Checoslovaquia no impondr¨¢ restricciones a los viajeros polacos

Un portavoz del Ministerio checoslovaco de Asuntos Exteriores desminti¨® ayer las informaciones seg¨²n las cuales se establecer¨ªan en breve restricciones para los turistas polacos que deseen visitar Checoslovaquia.Seg¨²n una fuente polaca, las autoridades de Praga estaban estudiando la posibilidad de adoptar con los ciudadanos polacos las mismas medidas impuestas por la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) el pasado martes.

Sin embargo, la Prensa y autoridades checoslovacas suben paulatinamente el tono de cr¨ªtica hacia los nuevos sindicatos independientes polacos y los llamamientos a los dirigentes comunistas de Varsovia sobre el principio inquebrantable del papel dirigente del partido comunista en las sociedades de la Europa del Este.

Karel Hoffman, presidente de los sindicatos oficiales checoslovacos, miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del PC checoslovaco, afirm¨® el pasado mi¨¦rcoles que ?los camaradas polacos sabr¨¢n encontrar la unidad de sus sindicatos en base a los principios marxistas-leninistas?. Seg¨²n Hoffman, la evoluci¨®n de los sindicatos independientes polacos recuerda el comportamiento de las fuerzas antisocialistas en la Checoslovaquia de 1968. Hoffman fue uno de los primeros dirigentes checoslovacos que aprob¨® la invasi¨®n militar sovi¨¦tica.

Por su parte, Rude Pravo, ¨®rgano oficial del PC checoslovaco y abanderado en las cr¨ªticas al proceso polaco, hizo referencia ayer al discurso de Gustav Husak, jefe del Estado y del partido, el 7 de octubre ¨²ltimo, al referirse a su ?confianza en que las fuerzas de la paz y el socialismo en Polonia sepan vencer a los antisocialistas del interior y el exterior?. El peri¨®dico resalt¨® la frase de Husak en que explic¨® que ?la pol¨ªtica de normalizaci¨®n (producto de la invasi¨®n de 1968) hab¨ªa sido provechosa para Checoslovaquia ?.

A trav¨¦s de los comentarios oficiales y de la Prensa, periodistas y diplom¨¢ticos occidentales estiman que cada d¨ªa es m¨¢s evidente el temor de las autoridades de Praga a un eventual contagio entre los obreros de los acontecimientos polacos. Mientras, la poblaci¨®n, que mantiene vivos los recuerdos de 1968, es esc¨¦ptica ante la posibilidad de que pueda haber en Polonia una liberalizaci¨®n sindical sin problemas.