La visita del Papa a la RFA plantea problemas protocolarios
Veinticuatro d¨ªas antes de que el Papa visite la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). todav¨ªa se negocia una entrevista del Pont¨ªfice con el canciller Helmut Schmidt, encuentro que est¨¢ creando problemas protocolarios. En el programa oficial de la visita, dado a la Prensa por el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Josef Hoffner, tan s¨®lo figura un espacio, a las seis de la tarde del s¨¢bado 15 de noviembre, reservado a ?encuentros con representantes pol¨ªticos?.
La raz¨®n de ello es que ni el Vaticario ni la canciller¨ªa se ponen de acuerdo en un matiz protocolario: el organizador del viaje papal, monse?or Paul Marcinkus, hab¨ªa previsto que Helmut Schmidt acudiese a una audiencia, colectiva reservada a los pol¨ªticos alemanes como corporaci¨®n. Pero la canciller¨ªa considera m¨¢s propio que, al igual que los dem¨¢s jefes de Estado y Gobierno extranjeros que actiden a Bonn -y Juan Pablo II ser¨¢ recibido el pr¨®ximo d¨ªa 15 con honores militares en el aeropuerto de Colonia-, deber¨ªa ser el Pont¨ªfice quien se acercase a la residencia oficial del canciller.El jefe de protocolo del Vaticario tambi¨¦n ha rechazado una soluci¨®n intermedia propuesta por el Gobierno federal: un encuentro en terreno neutral, concretamente en el palacio Schaumburg. A cambio, el Vaticario propone que Schmidt vaya a la nunciatura, un grandioso edificio situado en el barrio residencial norteamericano y antigua central de las juventudes femeninas del Tercer Reich.
Tampoco han faltado ciertas dificultades protocolarias para un encuentro papal con la Iglesia evang¨¦lica (protestante) de la RFA. A menos de un mes de la visita del Pont¨ªfice, la Conferencia Ep¨ªscopal alemana ha distribuido entre el correspondiente material informativo una ?peque?a historia de la Iglesia alemana?, en la que se reiteran duros ep¨ªtetos al reformador Martn Lutero, como hereie y sacr¨ªlego, que dividi¨® a la Iglesia con sus doctrinas.
Aunque un sector de la Iglesia evang¨¦lica no se muestra partidaria de un encuentro interconfesional con el Pont¨ªfice de Roma, el consejo central de la misma desea dialogar con el Papa sobre una posible ?asamblea universal?, que, sin car¨¢cter de concilio, favorezca una aproximaci¨®n de todos los cristianos.
Entre los puntos cr¨ªticos de esta visita papal destaca el de los gastos del viaje. El cardenal Hoeffner ha declarado que no pueden fijarse de antemano, pero que los gastos, financiados con dinero procedente de les impuestos destinados a la Igllesia, ?no llegar¨¢n a los veinte millones de marcos? (unos 800 millones de pesetas).
Los c¨¢lculos de algunas publicaciones apuntaban hacia esa suma, e incluso especificaban cap¨ªtulos: seg¨²n el Frankfurter Rundschau, la misa que celebrar¨¢ el Papa en un aeropuerto deportivo cercano a Colonia -cuyo terreno ha tenido que excavarse, por comprobarse que en el substielo hab¨ªa granadas sin explosionar- costar¨¢ tres millones de marcos; tan s¨®lo el altar ha significado un gasto de 300.000 marcos. El peri¨®dico Publik sit¨²a en 100.000 marcos el precio del regalo oficial de bienvenida.
La te¨®loga Uta Ranke-Heinemann, catedr¨¢tica de Teolog¨ªa Cat¨®lica, e hija del fallecido presidente de la RFA, Gustav Heinemann, ha criticado estos dispendios y el espect¨¢culo piadoso que para ella significa la visita del Pont¨ªfice.
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