Miguel Mu?oz sufri¨® en Sevilla al Madrid
Miguel Mu?oz le ha tocado sufrir en Sevilla lo que los dem¨¢s entrenadores han padecido durante a?os. Miguel Mu?oz, por vez primera en su larga y brillante carrera profesional, fue expulsado del banquillo. Se quej¨® de que el ¨¢rbitro no amonestase a Isidro. Se quej¨® de que un jugador del Madrid gozara de la complacencia del colegiado. A Mu?oz que le calentaron el a?o pasado y que la pasada semana tuvo que responder con iron¨ªa a las declaraciones de Boskov, por una vez, perdi¨® los nervios.
A Miguel Mu?oz no le perdonan su madridismo. En cuanto tiene que enfrentarse a su ex equipo le pican. El a?o pasado tuvo que jugar la baza decisiva del campeonato al ganarle a la Real Sociedad. Boskov, que se vio favorecido por este triunfo, no ha sabido agradecerlo debidamente y se ha permitido decir cosas que a Mu?oz le han hecho saltar. Mu?oz, que no ha perdido ni una pizca de su sutil iron¨ªa, le ha ganado la batalla dial¨¦ctica a Boskov. Y, adem¨¢s, el partido.Mu?oz se sali¨® de las casillas al ver que el ¨¢rbitro permit¨ªa a Isidro repetidas acciones antirreglamentarias. De eso se quejaban otros preparadores en otras ¨¦pocas; es decir, cuando Mu?oz entrenaba al Madrid. Ahora es cuando Mu?oz ha debido comprender que al equipo de su vida se le tiene un respeto. Por lo que se ve, tambi¨¦n los ¨¢rbitros de la ANAFE se cuidan mucho cuando dirigen al Madrid. O sea que dentro de poco, a la vista de lo realizado por Cond¨®n Uriz, alg¨²n vicepresidente de club importante meter¨¢ en el saco de los ?hijos de Plaza? a determinados anafistas. Dentro de nada estaremos metidos de lleno en el problema arbitral. Porque, cuando no existe, hay que Invent¨¢rselo para distraer a la afici¨®n. Sin los pobres ¨¢rbitros, el f¨²tbol perder¨ªa la salsa picante. Con los grandes astros futbol¨ªsticos se pierden m¨¢s partidos de los debidos. Madrid, Barcelona y Valencia, con cantidades astron¨®micas invertidas en fichajes, perdieron el domingo. Y el Valencia, encima, en casa y contra el H¨¦rcules.
Saporta sosten¨ªa la teor¨ªa de que no se puede cesar al entrenador en plena temporada porque a continuaci¨®n las protestas se dirigen al palco. Saporta suele contar que Narciso de Carreras, por no seguir su consejo -le dio la baja a Artigas- tuvo que abandonar la presidencia barcelonista. En Bilbao se lleva camino de repetir la historia. Du?abeitia le dio la boleta a Seneka y, aunque su equipo gan¨® al Valladolid, el p¨²blico se encrep¨® y le pidi¨® que se marche. Du?abeitia no ha tenido hasta la fecha demasiada fortuna al frente del Athl¨¦tic. Ni siquiera econ¨®micamente ha logrado superar a sus antecesores. Du?abeitia lo tiene dif¨ªcil. Ha cornenzado a rondarle la sombra de Eguidazu. La vuelta de Eguidazu, pura especulaci¨®n de momento, ser¨ªa no s¨®lo un disgusto para el piropio Du?abeitia, sino para la federaci¨®n espa?ola Eguidazu fue un hombre duro y con ¨¦l volver¨ªan los pleitos serios a las asambleas, del f¨²tbol y a las reuniones de les presidentes. El oficio de presidente se est¨¢ poniendo cada d¨ªa rn¨¢s dif¨ªcil.
Quien ha tenido un respiro ha sido el del Atl¨¦tico de Madrid. El doctor Cabeza necesitaba recuperar la calma tras los sucesos de las 6.000 pesetas. Aunque Cabeza es hombre acostumbrado al ajetreo -es un pluriempleado m¨¢s-, en el Atl¨¦tico ha encontrado un movimiento pendular capaz de marear a cualquiera. Pero Cabeza parece que se maneja bien en los aspectos publicitarios. Por lo menos es el presidente que m¨¢s se autocita de Espa?a. Cada vez que se le hace una pregunta responde con ?to dice el doctor Cabeza?, o ?el doctor Cabeza opina?, y con ello no solamente consigue salir en los titulares, sino tambi¨¦n en la letra menuda.
A Cabeza dicen que sus amigos de UCD le van a relevar de La Paz para que pueda dedicarse de lleno al Atl¨¦tico. Ser director de La Paz, forense de Alcal¨¢ de Henares, m¨¦dico de la Confederaci¨®n Espa?ola de Cajas deAhorros y presidente del Atl¨¦tico ser¨ªa para agotar a cualquiera. La excedencia de La Paz le permitir¨ªa dirigir el asunto futbol¨ªstico con casi total dedicaci¨®n. El Atl¨¦tico tiene grandes problemas que resolver y no pueden llevarse en amigables tertulias. Cabeza se ha tomado en serio el Atl¨¦tico. Es hombre que quiere ir por el mundo de triunfador. Necesitar¨¢ suerte, porque el Atl¨¦tico no es un club f¨¢cil, ni mucho menos.
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