Oraci¨®n, despedida y cierre
La directiva del Barcelona se ha retirado a meditar. Est¨¢ de ejercicios espirituales. Realmente est¨¢ en el momento de oraci¨®n, despedida y cierre. Pero N¨²?ez no quiere poner fin a su gesti¨®n. Va de tumbo en tumbo y no est¨¢ en condiciones de pensar. Y cuando lo hace, es para mal. Lo que se le ocurre por la ma?ana es indigesto por la tarde, y lo que barrunta por la noche es monstruoso a la luz del sol. Ni un solo barcelonista con seny puede estar satisfecho de su direcci¨®n.Para N¨²?ez hay jugadores y entrenadores de ida y vuelta, y hasta a cata y prueba, como las sand¨ªas. A Kubala le fich¨® ¨¦l tras los m¨²ltiples fracasos al frente de la selecci¨®n. Ahora le destina a menesteres inferiores y llama de nuevo a Helenio Herrera. Y el viejo mago esta para pocos trotes. Vuelta a empezar. Nuevos m¨¦todos, nuevos planes y con el equipo metido en una zona impropia de su prestigio y natural potencial.
Jos¨¦ Luis N¨²?ez, para divertimento de antibarcelonistas y anticatalanistas, est¨¢ alcanzando aut¨¦nticos r¨¦cords de insensatez. N¨²?ez le habr¨ªa hecho un gran favor al Bar?a si se hubiera quedado en lo de la construcci¨®n. La megaloman¨ªa de N¨²?ez lleva al desastre al club m¨¢s poderoso de Europa. En 1974, tras el 0-5 del Bernab¨¦u, un barcelonista sali¨® a la calle para gritar: ?Ya puedo morirme tranquilo?. Con N¨²?ez, hasta un periquito trasplantado al Valencia -Solsona- pudo decir hace unas semanas, tras el 0-3 logrado por su equipo: ?Esto ha sido m¨¢s que un triunfo?. N¨²?ez lograr¨¢ que el Bar?a deje de ser ?m¨¢s que un club?. Eso persigue.
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