Festival de la OTI: gansadas a medianoche
Hoy, a eso de la medianoche, Televisi¨®n Espa?ola ofrecer¨¢ en directo la novena edici¨®n del Festival dela OTI, que este a?o se celebra en el Teatro Municipal General San Mart¨ªn, de Buenos Aires. Participan veintitr¨¦s pa¨ªses, con este orden de actuaci¨®n: Chile, Uruguay, Argentina, Panam¨¢, Per¨², Puerto Rico, Paraguay, Venezuela, Estados Unidos, Nicaragua, El Salvador, Antillas Holandesas, Espa?a, Portugal, Brasil, Guatemala, M¨¦xico, Honduras, Bolivia, Rep¨²blica Dominicana, Colombia, Costa Rica y Ecuador. El narrador de esta batalla entre canciones ser¨¢ Miguel de los Santos.Espa?a env¨ªa a la competici¨®n un tema interpretado por Dyango: Querer y Perder. El t¨ªtulo de la canci¨®n resulta sumamente ir¨®nico contemplado bajo la atm¨®sfera de un certamen, con lo que el comit¨¦ seleccionador de Televisi¨®n Espa?ola se apunta un buen tanto al mostrarse capaz de un insospechado humor, La letra de la canci¨®n comienza diciendo as¨ª: ?Cuando te conoc¨ª/la vida me ense?¨®/qu¨¦ caro cuesta ser feliz./Y el precio es el dolor-, /saber que te perd¨ª/ha sido lo peor. / Pero peor fue descubrir que como t¨² no hay dos?. Al lado de este descubrimiento, el de Col¨®n fue pura broma.
Dyango, no obstante, espera deslumbrar al auditorio y ganar, Mar¨ªa Ostiz logr¨® eso el a?o 1976, en Acapulco con Canta, cigarra. Sin embargo, tres a?os antes. Camilo Sesto se ca¨ªa con todo el equipo interpretando AIgo m¨¢s.
El nivel medio de este festival es altamente niediocre. La gansada pachanguera es lo que predomina. Nuestro representante de este a?o lleqa incluso a reconocerlo: ?En efecto, se presentan canciones muy flojas. Lo que ocurre es que a cada cantante le interesa mucho acudir, por lo menos con vistas al pa¨ªs que representa. Es un impulso publicitario dif¨ªcil de obtener por otras v¨ªas?. Para ello hay que pagar los tributos de rigor: ?Desde luego, Querer y perder es lo m¨¢s descaradamente comercial que he hecho hasta ahora?.
Lo curioso es que Dyango acude a Buenos Aires m¨¢s por desesperaci¨®n que por convicci¨®n: ?Desde los diez a?os, he pasado toda mi vida estudiando m¨²sica. A m¨ª lo que me gusta es el jazz y tocar la trompeta. Pero un buen d¨ªa alguien me descubri¨® cantando canciones mel¨®dicas en Barcelona. Desde entonces hice mi profesi¨®n de lo que para m¨ª era antes tan s¨®lo un pasatiempo?.
Macizamente sereno, y escud¨¢ndose en juicios ajenos, piensa Dyango que su voz es la m¨¢s importante de Espa?a. Le fastidia, por consiguiente, no ser profeta en su tierra: ?A m¨ª donde se me conoce ampliamente es en Am¨¦rica Latina, sobre todo en Aruentina, Chile. Uruguay y Paraguay. Yo hago giras continuas por aquellas tierras desde 1968, cuando s¨®lo Raphael iba por all¨ª. Despu¨¦s ya empezaron a ir tipos como Serrat, Nino Bravo o Canillo. El hecho de que me conozcan en esos pa¨ªses creo que me puede favorecer esta noche?.
Pese a eso, no las tiene Dyango todas consigo: ?La faena es que a veces sale triunfadora una cancion muy mala, tan s¨®lo porque quien la canta cae simp¨¢tico al personal. Pero yo me conformo con quedar clasificado entre los cuatro primeros puestos?.
El int¨¦rprete de Querer y perder no se siente perturbado por cantar en un pa¨ªs donde impera una dictadura militar: ?La m¨²sica no tiene nada que ver con la pol¨ªtica. Yo cantar¨ªa lo misino bajo otro r¨¦ginien de signo opuesto?.
Dyango confiesa, en fin, que es un forofo del f¨²tbol, de las motos y, en general de todos los deportes. Tiene mujer y cuatro hijos, ?a los que tengo que alimentar con mis canciones?. Ante esos imperativos, Dyango procurar¨¢ olvidarse del t¨ªtulo mal¨¦fico de su terna y del n¨²mero trece que le ha tocado en la lista de actuaciones.
Con una voz que ¨¦l mismo considera ?muy mate incluso ronca, pero con agudos muy altos?, ensaya el estribillo de su canci¨®n: ?Pero es mejor querer/y despu¨¦s perder/que nunca haber querido./ Est¨¦s donde t¨² est¨¦s/te recordar¨¦/y estar¨¢s conmigo?.
Con ¨¦l, en la distancia. cuando el reloj de las doce campanadas.
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