Los dirigentes de Pek¨ªn buscan un entorno internacional pac¨ªfico que permita la modernizaci¨®n del pa¨ªs
La alianza de China con Jap¨®n, su enemigo hist¨®rico, que en este siglo le invadi¨® dos veces, y con Estados Unidos, principal adversario ideol¨®gico de cualquier sistema socialista, supone el cambio estrat¨¦gico m¨¢s importante ocurrido en el mundo desde el final de la segunda guerra mundial. El nuevo eje creado en el Pac¨ªfico desplaza desde Europa a Asia el centro de gravedad de la pol¨ªtica internacional. M¨¢s de la mitad de la humanidad vive en la cuenca del Pac¨ªfico, y las relaciones econ¨®micas existentes en esta zona superan cuantitativamente a las europeas. Esta inversi¨®n de alianzas s¨®lo tiene para China una explicaci¨®n: impedir que la pol¨ªtica ?expansionista y hegemonista? de la Uni¨®n Sovi¨¦tica provoque una nueva conflagraci¨®n mundial. Los dirigentes de Pek¨ªn buscan, sobre todo, un entorno internacional pac¨ªfico que les permita sacar al pa¨ªs del atraso econ¨®mico y modernizar sus d¨¦biles fuerzas armadas, incapaces hoy d¨ªa de sostener un conflicto b¨¦lico de cierta entidad. Un enviado especial de EL PA?S habl¨® en Pek¨ªn con expertos chinos en pol¨ªtica exterior.
?El mundo vive una situaci¨®n semejante a la de 1939?, previa al desencadenamiento de la segunda guerra mundial. Esta es una de las principales afirmaciones con las que los responsables chinos explican al visitante el momento internacional. El an¨¢lisis de la pol¨ªtica exterior china reposa en un ¨²nico dogma: la Uni¨®n Sovi¨¦tica es culpable, ?ya no es un pa¨ªs socialista, es socialimperialista ?. Goebbels dec¨ªa que la repetici¨®n insistente de una mentira acaba produciendo una verdad, pero los dirigentes de Pek¨ªn rechazan esta manipulaci¨®n. Insisten en que trabajan sobre una verdad absoluta sobre la que construyen toda una teor¨ªa de ?buenos? y ?malos?. Esta aparente ingenuidad y manique¨ªsmo en la interpretaci¨®n de lo que hoy sucede en el mundo es la constante de todas las argumentaciones, lo que explica que la pol¨ªtica exterior china, en todos los problemas y en todos los continentes, se haga y se argumente en funci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Lo que es malo para Mosc¨² es bueno para Pek¨ªn.China se siente rodeada y tiene miedo. Esto explica, en parte, su an¨¢lisis internacional. En la frontera norte debe contener a 46 divisiones sovi¨¦ticas, con un mill¨®n de hombres, mientras que en el sur se ha abierto un nuevo frente en el que Vietnam ha colocado 600.000 soldados. La posible instalaci¨®n de misiles sovi¨¦ticos en Vietnam capaces de alcanzar el territorio chino, al sur del r¨ªo Yangts¨¦, preocupa en Pek¨ªn. Por otra parte, la invasi¨®n de Afganist¨¢n, desde donde tambi¨¦n los cohetes rusos podr¨ªan alcanzar el oeste de China, es otro factor m¨¢s de envolvimiento.
Sin olvidar la reforzada presencia naval sovi¨¦tica en el mar de la China, con apoyo en la nueva base naval de Cam Rahn, famosa por su utilizaci¨®n por los norteamerica nos en la guerra de Vietnam. A es tos elementos se a?ade el recelo ante la actitud de Indira Gandhi en India, cuya pol¨ªtica de acercamiento a Mosc¨² (firma de un con trato de suministro de armas por valor de 1.600 millones de d¨®lares) y su reciente reconocimiento, de Kampuchea, que convierten a este inmenso subcontinente en un ene migo potencial. Entre China e In dia existen unos problemas de reclamaciones territoriales que pue den arreglarse, y la cuesti¨®n del Dalai Lama, que reside en India, y cuya influencia sobre la regi¨®n china del Tibet es todav¨ªa grande a pesar de las concesiones au ton¨®micas hechas ¨²ltimamente por el Gobierno central de Pek¨ªn. La prevista visita del ministro de Asuntos Exteriores chino a India ha sido suspendida, a causa del re conocimiento indio de Kanipu chea.
