El enigma del barroco musical espa?ol
Dentro del II Curso de M¨²sica Barroca y Rococ¨®, el music¨®logo Daniel Vega, profesor de Contrapunto y Fuga del Real Conservatorio de Madrid, plante¨® como tina tesis su conferencia acerca del barroco musical espa?ol. Seg¨²n el profesor Vega, lo primero que se necesita es sacar a la luz las fuentes, pues en el estado actual de la investigaci¨®n sobre el tema no hay posibilidad de. ex¨¦gesis. A priori, el barroco espa?ol no va a la zaga de los dem¨¢s estilos nacionales. Es m¨¢s, debe conced¨¦rsele un papel de coprotagonista con el italiano. Ante las tres posturas que se han tomado frente a la m¨²sica espa?ola del barroco: considerarla un remedo de los barrocos europeos, decir que es igual que la del resto de los pa¨ªses occidentales y afirmar que es similar a la de los dem¨¢s pa¨ªses, pero con caracter¨ªsticas propias, el profesor Vega se inclin¨® por esta ¨²ltima.?Lo que ocurre?, dijo, ?es que nos faltan estudios sobre el barroco espa?ol, que tiene unas caracter¨ªsticas b¨¢sicas comunes a otros estilos nacionales, pero presenta igualmente una serie de aspectos propios?. Hizo referencia a numerosas historias de la m¨²sica, e incluso a libros prestigiosos, especializados en el tema, en los que apenas est¨¢ esbozada la historia de nuestro barroco musical, una etapa que, en Espa?a, se manifest¨® muy tempranamente.
Evoluci¨®n sin ruptura
Hay que considerar que el tradicionalismo a ultranza de los tratadistas, que dan una imagen retr¨®grada, no corr¨ªa paralelo a la pr¨¢ctica, pues a los maestros de capilla se les exig¨ªa estar al corriente de las innovaciones. De todas formas, hay que convenir que en Espa?a no hubo ruptura con el Renacimiento, y en la obra de Correa, junto a innovaciones al nivel de su ¨¦poca, encontramos una teor¨ªa similar a la expuesta por Tom¨¢s de Santa Mar¨ªa sesenta a?os antes.Se extendi¨® Daniel Vega sobre diversos aspectos de la m¨²sica barroca espa?ola, la existencia de una m¨²sica instrumental perdida, el empleo de los instrumentos en la polifon¨ªa, la m¨²sica teatral, la policoralidad. El m¨²sico espa?ol no se siente c¨®modo en los grandes desarrollos, su esp¨ªritu es intuitivo y se acoge a las formas breves, como el tiento o el motete. La intenci¨®n fuertemente expresiva de la m¨²sica espa?ola del siglo XVI se continuar¨¢ en la riqueza de la expresi¨®n teatral del XVII. En este siglo, lo dram¨¢tico tendr¨¢ todav¨ªa una gran fuerza, que ir¨¢ cediendo poco a poco, hasta su colonizaci¨®n por el melodismo italiano.
Puso ejemplos concretos de pr¨¢ctica de innovaciones t¨ªpicas de la ¨¦poca barroca, como el estilo concertato en la polifon¨ªa, efectos como los ecos, basados en la repetici¨®n, la aparici¨®n del acorde como unidad capital de la armon¨ªa, el desarrollo contra punt¨ªstico, la disposici¨®n espacial de los coros o de los ¨®rganos (el caso del Miserere, de Comes, con cuatro coros, dos a cada lado, que se canta en la catedral de Valencia, o los ocho ¨®rganos que lleg¨® a haber en la bas¨ªlica de El Escorial), el uso del bajo continuo, la proliferaci¨®n de las falsas o disonancias. Es decir, toda una serie de recursos que van buscando el contraste, el movimiento, la ruptura del equilibrio y de la simetr¨ªa, acudiendo tambi¨¦n al ritmo, la ornamentaci¨®n, el virtuosismo...
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