Puentes de claridad y entendimiento sobre el Duero
Que se est¨¦ planteando un antagonismo artificial entre Machado -las piedras y los ¨¢lamos que guardan su recuerdo- y los puentes resulta bastante triste para quienes pensamos que estas construcciones simbolizan como pocas el deseo y la posibilidad. de comunicaci¨®n y entendimiento entre los hombres. Que, ante la pol¨¦mica promovida por la variante sur de Soria, se diga en alg¨²n peri¨®dico que la t¨¦cnica y el arte dif¨ªcilmente pueden andar de la mano, s¨®lo puede servir para confundir m¨¢s las ideas del ciudadano medio. Que, finalmente, la necesidad real y urgente que esa ciudad tiene de una v¨ªa de circunvalaci¨®n se utilice como argumento de presi¨®n, intentando convencer a los sorianos de que toda otra alternativa supone varios a?os de retraso, obliga a formar opini¨®n personal sobre el problema y, en lo que, intenta ser colaboraci¨®n constructiva y clarificadora, a expresarla en alta voz. Tras un fin de semana pasado en Soria con recorrido casi exhaustivo de los terrenos que pretende atravesar la variante sur y los previstos en la soluci¨®n estudiada por el ingeniero Clemente S¨¢enz y propuesta por el Centro de Estudios Sorianos, unas cuantas ideas me parecen claras.De entrada, resulta dif¨ªcil comparar las soluciones norte y, sur cuando la primera, la del CES, es una circunvalaci¨®n casi total a la ciudad, mientras la Sur se limita a un enlace que s¨®lo cubre el cuadrante Sur-Este y que precisa utilizar para su funcionamiento buena parte de la infraestructura urbana de Soria. Son, en efecto, calles modernas y anchas, pero gran parte del tr¨¢fico pesado va a seguir atravesando amplias zonas de la ciudad, dato a no olvidar en cualquier comparaci¨®n econ¨®mica entre ambas soluciones. As¨ª, la sur representa el coste inicial m¨ªnimo con que puede resolverse, a medias, el acuciante problema del tr¨¢fico urbano de Soria.
Pero hay que insistir en lo de ?coste inicial?. Porque si alg¨²n d¨ªa quiere solucionarse del todo, la variante sur tendr¨¢ que completarse con el resto de enlaces y es as¨ª como habr¨¢ que compararla en el plano de la inversi¨®n con la propuesta del CES. Pero m¨¢s importante a¨²n, porque el trazado de esa soluci¨®n por la margen derecha del Duero, entre el ferrocarril y el r¨ªo, dando frente al paseo entre San Polo y San Saturio, va a terminar por completo con el sosiego y la paz que all¨ª todav¨ªa se respiran. Es un problema de ruido, de desaz¨®n ambiental, de arruinar un trozo de paisaje cargado de historia y sentimientos, que muchos hemos ido a conocer alg¨²n d¨ªa y que los que nos sucedan desear¨ªan tambi¨¦n llegar a ver. Y as¨ª como el escaso tr¨¢fico de la l¨ªnea de ferrocarril permite seguir oyendo el ruido de los ¨¢lamos del Duero, ser¨¢ muy dif¨ªcil evocar a Machado frente al tr¨¢fago, siempre inquietante, de una autov¨ªa. Algunos pensamos que este paisaje y lo que en ¨¦l se encierra tiene valor, que, si lo destruimos, ese valor se pierde y que tal p¨¦rdida, aunque funci¨®n de la sensibilidad cultural de cada persona, es un coste adicional y real de la soluci¨®n sur.
A?adir¨¦ que, en mi opini¨®n, por cuidados que sean la concepci¨®n, el dise?o y los detalles del puente proyectado sobre el Duero; por m¨¢s que se haya buscado una diafanidad m¨¢xima, es dificil llegar a resultados satisfactorios cuando se construye adosado al puente existente del ferrocarril. La superposici¨®n de dos siluetas, que independientes pueden ser hermosas, conduce a confusi¨®n y oscuridad, rara vez a belleza.
El estudio del CES, que he tenido ocasi¨®n de leer y recorrer, me parece serio, meditado y, lo que entiendo m¨¢s importante, inspirado por un profundo conocimiento y amor a esa tierra y a sus valores m¨¢s hondos. Se circunvala Soria, se da vida a la parte norte, donde puede expansionarse y donde se asientan dos pol¨ªgonos industriales; se atraviesan terrenos f¨¢ciles para el trazado y est¨¦ticamente neutros. S¨®lo el cruce del Duero por Pe?amala es un punto delicado. Aun sin el valor hist¨®rico de la curva de ballesta, el r¨ªo ofrece una imagen deliciosa que da miedo ara?ar. Sin embargo, el estudio minimiza el problema al plantear un cruce perpendicular, evitando todo paralelismo entre carretera y cauce, inevitable destructor de las m¨¢rgenes de ¨¦ste. El Duero y sus ¨¢lamos podr¨ªan ser salvados por un viaducto a altura suficiente, y aqu¨ª s¨ª que el cari?o y el cuidado en el dise?o del puente ser¨ªan agradecidos por el paisaje.
Por lo dem¨¢s, es dif¨ªcil entender c¨®mo en una democracia de participaci¨®n hay tantas dificultades para tomar en consideraci¨®n la propuesta del CES. Cuando se nos pide colaborar para asentar h¨¢bitos democr¨¢ticos en nuestra sociedad, un estudio concienzudo llevado a cabo por un ingeniero experto y conocedor, sin m¨¢s beneficio ni inter¨¦s personal que el de salvar lo que ¨¦l entiende valores esenciales de esa tierra, su tierra, parece que no encuentra m¨¢s que rechazo o ignorancia en las esferas oficiales. Necesitamos transparencia en mil aspectos de nuestra vida colectiva, pero es en dilemas, como el de la circunvalaci¨®n a Soria, cuando esa claridad m¨¢s se echa de menos. No aceptar el di¨¢logo con el que discrepa razonadamente y seguir adelante con la propia idea conlleva muy graves responsabilidades morales para el que decide.
Espa?a tiene una ya larga historia de destrucciones irreversibles de ambientes, encuadres y paisajes en las ciudades, los montes y las playas. Fueron decisiones tomadas por alguien en alg¨²n instante, cuyo precio estamos todos pagando y seguir¨¢n pagando los que vengan despu¨¦s.
A¨²n es tiempo de reconsideraci¨®n, a¨²n puede y debe tenderse el puente del di¨¢logo con todos los que han expresado su preocupaci¨®n por la soluci¨®n sur, mientras ofrecen alternativas concretas y factibles que, con voluntad pol¨ªtica, permitir¨ªan iniciar las obras de la circunvalaci¨®n en un plazo muy breve.
Semejante gesto ennoblecer¨ªa a sus protagonistas. Pero a¨²n tendr¨ªamos que pedirles; m¨¢s: que la salvaci¨®n del recuerdo soriano de Machado no quede en s¨ªmbolo aislado. Que, por el contrario, sea el arranque de una real y eficaz preocupaci¨®n de quienes nos gobiernan por elevar el tono y la sensibilidad moral, cada d¨ªa m¨¢s bajos, de nuestra sociedad.
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