Vietnam, "pe¨®n" de la URSS
Pero la amenaza que obsesiona actualmente a los dirigentes chinos es Vietnam y su ?hegemonismo local? como pe¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en Indochina. Esta pol¨ªtica s¨®lo puede ser contenida plant¨¢ndole cara a la URSS desde una posici¨®n de fuerza -explican los expertos en Pek¨ªn- ?Por eso castigamos a Vietnam en la guerra de contraataque de 1979?, que cost¨® a la econom¨ªa china 1.350 millones de d¨®lares. ?Entonces estuvimos preparados para que Mosc¨² enviara tropas, pero no lo hizo. La URSS tendr¨¢ que pens¨¢rselo antes de atacarnos. Necesitar¨ªa muchos soldados y no ser¨ªa s¨®lo una guerra contra China, sino un conflicto global?.
Observadores diplom¨¢ticos estiman que China no atacar¨¢ de nuevo a Vietnam mientras que la presi¨®n que mantiene en su frontera con Hanoi sirva para distraer tropas vietnamitas de Kampuchea, y de un respiro a la guerrilla jemer roja. Pero si la guerrilla ayudada por Pek¨ªn -cuyo apoyo al r¨¦gimen de Pol Pot, ?que cometi¨® algunos errores?, explican dif¨ªcilmente estuviera a punto de desaparecer por un aumento de la presi¨®n militar, o Vietnam invadiera Tailandia, China atacar¨ªa con unas consecuencias incalculables, opinan los mismos medios. Esta vez s¨ª intervendr¨ªa la URSS, sobre todo si los chinos amenazan Hanoi.
China cree, sin embargo, que el ?aventurerismo? de Vietnam, a quien llama la Cuba de Asia, tiene unos l¨ªmites marcados por la mala situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs, la sangr¨ªa que le supone a la URSS su apoyo -2,5 millones de d¨®lares diarios, seg¨²n cifras chinas- y la voluntad de los pa¨ªses de la ASEAN (Malasia, Filipinas, Tailandia, Indonesia, Singapur) de enfrentarse a la pol¨ªtica expansionista de Vietnam.
Existe, asimismo, un problemaconcreto muy delicado en las relaciones chino-vietnamitas: la plata forma continental entre los dos pa¨ªses es rica en petr¨®leo. Con un criterio de prudencia, China est¨¢ congelando su b¨²squeda y explo taci¨®n.
Condena a la Uni¨®n Sovi¨¦tica
Una de las grandes inc¨®gnitas de la pol¨ªtica china reside en saber si la condena a la URSS en el plano internacional se extiende tambi¨¦n al sistema social sovi¨¦tico, a la pol¨ªtica interna del pa¨ªs que realiz¨® la primera revoluci¨®n socialista. Actualmente, las causas que provocaron la ruptura ideol¨®gica entre Pek¨ªn y Mosc¨² han desaparecido en gran medida. En 1964 se consum¨® el cisma con la calificaci¨®n de ?revisionista? concedida por los chinos al Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero el pasado mes de abril el Diario del Pueblo, en nombre del PCCH, de clar¨® que los fundamentos ideol¨®gicos que condujeron a la separaci¨®n no eran ?cient¨ªficos? y fueron err¨®neamente aplicados por una l¨ªnea ultraizquierd¨ªsta.
Sin embargo, los funcionarios chinos consultados por EL PA?S insistieron en condenar tambi¨¦n la pol¨ªtica interna de la URSS, reflejo de su ?socialimperialismo? en el plano internacional. Su sistema de propiedad -dicen- s¨®lo conserva las formas socialistas, ya que todos los medios de producci¨®n est¨¢n en manos de una camarilla burocr¨¢tica que ha decidido el desarrollo desproporcionado de la industria pesada para fines militares, en detrimento de los bienes de consumo que niegan a la poblaci¨®n.
Los chinos no confian excesivamente en un cambio pol¨ªtico esencial a la muerte de Breznev. Este giro, cuando se produzca, vendr¨¢ forzado por el propio pueblo sovi¨¦tico. La invasi¨®n de Afganist¨¢n ha provocado -en opini¨®n de los expertos chinos en pol¨ªtica exterior- una mayor disidencia en la URSS, al mismo tiempo que hace que una parte del Ej¨¦rcito Rojo no quiera una nueva guerra. Los s¨ªntomas de aumento de la disidencia en los pa¨ªses del Este son valorados tambi¨¦n como signos importantes.
