escritor franc¨¦s, pasando por mis etapas como cocinero o como friega platos o como contable en un local p¨²blico de Par¨ªs. No respond¨ªan esas actividades a mi af¨¢n por construirme una biograf¨ªa o a mi deseo de aventura, sino que simplemente esas dedicaciones me serv¨ªan para vivir. No me divert¨ªa nada de eso, como no me divirti¨® marcharme de Espa?a ni enmudecer como escritor durante nueve a?os para aprender otra lengua?.
Que alguien con una biograf¨ªa tan expuesta a ser protagonista de sus libros renuncie a su propio tema puede ser considerado, a primera vista, como un deseo de huir. ?Hay quien confunde la evasi¨®n con el sue?o ?, dice Agust¨ªn G¨®mez Arcos. ?Mis obras son una manera de so?ar, pero no de evadirme, porque no confundo la evasi¨®n con el sue?o. Lo que es verdad, y ese, lo puedo decir con las cartas de mis lectores en la mano, es que a ellos tampoco les hago evadirse?.
La tentaci¨®n espa?ola
Cada a?o, cuando se acerca el verano, Agust¨ªn G¨®mez Arcos trata de evitar la tentaci¨®n de volver a Espa?a durante estos meses. Pero cuando ¨¦stos se echan encima, la tentaci¨®n vence. ?Espa?a es para m¨ª un conflicto que se crea entre mi personalidad de espa?ol y mi personalidad de escritor. Durante a?os ha podido m¨¢s la de escritor, porque ha sido lo suficientemente fuerte como para retenerme fuera de Espa?a. Cuando el verano se aproxima surge la del espa?ol y entonces hago las maletas y vengo corriendo a Espa?a. La tierra te tira. Hoy en d¨ªa lo m¨¢s agradable que tienen mis viajes a mi pa¨ªs es que s¨¦ que no me voy a quedar aqu¨ª. Justamente, por publicar en otro sitio y en otro idioma, estoy en la situaci¨®n de escoger?.G¨®mez Arcos reconoce que no publicar en espa?ol le produce nostalgia y fastidio. ?No podr¨ªa decir que esta circunstancia me deja indiferente. Podr¨ªa aceptar, claro, publicar en editoriales latinoamericanas, pero, en efecto, el problema es el pa¨ªs en el que das a conocer tus obras. Esto produce una situaci¨®n inc¨®moda, porque para los periodistas espa?oles, por. ejemplo, yo soy un fantasma. T¨² le est¨¢s haciendo una entrevista a un fantasma, un escritor espa?ol al que no puedes leer en lengua espa?ola?.
A la hora de recoger sus papeles y guardarlos, cuando ya ha terminado su t¨¦ de la ma?ana y ha apurado un vaso de agua, Agust¨ªn G¨®mez Arcos saca una cartera universal: su pasaporte espa?ol, el que usa cada a?o para hacer su viaje de retorno, como escritor franc¨¦s, a la tierra en que a¨²n no puede publicar sus libros ?porque son duros?. En Francia cada uno de esos libros vende m¨¢s de 100.000 ejemplares.
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