El contraespionaje espa?ol, otra vez sin jefe

Viene de primera p¨¢ginaEl CSID se cre¨® sobre la base del Servicio Central de Documentaci¨®n de la Presidencia del Gobierno (inteligencia del almirante Carrero) y sobre el servicio de informaci¨®n del Alto Estado Mayor.

Esta ?c¨²spide? de la informaci¨®n del Estado cuenta con unos doscientos hombres (oficiales y polic¨ªas) y sofisticad¨ªsimos medios t¨¦cnicos; sus competencias se distribuyen en divisiones de exterior, interior, involuci¨®n y contraespionaje. Es sabida su estrecha colaboraci¨®n con los servicios secretos israel¨ªes, superior -a juicio de algunos de sus miembros- a la que se mantiene con la CIA.

Sin embargo, en dos a?os el CSID se ha mostrado escasamente operativo y sus divisiones de involuci¨®n, interior y contraespionaje, m¨¢s proclives al seguimiento de las actividades privadas de personajes de la oposici¨®n o de la vida p¨²blica del pa¨ªs que a las de las organizaciones terroristas. La ?ambiciosa potenciaci¨®n de la inteligencia del Estado? anunciada por el ministro de Defensa, Rodr¨ªguez Sahag¨²n, ha quedado hasta ahora en una sucesi¨®n en el mando del CSID lo suficientemente r¨¢pida -a juicio de los observadores- como para impedir un trabajo coherente y a largo plazo. La multiplicaci¨®n de otros servicios de inteligencia desconectados del CSID podr¨ªa haber contribuido al r¨¢pido desgaste de los generales Bourg¨®n y Mari?as.

Funcionarios antidem¨®cratas

Oficiales adscritos al CSID que hablaron con EL PAIS estiman que en este servicio trabajan numerosos militares y polic¨ªas abiertamente simpatizantes del antiguo r¨¦gimen; dichas fuentes se?alaron la necesidad de convertir el CSID en un aut¨¦ntico n¨²cleo de informaci¨®n estatal centrado en la lucha contra el terrorismo, y no en la recopilaci¨®n de datos sobre pol¨ªticos o personalidades de relieve social en el ¨¢rea de la oposici¨®n al Gobierno.