La distensi¨®n, tema central de la campa?a electoral alemana
Los acontecimientos de Polonia y, anteriormente, la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n, la pol¨¦mica sobre los ?euromisiles? y la fidelidad a la Alianza Atl¨¢ntica est¨¢n centrando la pol¨¦mica electoral de las elecciones generales del 5 de octubre en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) en el tema de la distensi¨®n. La oposici¨®n alemana, con su candidato Franz Josef Strauss a la cabeza, acusa al canciller Helmut Schmidt de ?neutralismo?, mientras los socialdem¨®cratas, en el poder, devuelven la pelota, criticando el peligroso aventurismo del l¨ªder b¨¢varo en pol¨ªtica internacional.Un mes justo antes de las elecciones generales del 5 de octubre en la RFA, y reci¨¦n inaugurada la campa?a propiamente dicha, se han acentuado los problemas de la comisi¨®n especial que vela por los buenos modales ret¨®ricos de quienes suben a un podio para defender un color pol¨ªtico. La comisi¨®n, que preside un obispo protestante de probada ecuanimidad, ha de cuidar para que tambi¨¦n en esta ocasi¨®n el juego electoral sea limpio.
El lenguaje que emplean estos d¨ªas los l¨ªderes y colaboradores inmediatos en la RFA peca a veces, como poco, de descort¨¦s.
?Malversador de subsidios? ha calificado al canciller Helmut Schmidt el secretario general de la Democracia Cristiana (CDU), Heiner Geissler; ?indigno del nombre de cristiano? ha atribuido un portavoz socialdem¨®crata al CDU, o ?frentepopulista?, calificativo obsequiado por el candidato conservador Franz Josef Strauss al partido rival.
Mientras el SPD concentra su campa?a en los m¨ªtines y en la difusi¨®n de un peri¨®dico dominical de masas que recuerda al Bild, de Springer, en su maquetaci¨®n, el CEU-CSU dedicar¨¢ seis millones de marcos (unos 250 millones de pesetas), de los 36 de que dispone para gastos electorales, a la elaboraci¨®n de encuestas de opini¨®n. El Zeitung am Sonntag, del SPD, con una tirada millonaria, le cuesta a los socialdem¨®cratas catorce millones, la tercera parte de su presupuesto electoral.
Los liberales, en cambio, ?apoyan sus esperanzas en sus pol¨ªticos?, seg¨²n su secretario general, como principal medio de captaci¨®n de votos.
Temas electorales
La tem¨¢tica b¨¢sica que manejan estos d¨ªas los partidos gira fundamentalmente sobre problemas caseros, aunque en cabeza figure la pol¨ªtica exterior, tema com¨²n (Afganist¨¢n, Alianza Atl¨¢ntica, ¨²ltimo viaje de Schmidt a Mosc¨² y visitas aplazadas del canciller a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y Polonia, y ayuda financiera a este pa¨ªs).Strauss ha insistido en atribuir a Schmidt una evoluci¨®n ?neutralista?, y afirma que ha fracasado en su ?aventura de apertura al Este?. ?Paz y libertad? piden los conservadores, mientras los socialdem¨®cratas han elegido esta vez el lema de ?seguridad?, antigua consigna electoral de los democristianos.
Por lo dem¨¢s, los conservadores ponen el acento en virtudes tradicionales -amor al pr¨®jimo, fidelidad, sentido comunitario, conciencia de responsabilidad-, mientras los social-liberales subrayan conceptos pol¨ªticos m¨¢s concretos. De hecho, la uni¨®n democristiana no ha concretado su programa de Gobierno, lo que mueve a los partidos en el poder a considerar enigm¨¢tica la opci¨®n que representa Strauss.
Personalismo
El duelo dial¨¦ctico en estas elecciones se caracteriza, hasta ahora, por el personalismo. Incluso los liberales recurren a ?vender? la imagen de Hans Dietrich Genscher como jefe de la diplomacia alemana, aunque Genscher haya de ocultar ahora su postura reticente en relaci¨®n con la ostpolitik. Todo menos dejar translucir impresiones de desacuerdos internos en el campo de la coalici¨®n gubernamental.En un punto parece haber coincidencia t¨¢cita de los cuatro partidos parlamentarios: nadie ha recurrido al pasado pol¨ªtico de alg¨²n que otro candidato vinculado al r¨¦gimen hitleriano. Tan s¨®lo la izquierda extraparlamentaria y las juventudes socialdem¨®cratas y liberales que dificultaron en Hamburgo un mitin de Strauss, record¨¢ndole su cap¨ªtulo vital de entonces. Esto dio pie al candidato para repetir sus acusaciones de ?frentepopulismo? y de ?revoluci¨®n cultural? contra el SPD.
La campa?a electoral alemana en su ¨²ltima fase ha producido ya un efecto ?cultural? de nuevo cu?o: la filmograf¨ªa alemana se ha enriquecido con dos pel¨ªculas de inter¨¦s pol¨ªtico. Cabr¨ªa decir algo similar respecto del rock pol¨ªtico; paralelamente al espect¨¢culo rock contra la derecha, Strauss se hace acompa?ar por un conjunto que emplea el mismo ritmo para lograr un efecto contrario.
La siguiente r¨¦plica ha sido un quinteto integrado por pastores protestantes que bajo el lema Stoppt Strauss (Parad a Strauss) han movilizado a sus feligreses con canciones en contra de la opci¨®n conservadora: los cinco eclesi¨¢sticos han sido suspendidos temporalmente por sus superiores.
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