Scotland Yard espera interrogar hoy al propietario espa?ol de uno de los clubes incendiados en el Soho
La polic¨ªa brit¨¢nica espera interrogar hoy al espa?ol Victorino Gonz¨¢lez Amiel, due?o de? club nocturno El Hueco, uno de los dos que, el pasado s¨¢bado, fue incendiado intencionadamente en el Soho de Londres. En el pavoroso incendio fallecieron 37 personas, la mayor parte de ellas colombianas, muchas de las cuales no han podido ser identificadas. Los forenses siguen sin determinar si entre los muertos hay espa?oles.
La posibilidad de que haya espa?oles entre las v¨ªctimas no se descarta, porque compatriotas nuestros frecuentaban el mencionado club, que, por otra parte, tiene una discutida reputaci¨®n en el barrio del Soho. Muchos espa?oles llaman estos d¨ªas a los servicios diplom¨¢ticos de nuestro pa¨ªs en Londres para interesarse sobre la identidad de los desaparecidos. Los que hacen estas demandas aseguran, en gran parte de los casos, que han perdido contactos con sus familiares, que se hallaban de vacaciones o trabajando en Gran Breta?a.Scotland Yard se?al¨® ayer que hasta dentro de veinticuatro horas no habr¨¢ una identificaci¨®n segura de los cad¨¢veres carbonizados en el incendio.
Localizado en La Coru?a
Victorino Gonz¨¢lez Amiel, de 36 a?os, soltero, fue localizado en alg¨²n lugar de la provincia de La Coru?a por la polic¨ªa brit¨¢nica. Scotland Yard, al parecer, carec¨ªa de dudas sobre su nacionalidad y sobre su identidad como due?o de uno de los clubes siniestrados, a pesar de que fuentes espa?olas de Londres hab¨ªan sugerido el lunes que la nacionalidad de Victorino Gonz¨¢lez podr¨ªa ser otra.
Ya el pasado domingo por la tarde, horas despu¨¦s del incendio de El Hueco y El Dandy, la polic¨ªa brit¨¢nica hab¨ªa hablado con ¨¦l en la mencionada zona de Galicia. Fuentes oficiales consultadas por EL PAIS en Madrid manifestaron, sin embargo, que hab¨ªan recabado informes y que ni el gobierno civil ni la Jefatura Superior de Polic¨ªa de La Coru?a ten¨ªan constancia de que una persona con la identidad de Victorino Gonz¨¢lez Amiel se encontrase en la provincia, lo que descarta que el contacto entre Victorino Gonz¨¢lez y la polic¨ªa brit¨¢nica se haya realizado a trav¨¦s de las autoridades espa?olas.
Victorino Gonz¨¢lez, que aqu¨ª se llama V¨ªctor, simplemente, asegur¨® a Scotland Yard que estar¨ªa en Londres hoy, mi¨¦rcoles. Seg¨²n algunas versiones que ayer nos merec¨ªan confianza, el se?or Gonz¨¢lez Amiel ya se hab¨ªa puesto en contacto con abogados en Galicia para preparar su intervenci¨®n ante la polic¨ªa, que espera interrogarle hoy. Estas fuentes, que luego fueron contrastadas, aseguraron que el due?o de El Hueco se hab¨ªa mostrado reticente para regresar a Gran Breta?a sin que se le garantizaran ciertas inmunidades. El club de V¨ªctor Gonz¨¢lez expend¨ªa bebidas alcoh¨®licas sin licencia y esto constituye un delito importante contra la ley brit¨¢nica. Scotland Yard desminti¨® despu¨¦s aquella informaci¨®n sobre la reticencia del se?or Gonz¨¢lez y asegur¨® que el due?o de El Hueco vendr¨ªa ?voluntariamente?.
Victorino Gonz¨¢lez Amiel se registr¨® en el consulado espa?ol en Londres, como residente en esta capital, en 1968.
Las diversas versiones que sobre las actividades delictivas -juego, prostituci¨®n, drogas-, que podr¨ªan producirse en El Hueco conocieron ayer en Londres un elemento contradictorio que a?ade m¨¢s confusi¨®n a esta historia novelesca: las prostitutas que hab¨ªa all¨ª, as¨ª como el resto de las personas que acud¨ªan a consumir bebida durante horas de la noche y de la madrugada, iban a tomarse la ¨²ltima copa y no a traficar ni con su cuerpo ni con drogas. Colombianos que acud¨ªan al local contiguo, que tambi¨¦n ardi¨®, opinan lo contrario y contin¨²an hablando de tr¨¢fico de drogas, prostituci¨®n y otros hechos.
