Marruecos ignora oficialmente la existencia de combates en Saguia el Hamra
Las autoridades marroqu¨ªes a¨²n no han confirmado ni desmentido los ¨²ltimos comunicados del Polisario desde Argel, seg¨²n los cuales, y desde hace m¨¢s de un mes, tienen lugar intensos combates en la zona de Ras el Kanfra y Abbatieh, justamente donde muere, por el Sur, la cadena monta?osa del Jebel Uarkziz.La guerra de los comunicados contin¨²a y de nuevo Marruecos, que en las ¨²ltimas semanas se hab¨ªa adelantado al Polisario al informar de los enfrentamientos, guarda silencio, y todav¨ªa los informadores aguardamos el comunicado oficial prometido sobre el balance del pasado ataque polisario contra la localidad de M'hamid.
Independientemente de esos incomprensibles silencios, el Ej¨¦rcito marroqu¨ª invit¨® en los primeros d¨ªas de este mes a un grupo de periodistas acreditados en Rabat para que visit¨¢semos la zona de Tan-Tan, El Aai¨²n, Abbatieh y Ras el Kanfra.
Desde El Aal¨²n a Abbatieli y de Abbatieh a Ras el Kanfra, un helic¨®pteno Puma del Ej¨¦rcito marroqu¨ª nos llev¨® a trav¨¦s de la regi¨®n norte del Ued Sekiet, la antigua Saguia el Hanira espa?ola, por cuyo control se pelea actualmente.
El teniente coronel Ahmed Taj, del estado mayor del grupo El Ark, explic¨® a los informadores en su cuartel general de Abbatleh esta ¨²ltima fase de los movimientos del Ej¨¦rcito marroqu¨ª, destinada a controlar el gran eje de penetraci¨®n del Polisario a trav¨¦s de la Saguia, el m¨¢s dif¨ªcil de bloquear, porque constituye una inmensa zona des¨¦rtica, accidentada, llena de vados y escondrijos, de cuatrocientos kil¨®metros de longitud en direcci¨®n este-oeste, es decir, de Tinduf a El Aai¨²n, y 250 kil¨®metros de ancha en direcci¨®n norte-sur, o sea, desde Ras el Kanfra y las ¨²ltimas estribaciones del Jebel Urakziz hasta Smara.
Seg¨²n el propio teniente coronel Taj, esta zona hab¨ªa sido hasta hace poco un aut¨¦ntico coto de caza por donde el Polisario se mov¨ªa libremente. A pesar de haber perdido un Mirage F-1 -el cuarto que pierde el Ej¨¦rcito marroqu¨ª de los cincuenta comprados a Francia- a mediados de septiembre, los oficiales de las FAR estiman que han logrado bloquear eficazmente los cuatro pasos obligados del Jebel Uarkziz, uno de ellos en territorio argelino, a trav¨¦s de los cuales se llevaban a cabo las infiltraciones del Polisario contra las aldeas del sur del Marruecos anterior a la marcha verde.
Bloquear el eje de penetraci¨®n de la Saguia el Hamra, el m¨¢s pr¨®ximo a Tinduf, la gran base log¨ªstica del Polisario, no es f¨¢cil, seg¨²n reconoce el teniente coronel Taj. Para hacerlo totalmente, el Ej¨¦rcito marroqu¨ª necesitar¨ªa disponer de un mill¨®n de hombres, nos dijo. Las FAR distan mucho de llegar a ese n¨²mero de efectivos, pero de 40.000 hombres, hace menos de diez a?os, cuentan hoy ya con cerca de 130.000. Dentro de cinco a?os, dicen los oficiales marroqu¨ªes, para quienes no cabe duda que esta tensi¨®n se prolongar¨¢ por muchos a?os, tendremos un Ej¨¦rcito m¨¢s numeroso y sobre todo mucho mejor entrenado que los argelinos, con lo cual habremos equilibrado, si no superado, la ventaja que ellos tienen hoy sobre nosotros en armamento. Para dentro de cinco a?os, y al ritmo de reclutamiento actual, es muy probable que el Ej¨¦rcito de Marruecos haya duplicado sus efectivos actuales.
Este factor humano es precisamente una de las piezas clave de los c¨¢lculos de Marruecos. Podemos permitirnos, nos dec¨ªan a los periodistas los oficiales, incrementar constantemente nuestros efectivos. El Polisario, sin embargo, a?ad¨ªan, no puede. De hecho, entre los muertos que enterramos, la proporci¨®n de aut¨¦nticos originarios del antiguo Sahara occidental espa?ol no supera ya el 5 %.
La pugna por cerrar el paso al Polisario en la Seguia el Hamra, la batalla en curso, tiene como objetivo lograr alejar definitivamente a los independentistas saharauis de su base log¨ªstica de Tinduf y obligarles a establecerse abierta y declaradamente en Mauritania, lejos de la protecci¨®n del Ej¨¦rcito argelino, de ah¨ª la trascendencia de los combates de estos d¨ªas.
Si bien es verdad que los marroqu¨ªes no lograr¨¢n jam¨¢s -y ellos mismos lo reconocen as¨ª- cerrar totalmente al ciento por ciento los cuatro grandes ejes de penetraci¨®n que se han ido perfilando con el tiempo (el del Jebel Uarkziz, la Seguia el Hamra, Bir MogreinGueltat Zerrimur y el que podr¨ªamos llamar mar¨ªtimo, al sur de Dajla y con base log¨ªstica en Nuadhibu), esto no les preocupa.
Por el contrario, parecen convencidos de que la evoluci¨®n de la guerra por parte del Polisario, que la ha trasladado del Sahara a las antiguas fronteras del Marruecos anterior a la marcha verde, acerca cada vez m¨¢s el conflicto a lo que ellos han sostenido desde el principio, que es una confrontaci¨®n entre Argelia y Marruecos.
El potencial del Polisario, no obstante, ha mejorado considerablemente y en los ¨²ltimos meses hicieron aparici¨®n de su lado nuevas armas, como los ?¨®rgai¨ªos de Stalin?, de 128 mil¨ªmetros, que alcanzan veintiocho kil¨®metros y pueden disparar veinti¨²n proyectiles a la vez sin necesidad, para efectuar un nuevo disparo, de esperar que se enfr¨ªen los tubos. Junto al ca?¨®n del 128 han hecho su aparici¨®n los temibles ca?ones de 33 mil¨ªmetros y, en contra de la l¨®gica y las opiniones de la mayor¨ªa de los observadores militares, los potentes SAM-9.
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