Saddam Hussein,"un l¨ªder inspirado"
En cuanto se llega al aeropuerto de Bagdad se ven las grandes fotograf¨ªas del ?I¨ªder inspirado?, Saddam Hussein, presidente de la Rep¨²blica, secretario general del partido Baas de Irak, presidente del poderoso Consejo del Mando de la Revoluci¨®n. Hace s¨®lo meses, en enero, todav¨ªa su efigie sol¨ªa estar acompa?ada de la del general Hassan el Baqr, que le precedi¨® en todos estos cargos e hizo con ¨¦l la revoluci¨®n del 17 de julio de 1968.Entonces, Saddam Hussein el Takriti (por Takrit, donde naci¨®, hijo de un campesino que s¨®lo pudo enviarle a la escuela con once a?os) ten¨ªa 31 a?os y su escandalosa juventud hac¨ªa de ¨¦l un hombre con futuro, aunque no se pudiera esperar uno tan brillante... y tan r¨¢pido. Hoy, a sus 44 a?os, con su aspecto atl¨¦tico y severo -en el que s¨®lo una molestia ci¨¢tica que le cuida con ¨¦xito un m¨¦dico cubano-, este hombre es la clave completa de cuanto ocurre en Irak; nada se hace sin su consentimiento, ¨¦l manda en un r¨¦gimen fuertemente presidencial y ¨¦l es la c¨²spide de una jerarquizada autoridad que el partido administra desde la ¨²ltima aldea hasta el palacio presidencial, junto al Tigris.
Su familia no.juega papel alguno en la vida oficial; se sabe que tiene cuatro hijos y que es un organizador nato y un infatigable trabajador. Fuma s¨®lo cigarros habanos -probablemente los legendarios coiba que Fidel Castro manda a sus amigos, y Saddam lo es-, tiene la obsesi¨®n de la educaci¨®n -termin¨® su carrera de Derecho estudiando d¨ªa y noche durante tres meses cuando ya era vicejefe del Cartido- y una energ¨ªa que le envidian sus adversarios: tom¨® parte en el atentado contra el general Kassem, en 1959, tuvo que arrojarse al r¨ªo Tigris, cruzarlo a nado para huir, se enfrent¨® despu¨¦s a tiros con la polic¨ªa, ha conocido la c¨¢rcel, el exilio, el compl¨® y el triunfo.
Nada de eso ha podido con Saddam, que adem¨¢s ha devuelto el Ej¨¦rcito a los cuarteles y civilizado la vida pol¨ªtica iraqu¨ª.
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