La polic¨ªa brit¨¢nica busca al propietario espa?ol de uno de los clubes incendiados
El lugar del Soho londinense, en el que en la madrugada del pasado s¨¢bado murieron carbonizadas 37 personas, era ayer un esqueleto que descubr¨ªa a¨²n m¨¢s la pobreza del edificio, una casa de tres plantas en la peque?a calle Denmark Place, cuyo color amarillo desgastado mostraba las huellas de los zapatos de quienes intentaron huir del fuego lanz¨¢ndose desde las ventanas.
Un portugu¨¦s, amigo de los que regentaban uno de los locales siniestrados, nos dijo ayer en este mismo lugar que un amigo suyo, de apellido Franco, que regentaba provisionalmente uno de los locales, era espa?ol y habla fallecido en el siniestro. Diplom¨¢ticos espa?oles en Londres no pudieron confirmar ayer este extremo, ni sab¨ªan si otros compatriotas nuestros hab¨ªan sido afectados.Los dos clubes nocturnos, que fueron quemados casi instant¨¢neamente por un l¨ªquido inflamable, que muy probablemente era petr¨®leo, pertenec¨ªan a primera vista a personajes y universos distintos: uno, llamado El Dandy, era regentado por un colombiano de nombre Lub¨ªn Reyes, y congregaba sobre todo a trabajadores de su misma nacionalidad, en.lo que ¨¦l insiste en llamarparties (reuniones) privadas.
En El Dandy fallecieron carbonizadas trece personas. El se?or Reyes vive para contarlo. No vive un ayudante suyo, Hern¨¢n Vargas, que desoy¨® los gritos de Lub¨ªn cuando ¨¦ste trataba de disuadirle de su intento de rescatar un aparato de alta fidelidad.
El otro club se llamaba El Hueco. En este ¨²ltimo fallecieron las restantes personas. Su due?o se llama, como ya se ha dicho en informaciones anteriores, V¨ªctor Gonz¨¢lez. Seg¨²n la prensa brit¨¢nica es espa?ol y, de acuerdo con Scotland Yard, ayer hab¨ªa sido contactado por la polic¨ªa inglesa en un lugar que ¨¦sta no quiso descubrir y que podr¨ªa ser Galicia. Scotland Yard esperaba ayer en Londres a V¨ªctor Gonz¨¢lez.
Los que conocen al due?o de El Hueco aseguran que, en efecto, es gallego. Entre los 1.800 Gonz¨¢lez que hay registrados en el consulado espa?ol en Londres como residentes en este pa¨ªs hay cerca de una decena que se llaman V¨ªctor; tres de ellos son ni?os. Ninguno de los restantes se asemeja a las descripciones dadas sobre V¨ªctor. Esta confusi¨®n sobre su identidad se increment¨® ayer al se?alar fuentes espa?oles solventes en la capital inglesa que este se?or Gonz¨¢lez pod¨ªa ser de otra nacionalidad.
Cualquiera que sea la verdadera identidad de Gonz¨¢lez, resulta familiar para los que frecuentan el Soho londinense. Ha tenido otros locales p¨²blicos y hace ocho a?os tuvo un primer aviso, que sepamos, sobre lo que ahora le ha ocurrido: un local suyo fue voluntariamente incendiado. Ahora, una de las asiduas de El Hueco asegura que oy¨® hace d¨ªas que alguien amenazaba la integridad f¨ªsica del nuevo local del se?or Gonz¨¢lez.
Gonz¨¢lez es la clave de las investigaciones de Scotland Yard, que se ha resistido a comentar sobre la reputaci¨®n de los locales siniestrados, ninguno de los cuales ten¨ªa sus papeles en regla, aspecto este que no desconoc¨ªa la polic¨ªa inglesa. Por otra parte, colombianos que frecuentaban el local anejo a El Hueco, en el primer piso del 18 de Denmark Place, aseguran que en El Dandy ?se celebraban reuniones privadas y en ellas no exist¨ªan peleas de consideraci¨®n ni hab¨ªa motivos para pensar que pudi¨¦ramos tener enemigos?, Lub¨ªn Reyes ha corroborado esta opini¨®n.
Sin embargo, arriba, en El Hueco, se congregaban no s¨®lo latinoamericanos, como en El Dandy, sino jainaicanos y otros s¨²bditos de las ex colonias brit¨¢nicas del Caribe, conjuntamente con espa?oles que conoc¨ªan al due?o del local. Hasta las ocho de la ma?ana, los asiduos de El Hueco consum¨ªan bebidas alcoh¨®licas y drogas.