La zona no era desconocida por la polic¨ªa, que sab¨ªa de la ilegalidad de los locales, pero que no hab¨ªa actuado contra ellos. Ayer, los peri¨®dicos brit¨¢nicos que a¨²n se ocupan de la historia aseguraron que para anoche estaba prevista una redada en ambos locales, El Hueco y El Dandy, similar a la que en el mismo edificio de Denmark Place, donde ocurri¨® el incendio, tuvo efecto hace dos a?os.
La doble redada no lleg¨® a efectuarse. El fuego le tom¨® la delantera a la polic¨ªa.
Historia de un presunto asesinato
Testigos presenciales del violento atentado del s¨¢bado en El Hueco y en El Dandy contaban ayer, de modo confuso y sin dejar que sus nombres fueran usados, una historia que confirma la complejidad con la que la polic¨ªa brit¨¢nica se enfrenta al estudiar los m¨®viles del m¨²ltiple asesinato.
De acuerdo con estos testigos, una hora antes de que se produjera el incendio vieron a Lub¨ªn Reyes, el colombiano que regentaba El Dandy, donde se reun¨ªan compatriotas suyos, acudir a la puerta com¨²n de los dos clubes y echar el candado, porque ya el local estaba muy lleno. Diez minutos antes de que empezaran a aparecer las llamas, los mismos testigos afirman haber observado que un negro bajaba hacia la puerta principal y no regresaba. Cuando se produjo el incendio, afirman, un cuerpo aparec¨ªa ya muerto junto a la entrada de los clubes y el cad¨¢ver parec¨ªa rociado con un l¨ªquido inflamable y cubierto con lo que ellos cre¨ªan que era un colch¨®n.
Mientras estos supuestos hechos estaban a punto de ocurrir, los colombianos de El Dandy celebraban ruidosamente la despedida de una compatriota, Isabel Mercado, de treinta a?os, que volv¨ªa a Colombia y que se salv¨® de la matanza. Bailaban todos al son de la m¨²sica colombiana aportada por Hern¨¢n Vargas, identificado luego, carbonizado, porque aparec¨ªa agarrado a los discos de su propiedad y al equipo estereof¨®nico que quiso rescatar.
Los viernes culturales en El Dandy
La confusi¨®n sobre El Hueco no existe sobre El Dandy. Los asiduos del primero eran de las m¨¢s diversas nacionalidades, y ahora los supervivientes del incidente del s¨¢bado se encuentran desperdigados. Algunos han llamado a la Prensa, sin identificarse, para desmentir la mala reputaci¨®n de que gozaba el club y sobre la que la polic¨ªa no ha querido comentar. Sin embargo, sobre El Dandy hay pocas dudas: era un club organizado por un colombiano, Lub¨ªn Reyes, para capitalizar una man¨ªa nacional de su pa¨ªs: la del ?viernes cultural?.Los colombianos llaman ?Viernes cultural? a los d¨ªas del fin de semana que dedican a reunirse los hombres, sin sus mujeres, para beber y resarcirse de los d¨ªas anteriores.
Esta necesidad social, que se justifica en Londres tambi¨¦n porque a trav¨¦s de ella los colombianos cubren sus expectativas de empleo o de relaci¨®n personal, es particularmente sentida, porque durante la semana los colombianos trabajan entre doce y quince horas diarias en restaurantes y bares de italianos, espa?oles y griegos -los que los emplean en el Reino Unido- y llegan al viernes con la acrecentada vocaci¨®n del remate, como llaman a las ¨²ltimas copas de una noche. El Dandy era un bar de remate. Era uno de los pocos sitios donde los colombianos que desconocen el ingl¨¦s pod¨ªan pedir una cerveza en castellano. La facilidad ling¨¹¨ªstica ten¨ªa un precio, y los precios del club resultaban exorbitados.
La aparente ingenuidad de las intenciones de este club contrastaba con el misterio de que estaba rodeada su existencia ilegal: en la puerta del edificio de Denmark Place hab¨ªa un timbre para El Hueco y otro para El Dandy; uno era negro, el otro blanco. La contrase?a para el segundo club era esta: ?Fresco, fresco; soy colombiano?. La contrase?a para entrar en El Hueco no ha sido desvelada. Entraba luego en El Dandy toda clase de colombianos. En Londres -una de las capitales del mundo, con Caracas, Nueva York, Madrid y Hamburgo, donde se concentran mayor n¨²mero de ellos- hay una mayor¨ªa que se dedica al trabajo como condici¨®n previa al regreso a su tierra. pero hay un porcentale, que no excede del 10%, cuya reputaci¨®n no es tan notable. Parte de este porcentaje iba a El Dandy.
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