La inform¨¢tica cambiar¨¢ la vida social en los pr¨®ximos veinte a?os
La informatizaci¨®n de la sociedad a lo largo del decenio en curso ?ser¨¢ el nuevo motor del crecimiento econ¨®mico? ?En qu¨¦ medida incidir¨¢ en el empleo, en la infraestructura industrial, en las libertades, en las comunicaciones y en las relaciones internacionales? Durante la semana pasada, 250 expertos de los veinticuatro pa¨ªses que integran la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) han reflexionado sobre estas cuestiones que, seg¨²n un consenso total, a lo largo de los pr¨®ximos veinte a?os, generar¨¢n una mutaci¨®n comparable a la que supuso pasar de las sociedades agr¨ªcolas a las industriales.
?La informatizaci¨®n de la sociedad nos obliga a pensar, de nuevo, en el futuro?. Con este postulado abri¨® los trabajos de la OCDE el ministro franc¨¦s de Industria, Andr¨¦ Giraud. Y a lo largo de tres d¨ªas, a medida que se suced¨ªan los oradores en el foro del castillo de la Muette (sede de la OCDE), esa divisa se hizo carne y hueso de una realidad inexorable: de aqu¨ª al horizonte 2000 el mundo ser¨¢ otro a causa de las nuevas tecnolog¨ªas.
Nuevas jerarquizaciones
Las ?tablas de la ley? de ese mundo pueden formularse simplemente: el dominio de la informaci¨®n, de la inform¨¢tica y de las comunicaciones, con sus incidencias en la m¨¢quina social, determinar¨¢n la nueva jerarqu¨ªa de las sociedades industrializadas.Los trabajos de la OCDE se centraron en la repercusi¨®n de los progresos de la electr¨®nica y de las tecnolog¨ªas y sistemas de telecomunicaciones sobre el crecimiento econ¨®mico, el empleo, las libertades y los intercambios internacionales, y esto, en los pr¨®ximos diez a?os.
En todos esos dominios, la incidencia de la informatizaci¨®n de la sociedad en los diversos sectores citados, todav¨ªa se valora confusamente. Los estudios m¨¢s documentados expuestos en la OCDE coinciden en que la inform¨¢tica afectar¨¢ profundamente las costumbres, los comportamientos, las profesiones, el equilibrio de los poderes, la producci¨®n, etc¨¦tera, pero nadie adelanta esquemas definitivos.
Por lo que se refiere al empleo, todos los pron¨®sticos prev¨¦n un paro tecnol¨®gico amplio a lo largo de los a?os ochenta, pero se expone, igualmente, que la tecnolog¨ªa es tambi¨¦n la base de nuevos productos, y en consecuencia, de nuevas fuentes de producci¨®n que implican aumento del empleo.
Maquinismo y paro
Los m¨¢s optimistas, en este aspecto, estiman que la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n permitir¨¢ crear, por lo menos, un mill¨®n de puestos de trabajo en Europa occidental y en Estados Unidos de aqu¨ª a 1990. Las diversas conclusiones sobre el problema coinciden en que, en un primer tiempo, la evoluci¨®n de la electr¨®nica influir¨¢ negativamente sobre el empleo, pero a largo plazo puede pensarse que las consecuencias indirectas de esa tecnolog¨ªa implicar¨¢n un aumento de la demanda de mano de obra.La cuesti¨®n m¨¢s actual tratada en la OCDE, debido a la profunda crisis econ¨®mica que sacude al mundo, se refiere a la inform¨¢tica como posible motor de crecimiento. Las reflexiones sobre este punto tampoco son seguras, porque apenas han empezado a esbozarse. De entrada, la informatizaci¨®n, en el terreno econ¨®mico, se revela como un proceso contradictorio. Por una parte, constituye un movimiento acelerado (en Francia, cada d¨ªa, alrededor de cien empresas deciden informatizarse), pero esa din¨¢mica no es determinante por ahora, ya que los impactos se aprecian muy diversificados y, adem¨¢s, multiplica las reacciones contrarias de rechazo y de bloqueo.
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