Era un club t¨ªpico de los llamados bajos fondos del Soho, en el que pod¨ªan concentrarse rencillas que dieran ocasi¨®n a venganzas. Una de las razones para que se produjera una venganza de estas dimensiones pudo estar relacionada con el tr¨¢fico de drogas.
El Soho, como siempre
El Soho tiene un gran poder de recuperaci¨®n sin embargo, porque ayer el negocio segu¨ªa como siempre, y la tragedia quedaba simbolizada s¨®lo por el continuo fluir de latinoamericanos, espa?oles y otros curiosos empe?ados en ver de cerca el lugar que la Prensa ha descrito como el escenario del asesinato en masa m¨¢s grande y dram¨¢tico de los que se han producido en el Reino Unido. Para buscar una equivalencia se cita la tragedia de Birmingham, en 1974 cuando una bomba colocada por el IRA en unpub acab¨® con veintiuna vidas.
Al d¨ªa siguiente del doble siniestro, Lubin Reyes, de 32 a?os, colombiano, que regentaba El Dandy, acudi¨® a la polic¨ªa, muy sorprendentemente calmado, como si se fuera a encontrar con viejos amigos. Lub¨ªn Reyes, rodeado por personas que parec¨ªan conocerle de siempre, apareci¨® vestido con un jersei granate, con pantalones vaqueros de color verde y se mostraba dicharachero al contar el atentado de la noche anterior. Parec¨ªa ansioso, como si tuviera algo inmediato que contar y como si temiera por el sentido que tomaran las declaraciones de los testigos que la polic¨ªa ha ido recolectando. Cuando un detective le vino a buscar para iniciar el interrogatorio, el colombiano exclam¨®: ??Oh, s¨ª, vamos!?. Una hora despu¨¦s, acabado el interrogatorio, ya fue m¨¢s parco: despu¨¦s de decir que el atentado parec¨ªa destinado al piso de arriba, sus ¨²nicas palabras las dijo a un destinatario cuya respuesta no pudieron o¨ªr los periodistas; Lub¨ªn us¨® una cabina telef¨®nica para comentar con alguien qu¨¦ le hab¨ªa dicho la polic¨ªa.
Un portugu¨¦s, que acababa de llegar de vacaciones y que conoc¨ªa a V¨ªctor Gonz¨¢lez, pudo darnos una visi¨®n m¨¢s parca de ¨¦ste: ?Es gallego?. El portugu¨¦s, que asegur¨® que jam¨¢s hab¨ªa estado en ninguno de los dos clubes, explic¨® as¨ª su permanencia ante el edificio siniestrado: ?He venido porque conoc¨ªa a V¨ªctor y he visto que le hab¨ªa pasado esto, pero yo nunca vine aqu¨ª, porque hab¨ªa muchos negros?. Un colombiano a?adi¨® que ?en el piso de arriba?, al que ¨¦l jam¨¢s hab¨ªa ido, ?se concentraban lesbianas, drogadictos y putanas?.
Algo que intriga a los que especulan en torno a este suceso, ocurrido cerca de donde Agatha Christie mantiene eternamente su obra La ratonera y donde Robert de Niro protagoniza Means Street, sobre los bajos fondos de Nueva York, es como se pueden conciliar los dos mundos que coexist¨ªan en el n¨²mero 18 de Denmark Place: uno, en el que los colombianos dec¨ªan celebrar sus fiestas particulares, y otro, depravado, en el que se concentraba toda la mitolog¨ªa del Soho.
Hay una pista sobre la identidad del individuo que arroj¨® el l¨ªquido inflamable dentro del buz¨®n de cartas que serv¨ªa a los dos clubes: un s¨²bdito alem¨¢n dice que vio, sobre las tres de la madrugada del s¨¢bado -el siniestro ocurri¨® sobre las tres y media-, a un hombre de unos treinta a?os, que usaba gafas de sol y que llevaba dos bultos pesados en direcci¨®n hacia aquel edificio. Afirma el testigo que este sospechoso parec¨ªa espa?ol. Segundos despu¨¦s, asegura, oy¨® c¨®mo los dos clubes, ninguno de ellos con licencia para beber, quedaban en ruinas, y gran parte de sus asiduos aparec¨ªan luego carbonizados.
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