El vicegobernador del Banco Nacional: "Acabar con el subdesarrollo, tarea de la pr¨®xima d¨¦cada"
La nueva pol¨ªtica econ¨®mica introducida esta primavera en Mozambique por el presidente Samora Machel pretende liberalizar y rentabilizar un sistema socialista que los excesos de la euforia poscolonial imped¨ªan desarrollarse en armon¨ªa. Prakachi Ratilal, viceministro y vicegobernador del Banco de Mozambique, es uno de los principales art¨ªfices de la nueva l¨ªnea econ¨®mica. Con ¨¦l, en su despacho del Banco Nacional, convers¨® un enviado especial de EL PA?S.
Pregunta. ?C¨®mo deben interpretarse los ¨²ltimos discursos del presidente Samora Machel?Respuesta. De una manera muy diferente a como lo ha hecho Europa. No se trata de ning¨²n viraje. El discurso del presidente del 18 de marzo de 1980 est¨¢ en la l¨ªnea coherente y evolutiva del proceso revolucionario de nuestro pa¨ªs, y no se trata de ning¨²n abandono de la construcci¨®n del socialismo.
Samora Machel simplemente hizo un balance de nuestra exper¨ªencia econ¨®mica y apunt¨® las deficiencias y desv¨ªos de la l¨ªnea definida en el congreso del Frelimo de 1977. Seg¨²n explic¨®, la peque?a burgues¨ªa se estaba apoderando del aparato del Estado y de las unidades econ¨®micas. Desvirtuaban las orientaciones del Frelimo y hab¨ªan llegado al punto de identificar socialismo con anarqu¨ªa, igualitarismo absoluto, e incluso incompetencia y abandono.
Los infiltrados en el aparato del Estado fueron apartados de los puestos de direcci¨®n. Fueron eliminadas las tendencias izquierdistas en el aparato del Estado, que pretend¨ªan hacer del sector econ¨®mico estatal un sector dominante. Estos izquierdistas hab¨ªan nacionalizado toda una serie de peque?as industrias y comercios, carnicer¨ªas, barber¨ªas, zapater¨ªas, y pretend¨ªan que el Estado las dirigiese.
Lo que Machel dijo p¨²blicamente es que eso no era tarea del Estado, sino del sector privado, que en nuestro pa¨ªs tiene una tarea muy importante que realizar. Sin embargo, esto no es nada nuevo, pues ya la Constituci¨®n de 1975-1976 y las tesis de nuestro congreso de 1977 lo definieron as¨ª claramente.
P. Pero, ?por qu¨¦ ahora? ?Es que quiz¨¢ tratan de evitar los errores de Cuba, que lleg¨® a nacionalizar hasta los vendedores ambulantes?
R. Cada pa¨ªs tiene su v¨ªa, aunque digamos que cada experiencia tiene su utilidad para los otros. La tarea del Estado es construir el socialismo, pero nosotros pudimos identificar a un grupo de personas que quisieron apoderarse del poder del Estado y hacer la revoluci¨®n mozambique?a seg¨²n su propia con cepci¨®n, y no la del Frelimo.
Lo que pasa es que el imperialismo no puede aceptar que en Mozambique se construya el socialismo, y como a ra¨ªz.de la victoria del pueblo de Zimbabue el balance a favor de las fuerzas progresistas en el Africa austral aument¨®, necesita decir que Mozambique atraviesa serias dificultades y abandona la v¨ªa socialista.
Lo que ocurre, efectivamente, es una apertura al capital extranjero, ya definida en nuestra Constituci¨®n de 1975, que autoriza las inversiones extranjeras en el marco de la pol¨ªtica econ¨®mica del Estado. La inversi¨®n exterior tiene su lugar en Mozambique porque necesitamos beneficiarnos de la tecnolog¨ªa de algunas empresas occidentales para desarrollar nuestras riquezas. El problema para nosotros se plantea as¨ª: Mozambique es un pa¨ªs potencialmente rico por su suelo, subsuelo y riquezas marinas. Tenemos ideas claras de lo que queremos para esta d¨¦cada y disponemos de los hombres para hacerlo. S¨®lo nos faltan los medios t¨¦cnicos que compramos a los pa¨ªses occidentales y los pagamos.
La Conferencia de Lusaka (abril) defini¨® a Mozambique como el pa¨ªs que detenta la llave de los transportes en toda esta ¨¢rea. Tenemos excelentes puertos y algunos ferrocarriles para unirlos con los pa¨ªses del hinterland. Pensamos, pues, llevar a cabo una cooperaci¨®n interregional con los pa¨ªses que firmaron el documento de Lusaka.
"No se construye el socialismo en un d¨ªa"
P. Mozambique tiene que hacer frente a unas expectativas individuales acumuladas que dif¨ªcilmente parece poder soportar la econom¨ªa.
R. El socialismo no se construye en un d¨ªa. Nosotros s¨®lo tenemos cinco a?os de experiencia y hemos hecho bastante. Lo primero que tuvimos que hacer fue transformar a la econom¨ªa colonial. A¨²n hoy, nosotros, que tenemos 3.000 kil¨®metros. de costa, importamos pescado porque nunca se invirti¨® nada en el desarrollo de la pesca y no es f¨¢cil crear una flota pesquera.
Nuestras capitales provinciales no disponen de una red suficiente de comunicaciones. Es m¨¢s f¨¢cil hablar desde Maputo con Londres o Par¨ªs que con Beira, que es la segunda ciudad del pa¨ªs. Mozambique, para los colonialistas, apenas si era un pa¨ªs de tr¨¢nsito de mercanc¨ªas. En ferrocarriles tenemos una l¨ªnea que va a Sur¨¢frica y otra a Zimbabue, pero no una red que nos permita desarrollar nuestra econom¨ªa. Por otra parte, entre 1976 y 1977 hubo rnuchos sabotajes econ¨®micos por parte de loscolonos que abandonaban el pa¨ªs.
"Nuestro ¨²nico problema con Sur¨¢frica es el racismo""
P. La cooperaci¨®n de su pa¨ªs con Sur¨¢frica llama la atenci¨®n. De la misma manera sorprende la ayuda de Pretoria a Mozambique.
R. Los surafricanos, antes de pensar en ayudarnos, tienen que resolver los problemas de su casa. Nosotros repudiarnos el concepto de ayuda. Lo que debe existir entre los Estados es colaboraci¨®n. Nosotros vamos a precisar en esta d¨¦cada de desarrollo de la agricultura millares de tractores. Los vamos a comprar: nadie nos los va a dar.
Sur¨¢frica tampoco puede pasarse de nuestros mineros, ni de Cabora Bassa, ni del puerto de Maputo. Eso es aut¨¦ntica interdependencia, que nosotros valoramos tanto que les permit¨ªmos exportar todo lo que quieran a trav¨¦s de Maputo. Y esto no pone en tela de juicio nuestra solidaridad con el pueblo surafricano.
No luchamos contra los blancos de Sur¨¢frica. Por eso, si eliminan el apartheid se acabaron los problemas entre nosotros y ellos. Y si, aunque somos un pa¨ªs socialista, tenemos relaciones con Francia, Italia y Brasil, por ejemplo, ?por qu¨¦ no habr¨ªamos de tenerlas con Sur¨¢frica? Nuestro ¨²nico problem a con Sur¨¢frica es el apartheid y el racismo.
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