Liberalismo y divorcio

He le¨ªdo con gran satisfacci¨®n el art¨ªculo firmado por Jos¨¦ Mar¨ªa de Prada aparecido el d¨ªa 5 en ese diario, satisfacci¨®n porque ya era hora que alguien enderezase la desgraciada pol¨¦mica en torno al divorcio con que nos obsequia ¨²ltimamente EL PAIS, a pesar de ser uno de los peri¨®dicos mejores de Espa?a.Agradezco a Jos¨¦ Mar¨ªa de Prada (cuya posici¨®n de cat¨®lico y liberal comparto) sus reflexiones sobre anticlericalismo, divorcio y otros temas, me uno a ellas, especialmente a la que hace sobre la necesidad de defender y guardar la ?clara vocaci¨®n liberal del proyecto inicial que dio vida a ese peri¨®dico?. Vocaci¨®n hist¨®ricamente escasa, por desgracia. en este pa¨ªs nuestro.

Liberalismo es respetar todas las opiniones y creencias decentes sin abandonar los propios criterios, al contrario, enriqueci¨¦ndolos al escuchar y tratar de comprender la posici¨®n del otro, incluso del adversario. Adem¨¢s de ser un valor y un derecho, humanos y modernos, es una buena higiene mental, ya que impide agrandar la sombra del contrario, nos libera del morbo de traumas anteriores, nos permite encarar los problemas actuales fij¨¢ndoles sus l¨ªmites reales, y nos pone en la v¨ªa de su soluci¨®n o al menos de su absorci¨®n.

Por ¨²ltimo, ser liberal es ser aut¨¦nticamente europeo, pues el hecho diferencial de Europa, no olvidemos, no es otro que el liberalismo que impide a la democracia acabar en ?democracia org¨¢nica? o ?democracia popular?.