Varsovia, testigo de una crisis social
Varsovia es, en estos momentos, una de las ciudades m¨¢s atractivas del mundo, sobre todo porque se ha constituido en el centro de una crisis social que puede tener consecuencias imprevisibles. Varsovia, considerada la capital del pa¨ªs m¨¢s libre de Europa del Este (Polonia), es el tema central del espacio Ciudades del mundo, que se emite hoy, a las 21.35 horas, en Televisi¨®n Espa?ola.Varsovia ha sido una de las ciudades m¨¢s castigadas por la historia cuya ¨²ltima razzia destructiva, y probablemente la m¨¢s fuerte, fue la derivada de la ocupaci¨®n alemana, a consecuencia de la cual la ciudad fue arrasada y reducida a escombros. Desaparec¨ªan as¨ª los monumentos arquitect¨®nicos, reflejo de una larga tradici¨®n hist¨®rico-art¨ªstica, que constitu¨ªan uno de los legados m¨¢s preciados de la humanidad. Los polacos, sin embargo, han reconstruido entre 1949 y 1963 gran parte de la ciudad antigua sobre la base de viejos planos y fotograf¨ªas de la ciudad.
La parte nueva de la ciudad se ha ido extendiendo al otro lado del Vistula, r¨ªo que divide la ciudad vieja de la nueva.
La ciudad vieja es toda ella un monumento. Aqu¨ª podemos encontrar lugares como la plaza del Mercado, en la que los pintores realizan y venden sus obras en un ambiente bohemio y sugerente. Tambi¨¦n en este casco antiguo se encuentran los museos de historia y literatura y diversas edificaciones (fielmente reconstruidas) neorrenacentistas y barrocas, con fragmentos del g¨®tico.
En la parte vieja se encuentran tambi¨¦n los mejores y m¨¢s t¨ªpicos restaurantes de la ciudad, en los que se puede degustar, adem¨¢s de la t¨ªpica comida polaca, un exquisito caviar sovi¨¦tico regado con el vodka Wiborowa, o los caracoles guisados al estilo franc¨¦s. Uno de los mejores restaurantes de esta zona, prohibitivo generalmente por sus precios para los polacos, es el Krokodil (Cocodrilo), denominado as¨ª como recuerdo del regalo -el animal citado- que hizo Fidel Castro al Gobierno polaco en su primera visita a este pa¨ªs. Tambi¨¦n en la ciudad antigua, concretamente en Nowy Miasto, podemos encontrar el museo dedicado a madame Curie, instalado en la misma casa en la que, seg¨²n algunas versiones, naciera la cient¨ªfica que m¨¢s tarde se trasladar¨ªa a Francia.
La parte nueva de Varsovia es espaciosa, con amplias zonas verdes, anchas calles y monumentos caracterizados en gran parte como productos del realismo socialista. Destaca, entre todos ellos, el Palacio de la Cultura -una especie de Kremlin en peque?o-, regalo de Stal¨ªn al pueblo polaco. Aunque parezca a simple vista lo contrario, y a pesar de todos los chistes que los habitantes de Varsovia han hecho de las connotaciones estalinistas del edificio, es considerado por los mismos polacos como uno de los m¨¢s ¨²tiles para la vida cultural de Varsovia. Muy cerca se encuentra la tumba al soldado desconocido, aunque, en realidad, los polacos saben que no es tal soldado desconocido. El soldado all¨ª enterrado es un polaco que muri¨® en la guerra contra los sovi¨¦ticos en 1920. Dos miembros del Ej¨¦rcito polaco hacen guardia permanente, por turnos, ante esta tumba, sobre la que hay instalada una antorcha perpetua. Los s¨¢bados esta tumba est¨¢ especialmente concurrida, porque a ella se acercan los reci¨¦n casados a depositar sus coronas de flores. La parte nueva de Varsovia es tambi¨¦n marco de las calles de las tiendas, de los grandes almacenes y de los hoteles para extranjeros. Un poco alejado del centro, cerca de lo que en otro tiempo fue el gueto, aunque ahora nada queda de ¨¦l, se encuentra el rastro de Varsovia, cuyo inter¨¦s humano sobrepasa al de cualquier otra ciudad europea.
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