Frente ¨²nico
Para los chinos, despu¨¦s de las aventuras africanas, fundamentalmente Angola, y la invasi¨®n vietnamita de Kampuchea, la pol¨ªtica expansionista de la URSS ha entrado en una tercera fase con la invasi¨®n de Afganist¨¢n, que supone aplicar la pol¨ªtica de ios zares de avanzar hacia los mares calientes. ?Nos sorprende?, me explicaron en Pek¨ªn, ?la actitud europea de apaciguamiento ante este avance sovi¨¦tico?. China desea una Europa unida -en este sentido apoya, aunque no expl¨ªcitamente, el ingreso de Espa?a en la OTAN-, cuya actitud firme ante Mosc¨² obligue al Krenilin a mantener a las tres cuartas partes de su Ej¨¦rcito en sus fronteras europeas, descargando la presi¨®n sobre la frontera asi¨¢tica con China. En Pek¨ªn no entienden las sutilezas econ¨®mico-comerciales que pueden explicar las diferentes actitudes mantenidas por el canciller Schmidt o el presidente Giscard d'Estaing ante Breznev, en un intento de mantener la distensi¨®n. ?Dando comida a los tigres no se les detiene?, opinan los chinos, que creen que la distensi¨®ns¨®lo es un reposo para el agresor.
En este contexto les parece ingenuo e inoperante celebrar la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea en Madrid, que, seg¨²n ellos, s¨®lo ser¨¢ capitalizada por la URSS. ?M¨¢s que Conferencia de Seguridad deber¨ªan llamarla conferencia del peligro?, me dijo un funcionario chino. Una sola ilota positiva en este an¨¢lisis: ?Al menos vemos con agrado que los se?ores Rup¨¦rez y Oreja hayan manifestado que debe tratarse en la conferencia el tema Afganist¨¢n?.
China afirma que Europa sigue siendo el primer objetivo de la URSS, y se?ala el peligro de que con una t¨¢ctica de envolvimiento -amenaza a los suministros de petr¨®leo y materias primas de Oriente Pr¨®ximo y Africa-, sembrando la discordia entre los diferentes pa¨ªses del Viejo Continente y separando a Europa de Estados Unidos, Mosc¨² consiga la finlandizaci¨®n de Europa, ?la victoria sin guerra?. En algunos momentos se creer¨ªa que hablan Kissinger o Nixon cuando se escucha a los responsables chinos. ?Nuestros intereses y los de Europa occidentan?, concluyen, ?son inseparables?.
Ante la amenaza global sovi¨¦tica, China, como ya lo hizo en los a?os treinta con la uni¨®n de las fuerzas de Mao con las de Chang Kai Chek contra el invasor japon¨¦s, o a semejanza del frente antifascista europeo de 1939, propone ahora un ?frente ¨²nico? de contenci¨®n del expansionismo de la URSS.
Dudas sobre Carter
A las vacilaciones de Europa se suman, seg¨²n los chinos, la debilidad de Estados Unidos, que observa una actitud defensiva y ha permitido los avances de la URSS en Afganist¨¢n y Vietnam. En Pek¨ªn se teme que, a pesar de las promesas hechas por el presidente norteamericano, Carter tampoco afrontar¨ªa decisivamente nuevas amenazas sovi¨¦ticas en la reti¨®n estrat¨¦gica de Oriente Medio. A pesar de la irritaci¨®n provocada por la ambigua pol¨ªtica de Reagan respecto a Taiwan -con su defensa confusa de mantener relaciones ?oficiales? con las dos Chinas-, que no pudo ser disipada con el reciente viaje del candidato vicepresidencial Georges Bush a Pek¨ªn, los chinos con los que pude hablar piensan, que es muy probable la llegada de Reagan a la Casa Blanca, y en sus conversaciones valoran como escasas las posibilidades de Carter. Reagan, estiman como dato positivo, aportar¨ªa una pol¨ªtica bastante m¨¢s firme frente a la URSS.
La alianza con Jap¨®n y Estados Unidos no es s¨®lo para China una cuesti¨®n de t¨¢ctica, sino una estrategia a largo plazo, insisten los responsables de la pol¨ªtica exterior. En el caso de Jap¨®n se trata tambi¨¦n de una fabulosa relaci¨®n contractual. China le suministra a Jap¨®n todo el carb¨®n que necesita, adem¨¢s de petr¨®leo, y Jap¨®n, por su proximidad geogr¨¢fica y agresividad comercial, es el gran ?modernizador? de China. Sus camiones, televisores, aparatos de aire acondicionado, se anuncian en las primeras vallas publicitarias aparecidas en Pek¨ªn y comienzan a penetrar, lenta pero firmemente, en un mercado de mil millones de consumidores. Los proyectos econ¨®micos entre los dos pa¨ªses est¨¢n valorados en 50 trillones de yens.
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